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Elecciones en Holanda

Rutte negocia con democristianos y centristas con el reto de formar gobierno en minoría

  • El partido de Rutte, más la CDA y D66 se quedarían a cinco escaños de la mayoría
  • La debacle de la socialdemocracia hace imposible un ejecutivo más a la izquierda
  • La ultraderecha no entrará en el Ejecutivo a pesar de ser segunda fuerza
  • Especial: Elecciones en Holanda

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Desde la izquierda, Mark Rutte, Alexander Pechtold y Gert-Jan Segers participan en un programa televisivo por las elecciones en Holanda, el miércoles 15 de marzo de 2017, en La Haya (Holanda)
Desde la izquierda, Mark Rutte, Alexander Pechtold y Gert-Jan Segers participan en un programa televisivo

Tras una jornada electoral en la que todas las miradas de los gobiernos europeos han estado puestas en Holanda, ahora toca sacar las calculadoras para saber quién podrá formar gobierno. Aunque los datos no serán definitivos hasta el 21 de marzo, no se esperan grandes cambios en la asignación de escaños.

El primer ministro conservador, Mark Rutte, se ha presentado como el gran ganador y el freno al "populismo", pero su partido, el VVD, se ha dejado en el camino ocho diputados (de 41 ha pasado a 33) y a su socio de coalición, los socialdemócratas del PvdA (que se han desplomado de los 38 a los 29).

Rutte tendrá que buscar nuevos aliados y ya ha anunciado que piensa en los conservadores de la CDA y en los liberales, partidarios de la democracia directa, de D66.

Ambas formaciones han obtenido 19 diputados, con lo que sumados a los de la VVD llegarían a los 71, cinco por debajo de la mayoría absoluta. La suma de una cuarta fuerza (por ejemplo, los democristianos de Cristianos Unidos, con cinco escaños) podría ser la solución.

Debacle socialdemócrata y eclosión de los ecologistas

Más improbable es que los socialdemócratas del Partido Laborista (PvdA) quieran repetir su experiencia en el Ejecutivo, tras la debacle cosechada, que asemeja a otras habidas en el continente en los últimos años. Su líder, Lodewijk Asscher, compareció entre lágrimas cuando sólo se conocían los datos de los sondeos y aseguró que luchará "por una economía justa y una sociedad decente", informa Efe.

Lodewijk Asscher, dirigente del PvdA (socialdemócrata) en Amsterdam, durante la noche electoral

Lodewijk Asscher, dirigente del PvdA (socialdemócrata) en Amsterdam, durante la noche electoral EFE / Bart Maat

Tampoco parece probable una alianza entre las fuerzas de izquierda, pues tendría que ser muy variada y aún así se quedaría lejos de la mitad más uno de los 150 escaños del Parlamento.

Los grandes ganadores en ese lado del espectro son los verdes de Groenlinks, que han pasado de los 4 hasta los 14 asientos. Su líder, Jesse Klaver, de padre marroquí, ha sido comparado con el canadiense Justin Trudeau o con Barack Obama, y ha basado su campaña en un discurso inclusivo y en el efecto "bola de nieve" desde las redes sociales.

Emile Roemer, líder del Partido Socialista (PS), que ha perdido un escaño pero se queda con 14, ha pedido "no ir detrás de la derecha" y ha asegurado que resultará "emocionante" conocer el color del futuro Ejecutivo.

Wilders tocado, pero no hundido

Si Rutte es el ganador a pesar de haber perdido escaños, Geert Wilders es el perdedor a pesar de haber ganado cinco y haber convertido a su Partido de la Libertad (PVV) en la segunda fuerza.

Su exclusión de cualquier pacto de gobierno es segura. Rutte aseguró durante las semanas previas a los comicios que la probabilidad de gobernar junto al líder xenófobo era "cero".

Aun así Wilders, que entre 2010 y 2012 actuó como apoyo externo del primer ejecutivo de Rutte, ha exigido "un puesto en la futura coalición" y ha amenazado con que el primer ministro "no se librará" de él. "Eramos el tercer partido de Holanda. Ahora somos el segundo. La próxima vez, seremos el primero", ha declarado Wilders.

Selcuk Ozturk (centro), del partido DENK (

Selcuk Ozturk (centro), del partido DENK ("Piensa"), en Rotterdam durante la noche de las elecciones en Holanda EFE/MARCO DE SWART

Frente al discurso racista, xenófobo y anti-Islam del PVV se alzarán los tres diputados de una formación que ha entrado por primera vez en el Parlamento. Se trata de DENK ("Piensa", en neerlandés), una formación creada por diputados socialdemócratas de origen turco, y donde todos sus dirigentes tienen orígenes en la inmigración. El partido promueve la tolerancia y la convivencia y propone prohibir el discurso racista en las instituciones públicas.

Las conversaciones, a partir del próximo miércoles

La ministra holandesa de Sanidad, Edith Schippers, del VVD, será la encargada de hacer la primera ronda de consultas con los partidos tras los comicios, tal como ha avanzado este jueves la presidenta del Parlamento, Khadiya Arib.

Se espera que Schippers entregue el próximo miércoles por la mañana un informe sobre las posibles coaliciones de Gobierno para que la Cámara de Representantes holandesa lo pueda discutir, ha precisado. Ese informe será hará público en ese mismo momento y Schippers será invitada al debate para contestar a cualquier pregunta sobre sus propuestas.

Los líderes de los partidos elegidos en las urnas han mantenido una reunión con Arib, a petición de la propia presidenta, para dar a conocer sus opiniones sobre la formación del nuevo gabinete.

Schippers ha recibido un amplio apoyo de los líderes de los partidos presentes para que se encargue de realizar las primeras "exploraciones" de coalición. Ese papel no está establecido por la ley y tiene el propósito de utilizar los días entre la confirmación oficial del resultado de las elecciones y la toma de posesión de los nuevos diputados, con el fin de contar con información preliminar de las posibilidades de formar una coalición.