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EE.UU. y 11 países del Pacífico firman un acuerdo de libre comercio que reúne al 40% de la riqueza mundial

  • El Acuerdo de Asociación Transpacífico se perfila como contrapeso a la influencia china
  • Obama asegura que beneficiará a los trabajadores estadounidenses

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El primer ministro de Nueva Zelanda, John Key junto a representantes de los 11 países que forman parte del Tratado de Asociación Transpacífico.
El primer ministro de Nueva Zelanda, John Key junto a representantes de los 11 países que forman parte del Tratado de Asociación Transpacífico.

Los representantes de 12 países, entre ellos Estados Unidos y Japón, han firmado este jueves en la ciudad neozelandesa de Auckland el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), el más ambicioso acuerdo de libre comercio cerrado hasta el momento -reúne el 40% del PIB mundial- y que pretende contrarrestar la creciente influencia de China en la zona del Pacífico.

El TPP incluye además a Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Perú, Malasia, México, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam, y tiene como objetivo eliminar las barreras al comercio y la inversión. El acuerdo todavía debe ser ratificado por los Parlamentos de los 12 países firmantes, por lo que se prevé que el proceso no esté concluido antes de dos años.

Obama asegura que pone "en primer lugar" a los trabajadores de su país

El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha emitido un comunicado en el que asegura que "establece nuevos y altos estándares para el comercio y la inversión en una de las regiones de mayor crecimiento y más importantes del mundo". Además, ha subrayado que el acuerdo "fortalecerá el liderazgo" de EE.UU. y situará "a los trabajadores estadounidenses en primer lugar".

Según Obama, las reglas de comercio global a menudo ponen "en desventaja" a las empresas y trabajadores de su país. Sin embargo, eso cambiará con el TPP, ya que, por ejemplo, eliminará más de 18.000 tasas que varios países imponen a productos hechos en EE.UU.

Después de cinco años de negociaciones, en octubre pasado se cerró un acuerdo comercial que consta de 30 capítulos. En ellos, se cubren diversos asuntos como el intercambio de bienes y servicios, los procedimientos aduaneros, medidas fitosanitarias y sanitarias, barreras técnicas o comercio electrónico.

Un contrapeso a la influencia china

Además, el presidente estadounidense ha indicado que este tratado permitirá que países como EE.UU. sean los que "escriban las reglas del camino en el siglo XXI" en oposición a China, que ha sido excluido del acuerdo.

Pekín está trabajando en un pacto similar con los países miembros del foro de cooperación económica Asia-Pacífico (APEC).

China ha explicado que estudia el tratado firmado y ha deseado que contribuya a la apertura comercial de la zona.

"El TPP es un acuerdo exhaustivo", ha indicado en un comunicado el Ministerio de Comercio chino. "Esperamos que los diferentes acuerdos para la liberalización del comercio en la región Asia-Pacífico se complementen entre sí y contribuyan conjuntamente al comercio, inversión y crecimiento económico de la región", añade la nota.

Sobre la rivalidad con China, el representante de Comercio Exterior estadounidense, Michael Froman, ha asegurado que el TPP "no se dirige contra un país en particular, sino que busca establecer estándares más altos para la región". Además, ha explicado que Pekín está "vinculado" al acuerdo y que se pretende tener una relación económica "constructiva".

Así, otros países firmantes se han mostrado dispuestos a que el TPP acepte más miembros en el futuro, como China. El ministro chileno de Exteriores, Heraldo Muñoz, ha querido remarcar que el tratado es "perfectamente compatible" con el avance del Área de Libre Comercio de Asia-Pacífico que promueve Pekín.

Indonesia y Filipinas ya han manifestado en los últimos meses su interés por incorporarse a tratado firmado este jueves.

Un mercado de 800 millones de personas

Por su parte, el primer ministro neozelandés, John Key, ha señalado durante el acto que los países avanzan hacia "la apertura e integración de sus mercados e inversiones". Al mismo tiempo, ha destacado que el pacto supone un tercio de las exportaciones mundiales y abarca un mercado de 800 millones de personas.

El ministro de Comercio e Industria de Singapur, Lim Hng Kiang, ha considerado que es un "hito importante". Ha subrayado que desde su país, inversores y negocios buscan una liberalización del comercio y un mercado más "abierto, predecible y transparente".

Por su parte, el ministro de Industria malasio, Mustapa Mohamed, ha indicado que las empresas de su país esperan poder aprovechar las oportunidades que ofrece esta expansión y las bajas tarifas que establece el acuerdo. "El acceso a los mercados es, en efecto, una de las razones por las que estamos en el TPP", ha remarcado.

Protestas contra el acuerdo

Pero no todo han sido elogios para el TPP. En las calles de Auckland, fuertemente vigiladas por la Policía neozelandesa, centenares de personas se han manifestado en contra de este acuerdo comercial con carteles en los que se leían lemas como "Si la injusticia es la ley, la rebelión es nuestro deber".

El TPP ha sido criticado por el secretismo que ha rodeado las conversaciones.

Además, numerosas ONG y centrales sindicales han alertado de la amenaza que representa esta alianza, entre otras cosas, para los derechos laborales, el acceso a los medicamentos y el medio ambiente.