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Nicholas Nixon: "La fotografía es parecida al flirteo y yo soy un seductor"

  • La Fundación Mapfre acoge la mayor retrospectiva del fotógrafo Nicholas Nixon
  • RTVE.es entrevista al artista, conocido mundialmente por su serie Las Hermanas Brown
  • Reúne más de 200 fotografías, sobre todo retratos, realizadas con cámaras de gran formato

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Nicholas Nixon. 'Las hermanas Brown', 1995
Nicholas Nixon. 'Las hermanas Brown', 1995

"[La fotografía] es un poco como el flirteo. Probablemente fotografiaría a una mujer un poco mejor que a un hombre solo porque existe algo de química y eso es bueno y mejora las cosas. Me puedo imaginar bailando contigo, pero no con un hombre porque, especialmente si él me ve como un competidor, estamos un paso por detrás de que algo sea bueno porque lo que suele hacer buena una fotografía es cierto tipo de apertura, de voluntad de ser vulnerable. Soy un poco como un seductor. Soy bueno haciendo que la gente dé todo lo que quieren dar porque mi deseo es tan grande que confían en mí, y soy muy sincero: quiero que den todo lo que quieran dar, pero no más. Así que mi trabajo es bailar con ellos hasta que alcanzamos ese punto en el que pueden abrirse y yo puedo responder".

Para el fotógrafo Nicholas Nixon (Detroit, EE.UU., 1947) este es el secreto para conseguir crear un vínculo con la persona fotografiada, según confiesa en una entrevista con RTVE.es. Y son ya más de 40 años 'bailando' con sus retratados, unas dotes para el 'baile' que le han convertido en uno de los mejores retratistas contemporáneos capaz de plasmar como pocos la intimidad en una instantánea. Ahora la Fundación Mapfre le dedica en Madrid la mayor retrospectiva jamás realizada sobre su trabajo, que podrá verse desde este jueves 14 de septiembre al 7 de enero.

La muestra, comisariada por Carlos Gollonet, conservador jefe de fotografía de la Fundación Mapfre, reúne más de 200 fotografías realizadas entre 1974 y 2017 con sus cámaras de gran formato -de 4x5 u 8x10 pulgadas, las antiguas cámaras de fuelle de la era del daguerrotipo-, lo que hace su trabajo aún más único y singular.

Nixon, que ha viajado acompañado de su mujer Bebe, una de sus musas fotográficas y protagonista de su serie más conocida, Las hermanas Brown (The Brown Sisters), está encantado de que sea Madrid y no Estados Unidos la sede de la mayor retrospectiva organizada sobre su obra hasta el momento: primero porque confía muchísimo en Gollonet -"es una de las tres personas en el mundo que mejor me conocen"- y después porque cree "suficientes" las grandes exposiciones organizadas hasta el momento por el MoMA de Nueva York centradas en su serie de las hermanas.

Nicholas Nixon, en la Fundación Mapfre

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  • Nicholas Nixon. 'The Brown Sisters' (Las hermanas Brown), 1975

  • Nicholas Nixon. 'The Brown Sisters' (Las hermanas Brown), 1995

El gusto por los retos

La exposición de la Sala Bábara de Braganza de Madrid recoge las series más importantes del fotógrafo estadounidense, arrancando con sus Vistas de Ciudades, que llegarían a formar parte de una de las exposiciones más importantes de la historia, la New Topographics: Photographs of a Man-altered Landscape, organizada en 1975 en la George Eastman House con trabajos también de artistas como Robert Adams, Lewis Baltz o Frank Gholke, entre otros. Pero Nixon rápidamente dejaría de lado el paisaje para centrarse desde 1977 en la auténtica temática de sus fotografías: las personas.

"Si ves mis primeras fotos de paisajes ya aparece gente pequeña ahí. Vino un poco con el proceso. Estaba cansado de ser paisajista porque era un poco aburrido y empecé a dejar entrar a gente en mis fotografías y pronto se convirtieron en el asunto principal", cuenta el retratista, ganador de las becas más importantes de la fotografía americana desde sus inicios.

Fotografías de familias de los barrios pobres en los porches de sus casas en Boston, Floridad o Kentucky, las de ancianos alojados en residencias que visitaba como voluntario o una selección de su conmovedora serie Gente con Sida (1988), que recoge la secuencia de quince vidas afectadas por esta brutal enfermedad y que ayudaron a visibilizarla. Trabajos que suponen un reto para Nixon.

"Me gusta fotografiar a gente porque es muy difícil. Me gustan las cosas difíciles y los desafíos. Creo que al final soy bueno en eso. Creo que tengo afinidad por el amplio rango de los tipos humanos, las edades, los estados de salud, y que tengo más que expresar con el espíritu humano", afirma sobre sus retratos.

Y esto lo consigue pese a utilizar una cámara de grandes dimensiones que en sus manos pasa prácticamente desapercibida para sus sujetos. "Las imágenes que se toman con estas cámaras son más nítidas que ninguna. La descripción del espacio o el detalle de la piel es mejor que con cualquier otra cámara y, además, esa extrema claridad hace subrayar más la emoción y la hace más intensa", explica el fotógrafo, que admite que probó durante un tiempo la fotografía digital pero acabó con el "experimento" una vez que llegó a la conclusión que solo podía obtener con ellas "un 90%" de lo que él creía que podía conseguir.

Las hermanas Brown, su gran obra

Y. como no podía ser de otra manera, la retrospectiva brinda la oportunidad única de poder contemplar íntegra la gran obra de Nicholas Nixon, la serie Las Hermanas Brown (The Brown Sisters), que recoge las 43 imágenes que ha tomado hasta la fecha, en 43 años, desde 1975 hasta 2017, de su mujer, Beverly Brown (Bebe), y sus hermanas Heather, Mimi y Laurie.

Nixon confiesa que su gran obra surgió "por accidente" en 1975, en la época en la que aún fotografiaba los edificios de Boston, después de que un día, al poco de haber llegado a la familia de su mujer, Nixon, que es hijo único y se sintió "maravillado" al ser acogido en el seno familiar como un hermano más, propuso hacer una fotografía de todas las hermanas juntas.

"Creo que mi modo de hacerlo fue distinto a cualquier otra cosa experimentada antes. Las fotos de familia anteriores eran todas un 'vamos a ponernos en fila, vamos a estar felices, vamos a llevar la misma ropa…', pero para mí eso es aburrido y son fotografías que también pueden ser mentiras. Así que simplemente dije 'dadme lo que tengáis'. Me gustó la foto y a ellas también y al año siguiente una de ellas se graduaba de la universidad y también por casualidad dijimos vamos a hacer una foto como el año pasado, colocadas en el mismo orden… Cuando vi las dos fotos, me dije 'vamos a hacer esto todos los años'", revela el artista, que creaba de esa forma uno de los proyectos fotográficos más interesantes e importantes de la historia sobre el paso del tiempo, una especie de Boyhood fotográfico.

Por eso a Nixon le gustaría ser recordado "como un testigo de todas las etapas de la vida". "No sé, me gustaría ser recordado como un buen fotógrafo de todo sobre la vida. Es mucho, ¿no? Quizás demasiado", concluye el fotógrafo del tiempo.

Nicholas Nixon. 'El Dr. Robert Sappenfield con su hijo', 1988 © Nicholas Nixon. Cortesía Fraenkel Gallery, San Francisco.