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Río 2016

El atleta etíope que protestó contra su gobierno en la meta del maratón de los Juegos pide asilo en Brasil

  • Feyisa Lilesa protestó con los brazos en cruz contra la represión de su gobierno
  • Su gesto, dice, podría provocar su muerte o su ingreso en prisión en Etiopía
  • Su tribu Oromo está enfrentada al gobierno por la reasignación de tierras

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El atleta etíope Feyisa Lilesa realiza un gesto protesta contra la represión del gobierno de su país contra su etnia.
El atleta etíope Feyisa Lilesa realiza un gesto protesta contra la represión del gobierno de su país contra su etnia.

Muchos y variados han sido los gestos de triunfo que hemos visto a los deportistas que han participado en los Juegos Olímpicos de Río, pero sólo uno puede acabar con su protagonista entre rejas. Se trata del atleta etíope Feyisa Lilesa, que cruzó segundo la línea de meta del maratón con los brazos en cruz para protestar contra la represión de su gobierno a la tribu Oromo. Su gesto, dice, podría provocar su muerte o su ingreso en prisión en Etiopía y, por ello, ha pedido asilo en Brasil.

Feyisa Lilesa, el atleta etíope que ha ganado la medalla de plata en la prueba masculina de maratón en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, ha pedido asilo en Brasil porque teme volver a su país tras expresar públicamente su rechazo al actual Gobierno.

Lilesa aprovechó su momento de gloria en la línea de meta para dar a conocer la situación de su pueblo natal: los oromo. Alzó los brazos sobre su cabeza y formó una cruz con ellos, un gesto asociado a las protestas contra el Gobierno etíope que repitió en la ceremonia de celebración posterior. Quiso, ha dicho, apoyar a los miembros de su tribu Oromo que están enfrentándose a los planes del Gobierno de reasignar tierras de cultivo.

Los peores disturbios en una década

Los planes del Ejecutivo sobre las tierras que rodean la capital para proyectos de desarrollo han generado feroces manifestaciones en noviembre y se han extendido durante meses, en los peores disturbios que ha padecido el país en más de una década.

Mis familiares están en la cárcel y si hablan de derechos democráticos los matan

"Oromo es mi tribu (...) El pueblo Oromo ahora protesta lo que es correcto, por paz, por un lugar", explicó Lilesa tras la prueba. "El gobierno etíope está matando a mi gente, así que respaldo todas las protestas en cualquier lugar ya que Oromo es mi tribu. Mis familiares están en la cárcel y si hablan de derechos democráticos los matan".

"La situación del pueblo oromo en Etiopía es muy peligrosa", insistió. "En nueve meses más de 1.000 personas han muerto en las protestas" para impedir que el Gobierno les prive de sus tierras en torno a la capital.

Lilesa: "Me matarán"

Lilesa, de 26 años, teme ahora las consecuencias de su gesto cuando vuelva a casa, por lo que ha decidido permanecer en Brasil hasta aclarar su situación legal. "Me matarán. No tengo otro visado, así que me quedaré aquí y, si consigo otro visado, iré a Estados Unidos", ha anunciado este lunes, según informa The Guardian.

"Tal vez me vaya a otro país (...) eres libre solo si apoyas al Gobierno. No puedes trabajar sin eso", ha explicado.

Etiopía, una de las naciones más pobres del mundo durante mucho tiempo, se ha industrializado rápidamente en la década pasada. Sin embargo, la reasignación de tierras es un tema espinoso para sus ciudadanos, muchos de los cuales viven de la agricultura.

Las autoridades abandonaron los planes en enero, pero las protestas resurgieron este mes debido a que manifestantes opositores continúan detenidos. Grupos de derechos humanos dicen que cientos de personas han muerto. Human Rights Watch ha documentado más de 400 víctimas mortales. El Gobierno cuestiona las cifras y afirma que las protestas ilegales de "fuerzas contra la paz" han sido controladas.

Las redes sociales recaudan dinero para su nueva vida

Naciones Unidas ha pedido a las autoridades etíopes que permitan la entrada de observadores internacionales para velar por los derechos del pueblo oromo, que representa el 25 % de los 90 millones de habitantes con los que cuenta el país africano.

Lilesa, con su gesto, también ha desafiado la prohibición de realizar manifestaciones políticas en los Juegos Olímpicos, lo que podría costarle la retirada de su medalla, aunque su protesta ha desencadenado un gran apoyo en Internet y no parece que vaya a ser sancionado. Una iniciativa en las redes sociales para ayudar a Lilesa a emprender una nueva vida fuera de Etiopía ha recaudado 40.000 dólares en apenas unas horas.

El ministro de Comunicaciones de Etiopía, Getachew Reda, ha asegurado que Lilesa -"un héroe nacional"- "no tiene nada de lo que preocuparse". "Es un poco excesivo pensar que tú y tus seres queridos estáis en peligro porque hagas un gesto. Puedo asegurar que no les va a pasar nada, ni a él ni a su familia", ha dicho Reda en declaraciones a CNN.