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El fiscal jefe de Anticorrupción Moix confirma que se colocó un micrófono en el despacho de González

  • El micrófono en el despacho de González no se puso por las filtraciones
  • Moix ha negado que fuera amigo de González
  • No acusó a González de organización criminal porque "no lo veía claro"

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El fiscal Anticorrupción asegura que su relación con Ignacio González era institucional y descarta dimitir

El jefe fiscal Anticorrupción, Manuel Moix, ha reconocido que se colocó un micrófono en el despacho privado de Ignacio González pero no por las supuestas filtraciones al expresidente sino porque era parte de la investigación en la 'Operación Lezo'.

En declaraciones a la Cadena Ser, Moix ha señalado que no le consta que se estuviera filtrando al expresidente de Madrid Ignacio González y a su entorno la investigación que se hacía sobre ellos.

Moix, ha asegurado este martes que no ve motivos para dimitir y ha remarcado que le "acredita" el haber ordenado prisión para el expresidente madrileño Ignacio González aunque éste pensase que su nombramiento le "iba a favorecer". "Muy bueno no será (para él) cuando yo he ordenado su prisión", ha dicho.

Moix ha defendido su actuación en la instrucción de la 'operación Lezo'. Entre otras cosas, ha defendido que, a día de hoy, sigue sin ver acreditado "en este estado de la investigación" el delito de organización criminal, aunque admite que el juez lo recoja en su auto porque decretar prisión debe justificarse en una "existencia indiciaria de delito".

Según ha dicho, lo que él les dijo a los fiscales es que "según el informe" que le habían presentado él no veía claro ese delito de organización criminal, y sigue pensando lo mismo, aunque otra cosa es que se acredite después. "Eso es lo que estamos investigando, no está acreditado todavía", ha dicho Moix y ha añadido que le "encantaría" poder explicar por qué piensa así, pero que no puede hacerlo porque el sumario está declarado secreto.

En la misma línea, ha dicho respetar que tanto el PSOE como Podemos estén pidiendo su dimisión por su actuación en este caso, pero él no ve motivos: "No es que me dé igual, es que ellos no tienen todos los elementos de juicio necesarios porque no se han estudiado el asunto", ha justificado.

Reconoce "relación institucional" con González pero no amistad

También ha reconocido que conoce a Ignacio González, pero que no son amigos, sino que tuvieron "relación institucional" porque que desde 2003 fue Fiscal Superior de Madrid y la relación institucional con los gobernantes formaba parte de su tarea como representante del Ministerio Público en la Comunidad. En todo caso, ignora por qué Ignacio González pensaba que su nombramiento le favorecería.

También ha aclarado que él no se negó a hacer ningún registro en el marco de la 'operación Lezo', sino que era partidario de no incluir en el mismo procedimiento un registro relativo a una operación que se hizo en 2001 y "donde no estaban ni Ignacio González ni Edmundo Rodríguez Sobrino" porque "no veía la conexión".

Sus subordinados llevaron la discrepancia a la Junta fiscal y, según ha relatado, en ella hubo un "debate jurídico" y la discrepancia se resolvió "de la manera más normal del mundo". A su modo de ver, que una discrepancia entre los fiscales y su jefe se resuelva de este modo es algo "absolutamente ordinario", aunque no "ocurra todos los días".