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Coixet estrena en la Berlinale un documental-entrevista que desnuda a Garzón

  • En la cinta el juez defiende su inocencia en los tres casos contra él
  • El escritor Manuel Rivas lo entrevista durante seis horas

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La directora española Isabel Coixet ha estrenado este lunes en primicia mundial en la Berlinale un documental-entrevista con Baltasar Garzón, que desnuda al polémico juez y le permite defenderse por los tres casos abiertos en su contra.

Escuchando al juez Garzón recoge 87 minutos en blanco y negro de una entrevista de seis horas en la que el magistrado aborda las imputaciones en su contra, así como sus orígenes, el proceso de extradición de Augusto Pinochet, el terrorismo de ETA, la operación Nécora y la corrupción en España.

El documental, realizado de manera extremadamente sencilla -una mesa, dos vasos de agua y dos cámaras-, busca que el espectador se centre en el discurso del juez, que fluye generoso gracias a las preguntas abiertas del entrevistador, el escritor Manuel Rivas.

"Hice este documental porque cada día me indignaba cuando leía estas noticias (sobre los casos contra Garzón), porque en España necesitamos gente como él, porque creo que es inocente, y porque soy una persona impulsiva y sentí que necesitaba que Garzón fuera escuchado", ha asegurado Coixet en el coloquio tras la proyección.

La directora, que ha defendido repetidamente "la inocencia" de Garzón y se ha mostrado "afortunada" por haber recibido este testimonio de primera mano, ha deseado "que todos los juicios sean anulados" o que el magistrado pueda "demostrar su inocencia", porque considera imprescindible "que haya más españoles que crean en la Justicia".

Se siente condenado

Con el discurrir de la entrevista, Garzón gana confianza, se relaja y trata de desmontar las imputaciones en su contra tanto en el caso de la memoria histórica, como en los de la Universidad de Nueva York y el caso Gürtel.

El juez asegura en un momento del documental: "Algunos me han preguntado: ¿Usted se siente condenado? Hombre, sentirme condenado, sí; pero estar condenado, no. Es diferente". No obstante, vuelve a la carga asegurando que no se arrepiente "de nada de lo que ha hecho en estos casos".

Para Garzón, el detonante es el caso Gürtel: "A partir de ahí, con aquella mascarada que montaron determinados medios, comenzó el acoso y una persecución implacable contra mi vida privada y profesional, con denuncias y querellas constantes. Solo por estar investigando delitos graves de blanqueo de dinero, que era mi obligación como juez, nada más".

Garzón considera que sus actuales problemas se deben al modelo de juez que encarna, "el que hace la siguiente pregunta", aún a sabiendas de que implica complicaciones, frente a otros magistrados que optan por callar.

"No soy un héroe. Los jueces tenemos que hacer nuestro trabajo. Si hay que ir del cero al cien yo no paro hasta el cien. Nunca en el 101, pero tampoco nunca en el treinta, como hacen otros", añade en tono crítico.

Del juez estrella al juez humanizado

En casi media docena de ocasiones Garzón acaba preguntándose en alto frases como "¿Por qué a mí?", "¿A qué viene esto?" o "Por Dios, ¿qué es eso?", con un punto de desesperación que rompe con los prejuicios que genera su figura de "juez estrella" y lo humaniza.

A continuación añade que la inhabilitación o la expulsión de la judicatura serían "muy dolorosas", pero añade que "nunca" será "derrotado", pues seguirá manteniendo sus convicciones democráticas.

La realizadora catalana apuntó asimismo que aunque su productora se ha puesto en contacto con varios canales de televisión en España, ninguno se ha mostrado por el momento interesado en emitir el filme. "Espero que alguna cadena española llegue a interesarse, pero no lo sé. Sin embargo, otras de otros países sí que se han puesto en contacto con nosotros. Esa es la ironía", explicó Coixet.

A la presentación de la película en la Berlinale acudió el director del festival, Dieter Kosslick, que destacó en una breve introducción la importancia mundial de un juez que ha defendido los Derechos Humanos basándose en la jurisdicción universal.

Coixet es ya una figura habitual de este festival, pues aquí se dio a conocer hace 18 años y desde entonces ha participado en cinco ocasiones -de ellas dos para competir en la sección oficial con Mi vida sin mí (2003) y Elegy (2008)- y en otra, como miembro del jurado (2009).