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100 Años de flamenco en Nueva York

  • La ciudad de los rascacielos acoge esta flamenca muestra multimedia
  • Abre al público este miércoles hasta el 3 de agosto en el Lincoln Center
  • Compuesta por fotos, vídeos, vestuario, castañuelas o mantones centenarios

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Afiche que se exhibe en la exposición '100 años de flamenco en Nueva York'
Afiche que se exhibe en la exposición '100 años de flamenco en Nueva York'

El Flamenco viene y va como los palos de ida y vuelta para quedarse y volver como las olas del océano Atlántico, para enriquecer un arte que se alimentó en sus inicios de la música y la danza morisca y española y que siguió creciendo con elementos de las culturas afroamericanas en épocas coloniales y en las de la era moderna a través de la globalización.

Entre Nueva York y España hace más de siglo y medio que se estableció un puente cultural para esta expresión artística, los posos de este intercambio han precipitado en forma de exposición multimedia abierta al público en la Biblioteca Pública de Nueva York para las Artes Escénicas, 100 Años de Flamenco en Nueva York.

Ahí es ná , que diría un flamenco, un siglo de la historia del amor de una ciudad por un arte que embruja a través de los elementos que posibilitaron la exhibición pública del sentimiento, la sensibilidad, la tragedia o la alegría de unos artistas ante un público que se sobrecoge escuchando una toná y que se emociona ante el desplante en un baile.

En el Lincoln Center neoyorquino se pueden ver y escuchar, desde este miércoles hasta el 3 de agosto, las castañuelas y sus trepidantes repiqueteos, los zapatos y sus resonantes taconeos, los vestuarios, programas, narraciones orales, películas, documentales rara vez vistos, grabados y fotografías de espectáculos de danza española en teatros de España y Nueva York.

Una serie de seminarios y conferencias, presentaciones en vivo y clases de flamenco en el Auditorio Bruno Walter complementarán la exposición

Primera exposición flamenca comisionada en EE.UU.

Con la colaboración de 'Flamenco Vivo Carlota Santana', escuela y compañía estable de danza flamenca en Nueva York desde hace 30 años, se ha posibilitado esta muestra, la primera comisionada en Estados Unidos de la mano de dos grandes investigadoras flamencas, Ninotchka Bennahum y K. Meira Goldberg.

Bennahum es coreógrafa, profesora universitaria de danza, autora de numerosos artículos sobre investigación cultural y del libro: Antonia Mercé "La Argentina": Flamenco and the Spanish Avant Garde.

'La Meira' es profesora de baile flamenco, formada en sus inicios en las academias de Los Ángeles y perfeccionada en los tablaos madrileños de los años 80. Su tesis doctoral sobre Carmen Amaya incluye numerosas entrevistas con personas que convivieron con la genial bailaora barcelonesa y que cristalizó en el libro Border Trespasses:The Gypsy Mask and Carmen Amaya's Flamenco Dance. En la actualidad trabaja sobre un proyecto de investigación que titula: Sonidos Negros: Meditations on the Blackness of Flamenco.

Carlota Santana, fundadora y directora artística de la Compañía Flamenco Vivo, ha sido distinguida por el Gobierno de España con la Cruz de la Orden al Mérito Civil por "todos los años de excelencia y dedicación al arte flamenco." La medalla fue otorgada el 12 de marzo en la recepción inaugural de la exposición en la galería Vincent Astor del Lincoln Center.

Un arte de ida y vuelta

Los viajes de ida comenzaron desde Andalucía con las compañías de baile bolero que desde 1830 llevaron el jaleo de Jerez, la cachucha, las seguidillas... a una América hospitalaria que deja constancia en los periódicos de la época.

Así en1840 la prensa cubana refleja la actuación en NuevaYork de la bailaora vienesa Fanny Eissler: “El evento presentó Mujer de Cracovia, La Sílfide y el baile español El Jaleo de Jerez. Después de este último, la audiencia pidió que la afamada bailaora repitiera casi cada paso y permaneció aplaudiendo hasta mucho después de que bajara el telón. Nunca en América se había saludado con semejante entusiasmo una actuación de baile.” El Diario de La Habana, 6 de Marzo de 1840.

