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La economía sopla a favor de Merkel

  • El PIB crece, el empleo bate récords y logra superávit en el primer semestre
  • Los bajos sueldos y los extranjeros cualificados sostienen el milagro alemán

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Un cartel electoral de Merkel en un barrio de Berlín
Un cartel electoral de Merkel en un barrio de Berlín.

El viento económico sopla a favor de la canciller alemana Angela Merkel. La líder de la CDU intenta revalidar en las urnas un tercer mandato con el mayor crecimiento de la UE en el segundo trimestre, pero el milagro alemán presenta zonas de sombra como los bajos salarios, el aumento de la pobreza, el reto demográfico o la integración de los inmigrantes.

Merkel puede sacar pecho por su labor en la consolidación fiscal. Se presenta a las elecciones con un superávit de 8.500 millones de euros en el primer semestre y promete un presupuesto "estructuralmente equilibrado" para 2014. A partir de 2015, por primera vez, Alemania no emitirá nueva deuda pública y empezará a desendeudarse.

La República Federal crece gracias al empuje de la demanda interna. Los alemanes han recuperado el optimismo, la confianza de los consumidores enlaza nueve meses consecutivos al alza, y empiezan a gastar más por el nivel de empleo récord -42 millones de trabajadores- y la subida de los salarios.

Satisfación con la economía

El director en España de la fundación Konrad Adenauer, cercana a la CDU, señala que "el 75% de los alemanes afirma estar satisfecho o incluso muy satisfecho con su situación económica personal". Thomas Bernd Stehling añade que "el paro juvenil es el más bajo de Europa y se abren nuevas perspectivas, especialmente para las futuras generaciones".

Admite que hay problemas como los sueldos bajos y su evolución, por ejemplo en el sector de la dependencia, que cobrarán importancia por el cambio demográfico, o "el fenómeno de la pobreza entre las personas mayores, que incluso afecta a contribuyentes que han trabajado durante toda su vida".

Se abren nuevas perspectivas para las futuras generaciones

El consumo privado avanza un 0,5% intertrimestral en el segundo trimestre pero, pese a ser paladín de la austeridad, Merkel se ha relajado, con un aumento del gasto público del 0,6% en plena campaña electoral. Las empresas germanas también apuestan por el crecimiento y la inversión sube el 0,9%.

La prensa internacional reclama a la canciller menos impuestos para aumentar la renta disponible, el consumo y las importaciones que servirían para reequilibrar la balanza comercial de otros países europeos. De momento, Merkel no parece estar por la labor, ha incumplido la promesa electoral de bajar los impuestos en 24.000 millones y los alemanes soportan con resignación una presión fiscal muy alta porque "alguien tiene que pagar las carreteras".

Liderazgo fuerte

“La gente en Alemania no quiere cambiar ante la situación económica europea. Los alemanes son miedosos, recuerdan las dificultades para formar gobierno las dos últimas veces y prefieren un liderazgo fuerte en casa y en Europa”, señala a RTVE.es el experto en política internacional, Ángel Ceña. La CDU ha aprovechado esta circunstancia para personalizar una campaña que ahora gira en torno a la figura de Merkel, "Angie" en la propaganda electoral.

Los votantes dan por hecho la coalición entre la CDU y los liberales

Este colaborador del partido demócrata norteamericano en Múnich apunta que “los votantes germanos dan por hecho la coalición entre la CDU y el partido liberal, pese a que son unos socios de gobierno puñeteros y tienden a marcar diferencias con Merkel”. La entente parece segura aunque los liberales han perdido muchos votos por su posición ideológica, “cosas como desregular la banca son invendibles hoy en día”.

El SPD se ha movido a la izquierda pero tiene el gran problema de lidiar con el legado de Schröeder -la Agenda 2010, que flexibilizó el mercado laboral, con los minijobs y la extensión del trabajo a tiempo parcial, o Kurzarbeit-. Este español cree que ahora intentan corregir el rumbointroducir un salario mínimo y subir la remuneración de los minijobs, pero no logran llegar al electorado alemán que percibe “contradicción y despilfarro”.

Crece la brecha social

Las nuevas reglas del mercado laboral han aumentado como nunca la brecha entre ricos y pobres y han deteriorado la calidad de vida de millones de personas, pero las ayudas sociales combinadas con un minijob permiten que la gente pueda pagar el alquiler y no figure en las listas del paro.

La inyección de dinero público en forma de subsidios actúa como aglutinante y evita que surjan movimientos sociales de protesta significativos. Un funcionario regional de Hamburgo explica a RTVE.es que su único efecto  es "ser un revulsivo para los votantes de izquierdas. Sirve para que el SPD rasque un 10% de los votos y acorte la distancia con la CDU".

Los alemanes solo han visto la crisis por televisión

Friedrich -nombre ficticio- destaca que "Alemania ha pasado bastante bien la crisis económica. Hay poco paro, algo de crecimiento y los presupuestos son bastante estables”. Lo interesante es que los alemanes "solo han visto la crisis por televisión, no tienen experencia propia" y les quedan muy lejos los sufrimientos de los países rescatados. Por su parte, Stehling considera "un éxito, el hecho de que Alemania saliera reforzada de la crisis bancaria y del euro a pesar de que no existiera ningún “modelo” o  referente histórico".

Desde una perspectiva europea, "lo bueno es que Merkel ha aumentado la presión para que otros gobiernos hagan reformas estructurales muy importantes y reforzar la disciplina presupuestaria en toda la UE-dice Friedrich-". El funcionario advierte la estrechez de miras de la canciller a la hora de buscar una salida europea a la crisis pero matiza que el socialdemócrata Peer Steinbrück también carece de esta visión "por lo que no hay alternativa".

Opina que Merkel ha reaccionado demasiado tarde para reanimar la coyuntura económica en Europa aunque "es díficil estimular las inversiones sin frenar el impulso reformista fuera de sus fronteras". Una ecuación en la que pesa sobre todo la disciplina fiscal.

Envejecimiento e inmigración

Friedrich apunta en el debe de la canciller que no ha abordado el reto demográfico, un riesgo para la Seguridad Social alemana y los servicios médicos públicos. "Hacen falta nuevas reformas", afirma. La sociedad alemana está envejeciendo pero "debe mantener la posibilidad de crear innovación".

El director de la Konrad Adenauer marca  como retos "mantener la competividad, aumentar las inversiones en I+D y  educación, mantener el crecimiento como base de empleo y justicia  social, y garantizar la cohesión de la UE para seguir promoviendo los  intereses alemanes dentro de los 28 y en el mundo".

La competitividad de los productos made in Germany ha estado muy ligada a la investigación y a la aplicación industrial de las mejoras tecnológicas, un factor que debe cuidar para seguir siendo el motor económico de la UE en una economía muy dependiente de las exportaciones.

Aún existe cierta xenofobia en la sociedad alemana

De momento, la solución es buscar a jóvenes ingenieros e universitarios de otros países europeos para trabajar en Alemania. Así la RFA se beneficia de una mano de obra cualificada, en la que no ha invertido ni un euro y mantiene su tejido productivo.

El empleado público critica que “no hay un concepto sólido o una política de inmigración clara. Es fácil integrar a los jóvenes de toda Europa que comparten una cultura común pero no tanto acoger a los refugiados sirios". A su juicio, aún "existe cierta xenofobia en la sociedad alemana". Como muestra vale un botón. El diario Die Tageszeitung ha publicado una entrevista al vicecanciller solo con las preguntas porque hablaba de sus orígenes vietnamitas y no pasó el filtro de su jefe de prensa. La inmigración es un asunto que levanta ampollas en plena campaña electoral alemana.