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Finaliza la campaña del CSIC en la Antártida, que ha estudiado el cambio climático

  • Buscan predecir cómo influirán los contaminantes en el cambio global
  • El CSIC ha liderado dos proyectos y ha colaborado en otros dos
  • Un total de 80 investigadores han estado tres meses en la Antártida

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Integrantes de la 28ª Campaña Antártica del CSIC junto a un iceberg.
Integrantes de la 28ª Campaña Antártica del CSIC junto a un iceberg.

A partir de este jueves el continente de la Antártida volverá a ser un solitario paraíso helado, ya que los 80 investigadores de doce países que han estado llevando a cabo proyectos científicos durante algo más de tres meses abandonan sus bases hasta el próximo otoño.

Es el caso de la base antártica Juan Carlos I, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), según ha informado la institución en un comunicado.

En ella se han liderado dos de los 15 proyectos desarrollados y se ha participado en otros dos. Uno de ellos, llamado Remarca, ha tomado muestras de agua, hielo, suelo, vegetación, atmosféricas y de plancton con el fin de estudiar la influencia del periodo del deshielo en el destino de los contaminantes y su incorporación en los organismos.

Dirigido por el investigador Jordi Dachs, del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua, permitirá predecir el impacto de los contaminantes en la Antártida en el escenario actual de cambio global.

Por su parte, el buque Hespérides ha permanecido durante toda la campaña en la Antártida y ha funcionado como tercera sede científica.

En su interior se ha llevado a cabo el proyecto Pegaso, cuyo objetivo ha sido estudiar cómo las emisiones de gases y partículas emitidas por el plancton regulan la formación y características de las nubes sobre el océano. Lo ha liderado el investigador del CSIC Rafel Simó, del Instituto de Ciencias del Mar y han participado 30 personas de nueve países

Tres meses de investigación

La XVIII Campaña Antártica comenzó el pasado 20 de octubre, cuando el buque de investigación oceanográfica Hespérides zarpó del puerto de Cartagena (Murcia) rumbo a las dos bases antárticas españolas: a la Juan Carlos I, en la Isla Livingston, y a la Gabriel de Castilla, en Isla Decepción -dependiente del Ejército español-, que también será clausurada hasta el inicio del próximo verano austral.

“Acaba aquí una larga e intensa campaña donde hemos contado con una gran variedad de proyectos científicos, que han abarcado desde el estudio de la evolución de los glaciares, investigación en magnetismo, sísmica, meteorología, líquenes y de la contaminación de origen orgánico, entre otros", ha comentado Jordi Felipe, jefe de la Base Antártica Juan Carlos I.

"Además, es muy enriquecedor compartir el día a día con personal de múltiples nacionalidades en este sitio tan inhóspito pero a la vez tan maravilloso”, ha concluido.