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Una Europa dividida entre Este y Oeste pospone medio año la solución a la crisis de refugiados

  • Los países del Este rechazan de plano el sistema de cuotas obligatorias
  • Advierten de que no existe "un derecho humano de viajar a la UE"
  • Alemania y la mayoría de países europeos occidentales piden "solidaridad"
  • La reforma del sistema de asilo se aplaza a junio de 2018

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Foto de familia de los líderes políticos de la UE, después de confirmar el nacimiento de la nueva política reforzada de Defensa y Seguridad
Los países del Este rompen la baraja y rechazan de plano las cuotas obligatorias de refugiados que defienden Berlín y Bruselas.

Las cuotas obligatorias de refugiados han dividido una vez más a Europa. Los países del Este europeo -los conocidos como Grupo de Visegrado: Polonia, Hungría, Eslovaquia y República Checa- han roto la baraja y han conseguido aplazar seis meses la decisión sobre ese sistema, imponiéndose al bloque encabezado por Alemania, que defiende la "solidaridad" entre países.

En un debate de más de dos horas, que ha terminado de madrugada, y que fuentes comunitarias definen como "sobrio" y "franco", los Estados miembros "no aportaron nuevos elementos" sobre sus posiciones, "ya claras", y mostraron su voluntad de llegar a un acuerdo para la reforma del sistema de asilo de aquí a junio de 2018 y la posibilidad de que, dentro de ese sistema, se incluyan las cuotas obligatorias.

La cumbre estuvo precedida por el enfrentamiento entre la Comisión Europea, defensora de la reubicación mediante cuotas obligatorias, y el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, que en su carta de invitación a la cumbre, definió el sistema como "ineficaz" y lo acusó de haber dividido la UE.

Según han matizado fuentes comunitarias, al calificar las cuotas de ineficientes, el político polaco se refería a que ese sistema de reubicación "no ha hecho nada para reducir el número de inmigrantes ilegales que llegan a Europa".

En mayo de 2015, Bruselas propuso el sistema de cuotas obligatorias, ratificado por los Veintiocho cuatro meses después, y por el que se comprometieron a reubicar a 160.000 solicitantes de asilo desde Grecia e Italia en 24 meses. El reparto seguía un esquema de cuotas por países que se marcaba en función de población y PIB, que nunca ha gustado a los países del Este, como Polonia, Eslovaquia, Hungría y República Checa.

En ese sentido, las mismas fuentes comunitarias han explicado que, desde entonces, 32.000 personas han sido reubicadas entre varios países miembros mientras que, en ese mismo período, más de dos millones de personas han solicitado asilo en la UE.

Europa Occidental pide "solidaridad" en la gestión de flujos migratorios

A su llegada a la cumbre, la canciller alemana, Angela Merkel, reclamó la solidaridad entre los países de la UE en materia migratoria para "el ordenamiento y gestión" de los flujos migratorios.

También apostó por la solidaridad entre los socios el presidente francés, Emmanuel Macron, quien declaró que se deben respetar los cuotas ya aprobadas para reubicar refugiados, y afirmó que no se puede caer "en un bloqueo excesivo", en referencia a la negativa de los países del Este a acoger refugiados.

Más crítico se mostró el canciller de Austria, Christian Kern, quien rechazó categóricamente que la reubicación de refugiados mediante cuotas sea ineficaz y divida a los socios. "Es incomprensible para nosotros, pues la Unión Europea consiste en que aprovechamos juntos las ventajas y nos repartamos la carga. No puede ser que uno no colabore cuando no le gusta la carga, la cooperación conjunta no puede funcionar así", ha advertido.

Sin embargo, su sucesor en el cargo, el líder de los conservadores austriacos, Sebastian Kurz, ha adelantado que comparte la posición de Tusk. "Tiene razón al decir que las cuotas obligatorias no han funcionado", ha señalado el futuro canciller austriaco, quien ha mostrado su intención de "solicitar el cambio de esta política migratoria errónea".

Kurz se alinea así con los países del Grupo de Visegrado, que han ratificado su rechazo al sistema de cuotas obligatorias después de reunirse con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni.

El Este advierte que no existe "un derecho humano de viajar a la UE"

"Rechazamos absolutamente la idea de las cuotas porque creemos que no funcionan, son ineficaces", aseguró el primer ministro eslovaco, Robert Fico, convencido de que han dividido a la Unión Europea.

Fico añadió que no existe "un derecho humano para viajar a la UE" y que, en este momento, no hay consenso entre los socios comunitarios para reformar el sistema de asilo. "Europa debe protegerse", concluyó el jefe de Gobierno eslovaco, sin especificar ante qué o quién debe hacerlo.

Ante ese panorama, Tusk abogó por el "consenso" entre los países para encontrar un nuevo sistema migratorio.

El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, consideró la posibilidad de que la reforma se adopte por "una mayoría amplia" sin "pretender la unanimidad".

Por su parte, Juncker declaró que los países tienen que "examinar las propuestas" que la Comisión mantiene "sobre la mesa" y, en caso de no llegar a un acuerdo "por consenso, no se excluye" aprobar la reforma por mayoría.

Además, en su última reunión del año, los líderes europeos también ratificaron la puesta en marcha el pasado lunes de la nueva cooperación estructurada permanente (PESCO) para la politica de defensa y seguridad, a la que se han adherido 25 Estados miembros (entre ellos, España) para poder cooperar de forma más ambiciosa en el ámbito militar.

En materia internacional, se acordó de forma unánime prolongar otros seis meses las sanciones económicas a Rusia por su papel en la crisis en el este de Ucrania -introducidas inicialmente en julio de 2014- y se reafirmó el compromiso europeo con la solución de dos Estados para el conflicto entre Israel y Palestina.