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Elecciones Italia 2018

Italia se aleja de Europa, de Berlusconi y de Renzi pero sigue sin mayoría

  • La Liga sustituye a Forza Italia como líder de la derecha
  • Renzi envía al Partido Democrático al abismo
  • El resultado es el peor para Bruselas

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Los resultados de las elecciones abocan a Italia a la ingobernabilidad

Las elecciones en Italia arrojan un panorama inédito en el país trasalpino, donde fuerzas que hasta ahora se encontraban en los márgenes han superado a las tradicionales y se han situado como las más votadas. El Movimiento Cinco Estrellas es el vencedor individual, el partido más votado, mientras la Liga Norte derriba todas las barreras y supera a Forza Italia convirtiéndose en la referencia por la derecha.

El ascenso de estas dos fuerzas relega a formaciones que han gobernado el país, con líderes que han sido primeros ministros y que forman parte del sistema político italiano. El bipartidismo ha muerto en Italia, al menos por el momento, como ha ocurrido en otros países europeos.

La prensa italiana da cuenta del profundo cambio político. El articulista de La Reppublica Stefano Folli habla de "bipolarismo populista" y de la caída del Partido Demócrata en el "abismo". "Por primera vez en Europa, las fuerzas antisistemas han ganado", resume el editorialista de La Stampa. Il Corriere, por su parte, destaca que, además de los dos vencedores hay un claro perdedor: el PD, que ha quedado "fuera de juego".

Estas son las cinco claves más destacables de los comicios.

Movimiento Cinco Estrellas: de la marginalidad a la supremacía

Al M5S le ha salido bien la apuesta por la moderación y por Luigi Di Maio, un candidato joven con escasa experiencia política.

El movimiento creado de la nada por el humorista Beppe Grillo, calificado de "populista" y comparado con otros fenómenos políticos europeos, como Podemos en España, ya fue el más votado en 2013, con 8,7 millones de votos (25,5%). Ahora ha sumado dos millones más y ha avanzado casi siete puntos porcentuales.

Destacable es su victoria en el sur, que ha optado por los movimentistas como recambio del PD, mientras en el centro y norte se impone la derecha. Un recordatorio de la brecha económica norte-sur que se ha agrandado en los últimos años.

Sin embargo, para gobernar el M5S tendría que abandonar otro de sus principios fundamentales: el de no aliarse con la casta política italiana. Durante la campaña, Di Maio ha dicho estar abierto a conversar, pero Grillo puede tener aún la última palabra.

La Liga, fuerza hegemónica de la derecha

La Liga ha desplazado al partido Berlusconi como primer partido de la derecha. Forza Italia ha perdido más de tres millones de votos (un 7% porcentual), mientras la Liga ha ganado cuatro millones y ha pasado del 4 a más del 17%.

Il Cavaliere había previsto estas elecciones como las de su retorno a la política, una vez terminada su inhabilitación a partir del próximo año. Pero Matteo Salvini ha desbaratado sus planes.

El candidato de la Liga ha cabalgado el discurso antiinmigración que ha marcado la campaña desde el atentado en Macerata. Está por ver si Salvini se postura como primer ministro, si la derecha elige una figura de consenso (sonaba el nombre del presidente del Europarlamento, Antonio Tajani) o si la asociación entre Forza Italia y la Liga salta por los aires.

Renzi envía al PD al abismo

Si hay un perdedor claro es el centroizquierda (23% de votos), arrastrado por la caída del Partido Democrático (menos del 19%, seis puntos menos que en 2013). Beppe Grillo, sarcástico, asegura que el PD y Renzi se han "biodegradado".

El resultado puede encuadrarse en la crisis de la socialdemocracia que ha vuelto a quedar en evidencia en las recientes citas electorales europeas (en Francia, Alemania, Holanda, Austria).

Pero es también el fracaso personal de su candiato, Matteo Renzi, que ya dimitó como primer ministro en diciembre de 2016 tras perder el plebiscito sobre la reforma constitucional. La prensa italiana asegura que Renzi podría abandonar este mismo lunes.

El resultado amenaza con fracturar al PD. Precisamente una formación fruto de una de una escisión, el partido Libres e Iguales, ha alcanzado un buen resultado y entrará en el Parlamento al superar el 3% con más de un millón de votos. Un millón que le ha robado a Renzi, a quien acusaba de girar a la derecha.

Malas noticias para Bruselas

El euroescepticismo creciente de la sociedad italiana, sobre todo de los más jóvenes, ha tenido finalmente su traducción electoral. El ascenso de fuerzas muy críticas con la política (sobre todo económica) de la Unión Europea y abiertamente opuestas al euro es la peor noticia para los actuales gobernantes comunitarios, preocupados ya por el Brexit y el ascenso de la extrema derecha nacionalista.

Tanto el M5S como La Liga han renunciado a pedir expresamente un referéndum sobre la permanencia en la UE o sobre la moneda única, pero sí exigen una reforma profunda de los tratados.

En el caso de los movimentistas, su objetivo es acabar con la austeridad, mientras la Liga hace hincapié en la recuperación de soberanía con el lema "Italia primero"

Un sistema electoral que no ha cumplido sus objetivos

Renzi y Berlusconi pactaron en octubre pasado la reforma (una más en la historia italiana) del sistema electoral con dos objetivos: cerrar el paso al Gobierno del M5S y garantizar una mayoría estable a alguno de los bloques tradicionales.

El sistema, conocido como Rosatellum bis, además de premiar a las coaliciones reserva el 36% de los escaños de la Cámara de los Diputados y del Senado a candidatos elegidos por votación mayoritaria en circunscripciones uninominales. También aquí el M5S ha demostrado que tiene una base fuerte, contradiciendo las expectativas.

Sin embargo, ningún partido o coalición ha alcanzado el 40% necesario para gobernar, con lo que la buscada estabilidad no se ha conseguido.

El escenario ahora es el de alianzas más allá de las líneas marcadas durante la campaña, todas ellas improbables según expertos consultados por RTVE.es antes de las elecciones. O una repetición de las elecciones y otra reforma electoral.