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Varufakis, demandado por un delito de "alta traición" en las negociaciones con los acreedores

  • La Fiscalía del Tribunal Supremo la ha transferido al Parlamento griego
  • Ha sido presentada por el alcalde de la localidad de Stylida y por un abogado
  • Es anterior a las revelaciones sobre el plan B ideado por el exministro

Varufakis lo justifica por las restricciones impuestas a la soberanía

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Varufakis, demandado por un delito de "alta traición" en las negociaciones con los acreedores

La Fiscalía del Tribunal Supremo ha transferido este martes al Parlamento griego una demanda contra el exministro de Finanzas Yanis Varufakis por su "actuación durante la negociación" con los acreedores, que en su opinión podría constituir un delito de "alta traición". La Cámara deberá evaluar ahora si sus actos estuvieron dentro de los límites del cargo de ministro de Finanzas o si hay motivos suficientes para iniciar una investigación al diputado, para lo que se le levantaría la inmunidad parlamentaria.

La demanda fue presentada por un abogado y el alcalde de una pequeña ciudad costera, que a su vez es el líder de un partido sin representación parlamentaria. Consideran que Varufakis incurrió en el delito de alta traición al haber violado con su actuación durante todas las negociaciones el mandato del pueblo tras las elecciones, que era negociar con los acreedores un acuerdo para sacar el país de la recesión.

Mientras el Parlamento delibera sobre esta primera demanda, un grupo de cinco abogados prepara un segundo pliego de acusaciones, este ya relacionado directamente sobre el plan B ideado por el exministro de Finanzas y que no llegó a ser activado porque no contó con la aprobación del primer ministro, Alexis Tsipras. En esta demanda se alude a la conversación de Varufakis con miembros de varios fondos de riesgo filtrada este fin de semana por el periódico conservador heleno Kathimerini.

El exministro de Finanzas griego había preparado un sistema de pagos y una banca paralela utilizando los números de identificación fiscal de los contribuyentes y empresas -mediante el pirateo de la Secretaría General de Ingresos- y crear un sistema de cuentas paralelo de pago que posibilitara efectuar transacciones digitales a los ciudadanos que hubiera permitido cambiar del euro al dracma automáticamente si la troika hubiese forzado el cierre de los bancos, lo que finalmente ocurrió.

Varufakis justifica su plan por las restricciones impuestas a la soberanía

En un artículo que publica este martes el diario Financial Times, Varufakis justifica que el plan que sopesó para restablecer la liquidez del Estado griego y para rescatar la economía griega respondía a las restricciones a la soberanía impuestas por las autoridades de la eurozona. En el diario, el exministro de Finanzas griego asegura que estas medidas ya las dio a conocer al anunciar su dimisión el 6 de julio, día en el que fueron ignoradas por la prensa.

Sin embargo, agrega, los medios "disfrutaron" cuando posteriormente se hizo pública una conversación sobre el asunto con representantes de fondos de riesgo, que fue grabada con su consentimiento. "Aunque entiendo la excitación de la prensa con elementos de ese intercambio, como el tener que considerar medios poco ortodoxos para acceder a los sistemas de mi propio Ministerio, solo hay un asunto relevante desde el punto de vista del interés público", escribe.

"Hay una espantosa restricción de la soberanía nacional impuesta por la troika de prestamistas a los ministros griegos, a los que se niega acceso a departamentos de sus ministerios clave para introducir políticas innovadoras", sostiene. "Cuando la pérdida de soberanía, debida a una deuda oficial insostenible, da lugar a políticas subóptimas en naciones ya bajo presión, uno sabe que hay algo podrido en el reino del euro", añade.

El exministro de Finanzas griego detalla las medidas

En el artículo, Varufakis detalla las medidas que su Ministerio estudió para afrontar los problemas de liquidez del Estado y sistema bancario griegos, que incluían acceder (al margen de la troika) a los datos fiscales de ciudadanos y empresas para crear un sistema alternativo de pagos que permitiera cancelar deudas mediante la emisión de pagarés que podrían redimirse posteriormente, por ejemplo, contra el pago de impuestos.

"Nuestra simple idea era una cancelación multilateral de la deuda impagada entre el Estado y el sector privado (ciudadanos y empresas) usando la plataforma digital de pago existente de la oficina de impuestos", explica.

La intención era crear "una cuenta de reserva" con el NIF (número fiscal) de cada ciudadano y compañía donde se les reconocería la deuda pendiente del Estado, de modo que el contribuyente hubiera podido "transferir esos créditos desde su cuenta de reserva al mismo Estado (en lugar del pago de impuestos) o a otra cuenta de reserva".

El economista argumenta que, debido a la ausencia de un banco central que respalde al Estado, la morosidad del Gobierno griego con el sector privado "ha sido perpetuamente deflacionaria desde 2008" y deriva en un círculo vicioso que afecta a la recaudación de impuestos y resulta en una falta de liquidez.

En una segunda fase de su plan, que no se llegó a estudiar a fondo, se hubieran introducido aplicaciones de móvil y unas tarjetas ciudadanas para facilitar las transacciones y la amplia implantación entre la ciudadanía.

Este sistema de pago alternativo, prosigue Varufakis, se habría podido "desarrollar como sustituto ante la falta de mercados de deuda pública funcionales", especialmente durante una crisis crediticia como la que afecta a Grecia desde 2010.

Así, "los agentes del sector privado habrían podido tener la posibilidad de comprar (pagarés de) crédito en la misma web de la oficina fiscal, usando sus propias cuentas bancarias, y agregarlos a sus cuentas de reserva", explica. "Estos créditos podrían utilizarse, por ejemplo, al cabo de un año para pagar impuestos con alguna desgravación", precisa.

"Siempre que hubiera un tope al total de (pagarés) de crédito emitidos y su magnitud fuera totalmente transparente, el resultado sería un aumento fiscalmente responsable de la liquidez del Gobierno y un camino más rápido de regreso a los mercados financieros a los que Gobiernos como el de Grecia han perdido acceso", razona en el artículo.