“En la ciudad de Nueva York, la famosa bailaora española Pepita Soto ha regresado justamente de un viaje a California, donde en tres años ha ganado la sorprendente cantidad de 100.000 pesetas." El Porvenir, Sevilla, 10 de Julio de 1858.

Dos muestras de las numerosas citas periodísticas que el investigador José Luis Ortiz Nuevo recoge en su libro Mi gustar Flamenco Very Good (1998), para pasearnos por los primeros tiempos de la relación.

Carmencita debutó en Nueva York en 1889 y su baile quedó registrado por el kinetoscopio de Edison, es una breve cinta muda actualmente archivada en la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y que se puede ver en '100 Años de flamenco en Nueva York'.

Este documento es también reflejo de la anticipación del inventor americano sobre el cinematógrafo de los franceses Lumiére que rodaron La salida de la fábrica en 1894.

El siglo XX, el de oro

Con la llegada del siglo XX llegó el enamoramiento del público por Antonia Mercé, 'Argentina' y por su paisana Encarnación López 'La Argentinita', musa de Federico García Lorca en su estancia neoyorquina, juntos realizaron en 1931 una grabación de canciones populares españolas en discos gramofónicos en las que el poeta la acompañaba al piano. Alguna de aquellas cinco reliquias pueden degustarse en la muestra.

En 1940, con el flamenco instalado en el alma estadounidense, llegó Carmen Amaya 'la Capitana' y con ella la pasión y la leyenda que acompañaron a la menuda bailaora y a su gente, de la que dicen que nació en 1913 y que falleció en 1963.

Agustín Castellón Campos 'Sabicas' era su acompañante con la guitarra y también lo fue como pareja sentimental algún tiempo. Este guitarrista, nacido en Pamplona en 1912, que posiblemente haya sido el mayor genio de las seis cuerdas flamencas, se quedó por territorio americano, a partir de 1963 hizo breves visitas a su país y falleció en Nueva York en 1990.

También los norteamericanos tuvieron su ídolo, José Greco, un bailaor nacido en Italia en 1918 y nacionalizado estadounidense cuando hizo su viaje de ida con 10 años al Brooklyn neoyorquino. Fundó su compañía y giró de estado en estado. La primera aparición del genial guitarrista Paco de Lucía, con 14 años, ante el público estadounidense fue en su espectáculo en el que también bailó un joven Antonio Montoya Flores 'Farruco', fundador de una gran dinastía bailaora.

Más tarde llegó Vicente Escudero y su baile vanguardista, su impacto mediático le llevó a las páginas de la revista Life, en la que ya había aparecido la Amaya.

Le siguieron el incomparable 'Antonio el Bailarín', El Güito, Pilar López, Rafael de Córdova, Mario Maya y su pareja Carmen Mora de quien nació en la ciudad de los rascacielos la excelente bailaora Belén Maya. Además de muchos otros hombres y mujeres que evolucionaron desde las tablas de las vaudeville houses (los cafés cantantes españoles) a las de las concert halls, cuya sala más emblemática, el Carnegie Hall, ha acogido tanto o más flamenco como el sevillano Teatro de la Maestranza.

El último gran flechazo que atravesó a la Gran Manzana fue el duende de Antonio Gades y su Carmen, en versión teatral junto a Cristina Hoyos y en la cinematográfica dirigida por Carlos Saura, obra intermedia (1983) en la trilogía compuesta por Bodas de Sangre (1981) y El Amor Brujo (1986).

La gran referencia para el cante flamenco moderno es José Monge Cruz 'Camarón de la Isla', un cantaor por derecho que en su disco La Leyenda del tiempo (1979) incorporó elementos del rock y del jazz y puso patas arriba al mundo flamenco con aquella novedad que tanto gustó a unos y tanto rechazo obtuvo de los puristas.

