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Elecciones en Holanda

El primer ministro Rutte proclama su victoria sobre Wilders: "Hemos vencido al populismo"

  • El partido liberal conservador gana con holgura
  • El primer ministro ha ganado tres elecciones seguidas, algo inédito para el VVD
  • El ultraderechista Wilders se queda muy lejos de lo que pronosticaban las encuestas

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El primer ministro holandés, Mark Rutte, celebra su victoria en las elecciones junto a sus fieles en La Haya.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, celebra su victoria en las elecciones junto a sus fieles en La Haya.

El primer ministro holandés, Mark Rutte, ha aguantado el pulso del ultraderechista y xenófobo Geert Wilders en las elecciones legislativas celebradas este miércoles y se ha reivindicado como muro de contención del auge de la extrema derecha en Europa.

"Hemos parado el populismo equivocado después de lo ocurrido con el Brexit y las elecciones estadounidenses", ha aplaudido el líder del partido liberal de derechas VVD, dando por buenos unos resultados que muestran, sin embargo, un retroceso para su partido de hasta nueve escaños.

"¡Qué noche! Pedimos que se le parara. Paradlo. Hemos parado el populismo erróneo", ha afirmado Rutte, exultante, en un discurso ante sus fieles en La Haya. Y.

El Partido Popular por la Democracia y la Libertad (VVD), la formación de centro derecha de Rutte ha obtenido 33 escaños, ocho menos que en 2012 y muy lejos de los 76 necesarios para una mayoría absoluta, por lo que tendrá que negociar para formar gobierno. El xenófobo Partido de la Libertad (PVV) ha subido cinco escaños (de 15 a 20), muy lejos de lo pronosticado en las encuestas y no tiene asegurado ser la segunda fuerza política por el empuje de Llamada Democristiana (CDA), que suma 19 y los centristas de D66, con 19 escaños.

El otro rostro ganador es el del líder de Los Verdes, el carismático Jesse Klaver (conocido ya como el Justin Trudeau holandés), firman el ascenso más fulgurante: 14 diputados (10 más que en 2012). La otra cara de la noche es la del descalabro de los laboristas y socios de gobierno de Rutte, que se han dejado el 70% de sus escaños (de 38 a 9).

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Rutte promete una Holanda proeuropea y unida

Con un Parlamento tan fragmentado, Rutte ha manifestado que su primer mandato es "volver a unir Holanda". Y, en referencia al ultraderechista Wilders, ha asegurado que el país "sigue siendo proeuropeo".

Rutte: Ahora es importante unir de nuevo al país y formar un Gobierno estable

"En una campaña, es inevitable que salgan a la luz las diferencias, pero ahora es importante unir de nuevo al país y formar un Gobierno estable para los próximos cuatro años", ha dicho el primer ministro. Y en este punto se ha acordado de sus socios de gobierno.

"Estuvimos durante 4 años y medio en una aventura juntos. Les deseaba un resultado diferente", ha señalado, sin desvelar si contará con ellos en su próximo Ejecutivo.

El líder del VVD, que durante la crisis ha acatado con celo las recetas de austeridad pedidas por Bruselas, ha apostado por destinar en los próximos años "más dinero para Defensa, para el cuidado de las personas mayores y para las infraestructuras. "Eso será para los liberales lo más importante en los próximos años", ha asegurado.

Precisamente, según los analistas, los recortes sociales son los que explicarían la merma de votos de los liberales y, sobre todo, de los socialdemócratas.

Un superviviente político que hace historia

Rutte ha remontado las encuestas en la recta final de campaña. La mayoría de los analistas coinciden en que, probablemente, ha sido el líder que mejor ha capitalizado la crisis diplomática con Turquía. Su firmeza ante los insultos y amenazas de Recep Tayyip Erdogan por la suspensión de mítines de líderes turcos en territorio holandés ha convencido a quienes le achacaban una imagen demasiado blanda.

A sus 50 años puede decir que ha llevado al VVD al mejor momento de su historia. Rutte, el primer líder liberal que dirige Holanda desde 1918, ha ganado tres elecciones seguidas y ha demostrado una extraordinaria capacidad de supervivencia.

Si ahora es el único que ha conseguido frenar a Wilders, en 2010 fue quien le abrió las puertas del gobierno. El ultraderechista ha vuelto a ofrecerse como socio de coalición, pero esta vez Rutte no necesitará pactar con el diablo para poder gobernar.