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Theresa May acusa a Europa de influir en las próximas elecciones británicas con "amenazas"

  • La primera ministra inicia su campaña electoral cargando contra la UE
  • Asegura que políticos europeos han amenazado de manera deliberada

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La primera ministra británica, Theresa May, comparece ante el número 10 de Downing Street.
La primera ministra británica, Theresa May, comparece ante el número 10 de Downing Street.

La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, ha acusado este miércoles a la Unión Europea (UE) de intentar influir en las próximas elecciones generales en el Reino Unido por medio de "amenazas".

"Políticos y funcionarios europeos han lanzado amenazas contra el Reino Unido. Todos estos actos se han programado de manera deliberada para influir en el resultado de las elecciones generales que se celebrarán el 8 de junio", ha afirmado May.

La jefa del Gobierno británico ha ofrecido un discurso ante su residencia oficial de Downing Street tras comunicarle a la reina Isabel II, jefa del Estado, la disolución del Parlamento británico y el inicio oficial de la campaña electoral.

May, que afronta los comicios con una amplia mayoría en las encuestas, ha recalcado que el ganador en las urnas tendrá como principal tarea "obtener el mejor acuerdo posible para el Reino Unido" al abandonar la Unión Europea (UE).

"Los acontecimientos de los últimos días han mostrado que cualesquiera que sean nuestros deseos, y sin importar lo razonable que sea la postura de otros líderes europeos, hay algunos en Bruselas que no quieren que estas conversaciones tengan éxito y no quieren que el Reino Unido prospere", ha sostenido.

May ha apuntado además que los medios de comunicación continentales han "malinterpretado la posición negociadora" con la que Londres afronta esas conversaciones, que marcarán el futuro económico y social del país durante generaciones.

La estabilidad de las futuras generaciones, en juego

"Si no nos ponemos firmes y logramos un resultado positivo en estas negociaciones estaremos arriesgando la seguridad y los empleos bien pagados que queremos para nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos", ha indicado la dirigente conservadora.

La primera ministra ha pedido a los votantes que le concedan un "sólido y estable liderazgo" en las urnas para evitar que "los burócratas de Bruselas pasen por encima" del Reino Unido.

A 25 días para los comicios generales adelantados que May convocó por sorpresa el pasado 18 de abril, las cámaras parlamentarias británicas quedaron disueltas de forma automática la pasada medianoche.

En ese momento se inició también el periodo oficial de campaña, en el que los candidatos deben limitar el gasto económico de sus actos.

May activó el pasado 29 de marzo el artículo 50 del Tratado de Lisboa, lo que dio inicio a un periodo de dos años en el que el Reino Unido deberá acordar con Bruselas su salida del club europeo y en el que Londres espera comenzar a diseñar su futura relación comercial con la UE.

Municipales, primera prueba

Este jueves los partidos políticos británicos se ponen a prueba en unas elecciones municipales que serán un anticipo de los comicios generales del 8 de junio y que demostrarán su nivel de apoyo, sobre todo en Escocia y Gales. Los comicios no cubren todo el territorio, sino que hay en juego solo 88 consejos municipales, de un total de 418 que tiene el país.

De estas 88 autoridades locales, 34 están en Inglaterra y el resto en Escocia y Gales, que renuevan todos sus consistorios, 32 y 22 respectivamente, mientras no se celebrarán elecciones locales en Irlanda del Norte.

Alrededor de 7,2 millones de ciudadanos están llamados a las urnas en estas elecciones locales, cuyos resultados se darán a conocer a lo largo del viernes.

Los ojos de los partidos están puestos en Escocia, que, con 1.227 concejales en liza, puede registrar los mayores cambios desde los últimos comicios, en 2012. Los resultados podrían reflejar la tendencia del voto de cara al 8 de junio, cuando los independentistas del SNP esperan revalidar su amplia presencia en el Parlamento de Londres.

En Gales, un retroceso de los laboristas se vería como un golpe al movimiento izquierdista de Corbyn.
Según las encuestas, el eurófobo y antiinmigración UKIP, mermado desde la marcha de su antiguo líder, Nigel Farage, lo tendrá difícil para conservar los concejales que tiene en Inglaterra.