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Pedro Sánchez, el candidato hecho a sí mismo que "hace año y medio no estaba en política"

  • Este madrileño de 42 años será el próximo secretario general del PSOE
  • Economista y profesor, habla inglés y francés y es diputado en el Congreso
  • Su trayectoria se ha forjado con preparación, trabajo y varias dosis de azar

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Pedro Sánchez, un candidato hecho a sí mismo que "hace año y medio no estaba en política"

Cuando hace unos meses se preguntaba por los posibles candidatos a secretario general del PSOE, Pedro Sánchez era poco más que un desconocido tras los Patxi López, Carme Chacón o Eduardo Madina. Un meritorio voluntarioso destinado en el mejor de los casos a integrarse en el equipo del ganador.

Sin embargo, Pedro Sánchez se convertirá en el próximo líder de los socialistas tras ganar con el 49% de los votos la consulta celebrada entre los militantes. Sucederá a Alfredo Pérez Rubalcaba para abanderar la regeneración que se ha propuesto el socialismo español tras las últimas derrotas electorales.

"Yo no estaba entre los elegibles, pero si hoy estoy en las quinielas es por derecho propio", esgrimía el candidato durante la campaña.

Lleva ocho meses preparando su asalto al poder, acercándose a los militantes agrupación a agrupación para buscar su apoyo y lograr el más difícil todavía para alguien que se define como "un militante de base, un diputado raso" que "hace año y medio no estaba en política".

Pedro Sánchez Pérez-Castejón (Madrid, 1972), casado y con dos hijas, es del barrio de Tetuán, jugó al baloncesto en el Estudiantes hasta los 21 años y es del Atlético de Madrid. Por ‘pupas’ decidió afiliarse al PSOE en 1993 tras la sufrida victoria electoral de Felipe González, y ha aplicado el famoso cholismo a esto de la política: aval a aval, para ganar el partido.

La ‘encuesta’ de los avales tras más de 30.000 kilómetros al volante de su Peugeot le dio la razón, una mano psicológica que se ha llevado Sánchez de largo.

“Ahora tengo mucha fuerza de abajo y hambre de cambio. Los auténticos cambios vienen siempre de abajo, no de arriba. Yo no habría emprendido este camino hace ocho meses si pensara que todo está escrito”, decía.

Frente al poder del aparato, meritocracia

El respaldo a su candidatura de Andalucía, la principal federación socialista, se quiso ver como un estigma que marcaba a Sánchez como el candidato del “aparato”, la misma etiqueta que su equipo quiería colgar a Madina.

Pedro Sánchez niega ser un hombre de Susana Díaz, o haberlo sido de José Blanco o de Trinidad Jiménez; en todo caso, se afirma “leal al partido” y reivindica en su persona la meritocracia de haberse aupado por sí mismo.

Pedro Sánchez niega ser un hombre de Susana Díaz, o haberlo sido de José Blanco o de Trinidad Jiménez

Licenciado en Económicas por la Complutense, habla inglés y francés, tiene dos másteres en temas europeos y se doctoró en la Universidad Camilo José Cela, donde da clases de Historia del Pensamiento Económico.

Como notas más exóticas de su currículo, con 26 años fue asesor en el Parlamento Europeo de la eurodiputada Bárbara Dürkhop y a los 28, jefe de gabinete del Alto Comisionado de la ONU durante la guerra de Kosovo, Carlos Westendorp.

Frente a esto, la carrera política de Pedro Sánchez ha sido más bien discreta, prototípica y sin cargos de relumbrón: militante de las juventudes del partido, concejal y diputado, sin responsabilidades de gestión, lo que se ha apuntado en su ‘debe’.

Dos veces diputado a la segunda

Sobre todo, su ascenso político lo ha movido hasta hace poco el azar, y lejos de ir en línea recta, ha tenido no pocos vericuetos y ha progresado a golpe de segundas oportunidades.

Entró en el Congreso por el abandono de Pedro Solbes, primero, y de Cristina Narbona, después

En 2003, en la lista al Ayuntamiento de Madrid que encabezaba Trinidad Jiménez, tuvo que esperar a que corriera la lista dos puestos para ser concejal un año después de las elecciones, y hasta 2009, en materias de vivienda, urbanismo y economía, mientras trabajaba con Blanco como ‘fontanero’ en campañas.

Tras no obtener escaño en 2008 en el Congreso de los Diputados, salió de la política pero de nuevo volvió un año después a ocupar el escaño que dejaba Pedro Solbes. La historia se repitió en 2011. Fuera del corte en la lista por Madrid, había vuelto a la universidad para doctorarse, pero al poco regresó a la bancada socialista por la marcha de otra exministra, Cristina Narbona.

Con una carrera política que parece haber ido de carambola en carambola, Pedro Sánchez se afana ahora en ser el dueño único de su destino y alcanzar un puesto de liderazgo para el que tampoco estaba señalado.

La ventaja del desconocido

Es fácil apuntar paralelismos entre Pedro Sánchez y el triunfo de Zapatero en el año 2000, cuando los militantes optaron por un diputado anónimo tras el fracaso de Joaquín Almunia y el favoritismo de un José Bono que no logró aunar todas las sensibilidades.

Es fácil apuntar paralelismos entre la candidatura de Sánchez y la de Zapatero en el año 2000

Ahora, como entonces, ser un desconocido para la opinión pública, o mejor, un político "sin pasado" puede ser la bandera que el socialismo que salga del próximo Congreso quiere enarbolar.

A su actual pretensión también ha ayudado la presencia en los medios con su participación como tertuliano. Su presencia en radio y televisión le han dado la voz y la palabra y, sin duda, unos cuantos puntos de reconocimiento público. Ahí ha lucido un perfil telegénico, de nuevo cuño y buena planta, con retórica para seducir a los desencantados con los socialistas de siempre.

Se puede ver un paralelismo con el fenómeno de Pablo Iglesias, líder de Podemos, en cuanto a su dominio de los nuevos medios de comunicación -y promoción- política.

Pedro Sánchez tiene un Twitter que actualiza él mismo, un blog donde relata sus experiencias políticas y también cuentas en Facebook, Google+, YouTube y Flickr.

En su página web ha vertido los diez compromisos que según dice, adquiere con los militantes del PSOE y con el país si es escogido para sustituir a Alfredo Pérez Rubalcaba.

Propuestas políticas

Modelo de Estado: Quiere una reforma federal de la Constitución, según lo establecido en la Declaración de Granada aunque durante la campaña llegó a referirse a Cataluña como "nación" y pidió un modelo fiscal diferenciado para ella. "El alma de España es federal", pero su "traje autonómico se ha quedado estrecho" y debe cambiarse por uno "más adecuado".

Política económica: "Proteger al trabajador" y una "reforma fiscal progresista", que haga que "las empresas del Ibex tributen más y las familias menos".

Posicionamiento ideológico: Una política "inequívocamente de izquierdas", "laica, federal, de valores republicanos, feminista y ecologista". Aboga por una alianza de los progresistas, las rechaza con el PP: "Quiero que el PSOE se coaligue con los que sufren, no con quienes provocan el sufrimiento".

Relación con la Iglesia: Sánchez propone eliminar el concordato con la Santa Sede y revisar "todos los privilegios con la Iglesia Católica".

Partido: "Hay que consultar a los militantes sobre cuestiones concretas”, y apuesta por “las listas desbloqueadas y la paridad entre hombres y mujeres".