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May presenta un programa electoral de control de la inmigración y recortes tras el 'Brexit'

  • Pide una mayoría contundente para afrontar el "mayor desafío" en 60 años
  • May espera incrementar el respaldo al Partido Conservador en las elecciones
  • Promete reducir la inmigración y que las empresas paguen más por contratar extranjeros
  • También propone revisar el sistema de impuestos y de pensiones

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La primera ministra británica y líder del Partido Conservador, Theresa May, presenta el manifiesto de su partido en un acto celebrado en el centro The Arches en Halifax (Reino Unido).
La primera ministra británica y líder del Partido Conservador, Theresa May, presenta el manifiesto de su partido en un acto celebrado en el centro The Arches en Halifax (Reino Unido).

La primera ministra británica, Theresa May, ha pedido este jueves una mayoría contundente en las elecciones del próximo mes para afrontar el periodo de "mayor desafío" que haya vivido el país en sesenta años. En la presentación de su programa electoral -centrado en el control migratorio y los recortes sociales- la política conservadora ha afirmado que los británicos están ante "un viaje trascendental" que acabará con Reino Unido fuera de la Unión Europea.

May espera incrementar el 8 de junio el respaldo al Partido Conservador y obtenernegociaciones para el Brexit.

Su manifiesto electoral, titulado Forward Together (Adelante Juntos), es un plan para hacer que el Reino Unido sea un país "más fuerte, más justo y más próspero, como nunca antes", ha afirmado May, en Halifax, en el norte de Inglaterra, en una concurrida sala y acompañada por los miembros de su Gobierno. Los conservadores prometen una vez más reducir la inmigración y que las empresas tendrán que pagar mucho más por contratar a trabajadores de fuera de la Unión. También proponen revisar el sistema de impuestos y el de pensiones, algo que podría alejar al votante tradicional de los conservadores.

La política conservadora ha asegurado que el país "puede y debe" aprovechar las oportunidades para crear un Reino Unido que valore la "meritocracia".

El Brexit, un camino de no retorno

La premier ha insistido en que el Brexit es un camino de no retorno y por ello, quiere obtener el permiso de sus votantes para “endurecer su mano en las negociaciones”. El texto pone por escrito que “un no acuerdo es mejor que un mal acuerdo para Reino Unido”. Esto significa que Londres abandonará las negociaciones si no obtiene el trato especial sobre acceso al mercado único que viene demandando a Bruselas.

Al mismo tiempo, el programa se compromete a asegurar los derechos de los ciudadanos comunitarios que viven en el Reino Unido y de los expatriados que están en la Europa continental, aunque controlará con más celo la inmigración, también la comunitaria.

May quiere reducir el número de extranjeros que llegan a Reino Unido para quedarse en “decenas de miles”, una promesa recurrente de los tories, que ella misma no pudo cumplir ni siquiera cuando a cargo de inmigración durante sus seis años como ministra del Interior. El compromiso es un intento de acercarse al votante del partido eurófobo UKIP, estrategia que le ha funcionado a la perfección en las recientes elecciones locales.

Contratar extranjeros costará el doble

Los conservadores quieren atajar la inmigración endureciendo el sistema de visas. Los empresarios tendrán que pagar el doble por contratar a extranjeros, de momento, extracomunitarios, según el texto. Las compañías británicas pasarán a pagar 2.000 libras (2.340 euros) al año por cada trabajador extracomunitario en su plantilla al término de la siguiente legislatura, en lugar de las 1.000 libras actuales (1.170 euros), según el programa electoral del Partido Conservador. Los ingresos adicionales de ese denominado "impuesto de atributo" se invertirán en formación para trabajadores británicos.

La primera ministra se propone además incrementar los ingresos mínimos que deben acreditar los inmigrantes para pedir visados para familiares, "endurecer los requisitos" para entregar visados a estudiantes y subir las tasas a los extracomunitarios para utilizar la sanidad pública.

Entre otras cosas, el texto confirma que el Reino Unido seguirá en la Convención Europea de Derechos Humanos y descarta aceptar un referéndum sobre la independencia de Escocia hasta que terminen las negociaciones sobre el Brexit (previsiblemente en 2019).

Cambios importantes en políticas sociales

En su manifiesto, la primera ministra también resalta su intención de aplicar importantes políticas en materia de asistencia social: las ayudas se reducirán para gran parte de la tercera edad y muchos tendrán que ponerlo de su propio bolsillo. Entre las medidas, destaca una que afectará sobre todo a las personas mayores o con problemas de salud mental: se trata de que aquellas personas con propiedades por valor de más de 100.000 libras contribuyan al costo de su cuidado, pero el Estado está dispuesto a esperar a que mueran antes de cobrárselo. Esto es, que la financiación no se hará en vida, si no a través de las propiedades que deje el fallecido, una posibilidad que hasta ahora sólo se permite a los que reciben cuidados en un centro de mayores.

Esta medida, explica la BBC, se basa en que "somos una nación de propietarios y estos planes buscan asegurarse que independientemente del tipo de cuidado que necesites, el valor de tu casa puede compensarlo".

El líder laborista, Jeremy Corbyn, que ha propuesto un programa radicalmente opuesto con un fuerte acento en lo social, ha acusado a los conservadores de proponer un "impuesto sobre la demencia".

Revisión de las pensiones

May, por el contrario, defiende que “hay que tomar decisiones difíciles", pero lo cierto es que el cuidado de la tercera edad es un tema central de la campaña y una problemática real en la sociedad británica.

Sobre el sistema de Salud, otro punto clave en la campaña de estas elecciones, los conservadores prometen un aumento mínimo de 8.000 millones de libras (9.000 millones de euros) en el sistema estatal durante los próximo cinco años, mientra que los laboristas prometen incrementar el gasto en 6.000 millones (7.000) cada año.

En cuanto al sistema de pensiones, los tories quieren acabar con el llamado “triple bloqueo” que garantiza a los pensionistas la revalorización de sus pensiones cada año porque la caída del valor de la libra y la inflación en el último año ha puesto al Gobierno en problemas para cumplir sus compromisos. Una medida polémica peligrosa de cara a las urnas porque afecta a un sector tradicionalmente conservador