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Cinco provocadores murales de Diego Rivera llegan al MOMA de Nueva York

  • La muestra permanecerá abierta hasta el 14 de mayo de 2012
  • Son murales de la Revolución mexicana de principios del siglo XX
  • También hay imágenes del Nueva York de la Gran Depresión

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Cinco murales portátiles pintados por Diego Rivera con llamativas imágenes de la Revolución Mexicana de principios del siglo XX y del Nueva York de la Gran Depresión de los años 30 centran la nueva exposición del museo neoyorquino de Arte Moderno (MOMA).

Diego Rivera: Murales para el Museo de Arte Moderno es el título bajo el que esta prestigiosa institución ha reunido, por primera vez en 80 años, los frescos que el maestro mexicano (1886-1957) creó para una de sus exhibiciones en 1931 y que se pueden ver desde el próximo día 13 hasta el 14 de mayo de 2012.

"La temática de sus murales fue muy provocadora en su momento, porque contiene alusiones a las relaciones de clase, a la desigualdad o la violencia en Nueva York", ha explicado Leah Dickerman, la comisaria de la muestra y responsable del departamento de Pintura y Escultura del museo.

Los murales de Rivera que vuelven al MoMA son obras de grandes proporciones y que pesan hasta media tonelada, elaboradas en yeso, cemento y acero pintado al fresco.

Estos murales ya visitaron el museo en 1931

Las cinco piezas, que se complementan con tres grandes bocetos, un prototipo de mural portátil y diferentes dibujos, fotografías y acuarelas del proceso creativo, forman parte de las ocho que se mostraron por primera vez en Nueva York en 1931 y de los fondos del MoMA, así como de otras colecciones públicas y privadas de México y Estados Unidos.

Precisamente entre las piezas expuestas están los materiales relacionados con el controvertido mural que Diego Rivera elaboró para el centro Rockefeller y que se decidió desestimar.

Un maestro en emplear el arte de hablar de valores políticos colectivos

"Rivera es una figura clave ahora mismo", dijo la experta, que señaló que el artista mexicano "era un maestro en emplear el arte para hablar de valores políticos colectivos y eso es muy importante hoy en día. Incluso si no se está de acuerdo con él, intenta articular las creencias colectivas".

Rivera en los años 30 realiza los murales por encargo del MOMA

A principios de los años 30 del siglo XX el maestro del muralismo mexicano pasó seis semanas en Nueva York, donde el MOMA le ofreció una de las galerías de la institución y la posibilidad de elaborar unos murales portátiles para una exposición.

En ellos, Rivera reflejó llamativas imágenes de la historia mexicana y de las relaciones de poder en su país, presentando una nación "en constante estado de revolución, desde la conquista española en el siglo XVI hasta los conflictos laborales de la década en que se realizaron", explicó la experta, que aludió a que son también problemas actuales.

Los cinco murales de esta retrospectiva son los elaborados en 1931:

  • Zapata Líder Agrario, que refleja al líder revolucionario mexicano Emiliano Zapata Salazar (1879-1919)
  • Guerrero Indio, con la imagen de un jaguar sobre un conquistador español
  • El Levantamiento,
  • Energía Eléctrica
  • Fondos Congelados, de 1931-32.

Otros dos murales de esa colección, los titulados Liberación del Peón (1931), que transmite de forma desgarradora el castigo corporal y Taladro Neumático (1931-32) están representados en la exhibición a través de bocetos de tamaño natural.

A los frescos de la historia mexicana, Rivera añadió tres más en los que representó el trabajo y la construcción de Nueva York durante la Gran Depresión, con imágenes más modernas del peso de la industrialización sobre la sociedad y las desigualdades económicas.

Dickerman señala que la exposición busca explicar cómo se crea un fresco moderno, y para ello se muestra su parte de atrás, el acero, los pigmentos y cómo Rivera empleaba los bocetos y dibujos.

La experta recorda que Rivera era un maestro de las pinturas elaboradas al fresco, una técnica antigua que floreció durante el Renacimiento italiano, pero que en su caso la aplica mirando a un mundo moderno, influenciado por el diseño y los carteles soviéticos.

En algunas de esas piezas, como El Levantamiento, se refleja el movimiento obrero con pañuelos rojos y puños en alto y con figuras como la de una mujer cargando a un niño en la cintura y un obrero repeliendo el ataque de un soldado, con un fondo de lucha social.

En Energía Eléctrica, el trasfondo es la silueta recortada de Nueva York y refleja una planta eléctrica de acero y cemento, en la que los obreros quedan metidos dentro de su maquinaria, lo que trasmite sensación de opresión.