Enlaces accesibilidad

El Tesoro espera colocar 3.000 millones de euros pendiente de la reunión del BCE

  • Intentará aprovechar también la relajación de la prima de riesgo
  • Se han cubierto el 68,6% de las emisiones de deuda a medio y largo plazo

Por

Tipos de interés en una subasta

En una subasta de deuda, el Tesoro clasifica las ofertas que recibe por los títulos que emite (letras, bonos y obligaciones). Entonces elige los intereses más bajos para pagar lo menos posible.

Desde la puja más baja, el Tesoro acepta ofertas en varias fases hasta completar su objetivo de colocación en esa subasta (por ejemplo, entre 1.000 y 2.000 millones de euros).

El tipo de interés marginal es el de la puja más alta aceptada. El tipo de interés medio se calcula haciendo la media de todas las ofertas aceptadas.

El Tesoro Público intentará aprovechar este jueves la relajación de la prima de riesgo por debajo de los 540 puntos básicos para colocar entre 2.000 y 3.000 millones de euros en bonos y obligaciones a un precio más bajo. Esta subasta es una de las citas clave de la semana para que España pueda disipar las dudas sobre su solvencia.

La prima de riesgo ha descendido drásticamente desde el pasado jueves, cuando el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, aseguró que el banco central haría lo necesario para salvar al euro y que, había que creerle cuando decía que sería suficiente.

La reacción de los mercados no se hizo esperar y, confiando solo en las palabras de Draghi, rebajó las tensiones llevando la prima de riesgo de nuevo por debajo del umbral de los 600 puntos básicos.

Todas las miradas están puestas ahora en la reunión que el BCE celebrará también este jueves, en la que se espera que Draghi pase de las palabras a los hechos. La subasta del Tesoro se celebrará antes que la reunión del BCE, por lo que un clima de optimismo entre los inversores en las horas previas al encuentro sería clave para el éxito de la subasta.

Sin embargo, varias autoridades alemanas han rebajado las expectativas en torno a este encuentro por su oposición a algunas medidas que podría adoptar el BCE como conceder ficha bancaria al fondo europeo de rescate o reactivar el programa de compra de deuda.

Por eso, la mayoría de los analistas reconocen que el grado de incertidumbre sobre el consejo de gobierno del BCE de este jueves es muy alto y temen que no se cumplan las expectativas generadas por las palabras de Draghi.

Otro de los elementos que pueden dar más solidez a esta emisión es el acuerdo alcanzado por el Gobierno español con la banca para que aporte al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) hasta 8.000 millones de los 12.000 millones que tenía previsto poner el Tesoro para cuadrar los 18.000 millones con los que está dotado el fondo.

Esta maniobra da más margen al Estado no sólo para reducir sus necesidades de emisión sino también para devolver vencimientos, lo que debería dar confianza a los mercados.

Hora de rebajar los tipos

En cuanto a los detalles de la emisión, de este jueves, el Tesoro pondrá en el mercado bonos con vencimiento a 2016 y cupón del 4,25%. El tipo medio de la anterior subasta se situó en el 5,536% y el marginal del 5,621%.

Asimismo, se emitirán obligaciones a 2022 con cupón del 5,85%, que en la última operación alcanzaron una rentabilidad media del 6,430% y un tipo marginal del 6,505%, el más alto desde noviembre de 2011 (7,09%). Por último, se subastarán también obligaciones a 2014 con cupón del 4,75%.

Así pues, es de esperar que las menores tensiones se reflejen en una reducción de los tipos de interés, del mismo modo que en la anterior subasta de bonos y obligaciones, con el diferencial con el Bund alemán repuntando hasta los 580 puntos básicos, se vio obligado a subirlos.

Entonces, el Tesoro logró colocar prácticamente los 3.000 millones de euros que también se habían fijado de máximo, aunque la rentabilidad de las obligaciones a más largo plazo se disparó casi dos puntos porcentuales y se desplomó la demanda de deuda a corto.

Según el Ejecutivo, el Tesoro ha cubierto ya el 68,6% de las emisiones de deuda a medio y largo plazo previstas, lo que permite mantener la estrategia de prudencia seguida hasta ahora.