Camarón, nacido en 1950, llegó tarde a Estados Unidos, en 1990 se subió a los escenarios neoyorquinos y dos años después volvió para tratarse un cáncer por el que falleció en la Badalona olímpica de 1992.

Famoso sin saltar el charco

Quien nunca cruzó el charco fue el guitarrista Diego del Gastor y sin embargo tuvo tanta fama como sus colegas Carlos Montoya o Sabicas. Este genio de la improvisación residió casi toda su vida en Morón de la Frontera donde los estadounidenses comparten una base aérea desde 1953 con el ejército español.

Diego, nacido en 1908, siempre fue reacio a tocar ante el público, se sentía a gusto en las reuniones de cabales y allí le conocieron y grabaron quienes tuvieron la suerte de escucharlo hasta que falleciera en 1973. Aquellas copias realizadas con magnetófonos de aficionados se distribuían por Estados Unidos procurando su fama internacional mientras que en España apenas era reconocido.

Uno de sus seguidores, Donn Pohren, un administrativo de la base y gran aficionado e investigador flamenco, alquiló una casa, la Finca Espartero, donde se organizaban fiestas, unas dedicadas a los turistas e ilustres norteamericanos que visitaban España en los felices sesentas y setentas y otras más íntimas, más cabales.

Despuntando la transición española Kiko Veneno llegó a una de elllas después de que, Agustín Ríos, uno de los sobrinos de Diego le hubiera mostrado el camino del flamenco en su ida y vuelta a los Estados Unidos cuando el ‘jipo’ llegó allí en busca de Frank Zappa.

'Flamenco Festival USA' en el siglo XXI

El siglo XXI vio nacer en Nueva York un fenómeno muy importante, el 'Flamenco Festival USA', dirigido por Miguel Marín desde 2001. Ha conseguido la programación estable del flamenco en los grandes teatros norteamericanos: "Sara Baras (Nueva York): lleno y standing ovation (ovación de pie); Manuela Carrasco (Cleveland): lleno y standing ovation; Compañía Andaluza de Danza (Boston): lleno y standing ovation", relataba Miguel Mora en 2004 en El País.

La punta de un iceberg de fuego al que cada año acude todo el flamenco que puebla los carteles del arte, desde el más tradicional a las propuestas más vanguardistas.

Paco de Lucía, Enrique Morente, Carmen Linares, Sara Baras, Ballet Nacional de España, Vicente Amigo, Eva Yerbabuena, Estrella Morente, Tomatito, María Pagés, Manuela Carrasco, Israel Galván, Miguel Poveda, Gerardo Núñez, Muchachito Bombo Infierno, Carmen Cortés, Rocío Molina, Rafaela Carrasco, Canteca de Macao...

...lo mejor de cada casa girando por Nueva York, Washington DC, Miami y Boston; a los que se añaden nuevos destinos: Japón (2005), París (2006), Pekín (2007), Bruselas (2008), Buenos Aires (2009), Shanghái (2010), Moscú (2011), Sao Paulo (2011), para conseguir una audiencia millonaria que financia el 80 por ciento del presupuesto de los conciertos.

En 2003 el Teatro Sadlers Wells de Londres se incorporó al circuito convirtiéndose en una cita anual ineludible en la capital británica. El próximo jueves celebra su décimo aniversario con un cartel que 'quita los sentíos': Eva Yerbabuena, Farruquito, Estrella Morente, Rocío Molina, Tomatito, Israel Galván y el Ballet Flamenco de Andalucía.

Del 15 al 27 de marzo se prevé que acudirán más de 22.000 visitantes a las veinte representaciones programadas. Otro feliz aniversario al que le deseamos un próximo centenario feliz.

En noviembre de 2010 la UNESCO calificó al flamenco como 'Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad', un adjetivo buscado desde hacía muchos años por numerosas entidades y personas.

El investigador flamenco estadounidense, Brook Zern, fue una de ellas y se sumó a la petición con un artículo dirigido al organismo internacional en el que analizaba la relación de amor entre la manifestación cultural más representativa de España y la que más impacto emocional ha conseguido en Estados Unidos, el arte flamenco.