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Máxima tensión en la península de Corea por las prácticas de tiro de Seúl en la frontera

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De nuevo, máxima tensión entre las dos Coreas

Corea del Sur ha lanzado decenas de salvas con fuego real junto a la isla de Yeonpyeong, donde en noviembre murieron cuatro personas por disparos de Corea del Norte, unas maniobras que han elevado aún más la tensión en la zona.

El régimen de Pyonyang había amenazado con una respuesta “más mortífera” a estas prácticas militares, que Seúl ha realizado esta mañana (entre las 06.30 y 07.30 horas en la España peninsular) en el mar Amarillo (o Mar Occidental), distante sólo 13 kilómetros del territorio norcoreano.

De acuerdo con la agencia local Yonhap, han tomado parte en los ejercicios un destructor de la clase Aegis, de 7.600 toneladas, y otro barco de guerra surcoreano de 4.500 toneladas, además de cazas de combate F-15K.

Con todo, y pese a lo que había anunciadoCorea del Norte ha asegurado que "no se molestará" en responder a estos ejercicios militares. A través de un comunicado, el Comando Supremo del Ejército del Pueblo Coreano ha señalado que las Fuerzas Armadas del país comunista no ven necesidad de responder a "una provocación militar imprudente", según informa la agencia KCNA.

La postura de Seúl

Seúl considera que tiene legitimidad para llevar a cabo esas maniobras "rutinarias" en sus aguas territoriales, pero Pyongyang no reconoce la línea fronteriza marítima, trazada al final de la Guerra de Corea en 1953, y afirma que se trata de su territorio

En la isla se encuentran unas 280 personas, entre residentes, periodistas y funcionarios, a los que se les ha ordenado su evacuación a refugios antiaéreos a través de altavoces a primera hora del día.

Seúl ha anunciado que los ejercicios son con fuego real. El 23 de noviembre, dos soldados y dos civiles surcoreanos murieron por disparos de Corea del Norte en respuesta a unas maniobras similares que Seúl estaba llevando a cabo en la zona con miles de militares.

Desde entonces, Corea del Sur ha organizado otros tres ejercicios en sus costas, uno de ellos junto a fuerzas de Estados Unidos, que han sido recibidos con amenazas por parte del régimen comunista de Corea del Norte, sin que hasta ahora se hayan producido más confrontaciones.

Pyongyang advirtió este viernes de un ataque todavía "más mortifero" contra la isla de Yeonpyeong si Seúl llevaba a cabo estas maniobras, al tiempo que ha puesto en alerta su costa occidental, según la agencia surcoreana Yonhap.

Importantes avances en la diplomacia informal

En medio de las preocupaciones de la comunidad internacional, el Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido este domingo aunque ha constatado "grandes diferencias" sobre esta crisis.

Mientras, como resultado de la visita a Corea del Norte de un enviado de Estados Unidos, la CNN informa de que el régimen ha aceptado el regreso de los inspectores nucleares de la ONU.

Según Wolf Blitzer, periodista de la televisión norteamericana que ha acompañado al gobernador de Nuevo México Bill Richardson, Pyongyang autorizará nuevas visitas de los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica al complejo nuclear de Yongbyon, de donde los expulsó en abril del 2009.

Además, según la fuente, Corea del Norte también ha aceptado enviar al extranjero barras de combustible para enriquecer uranio allí con las limitaciones para su uso en la producción de electricidad, no para la bomba atómica.

El periodista que ha hablado con este destacado político demócrata, próximo al presidente Barack Obama, también ha informado de que se ha acordado poner en marcha una comisión entre las dos Coreas y EE.UU. y un canal de comunicación directa (teléfono rojo) entre Seúl y Pyongyang.

Richardson, que oficialmente iba a Pyonyang en visita privada, se había limitado poco antes de esta información a decir que hubo "algunos avances" en las conversaciones y a saludar un acuerdo menor relativo a la repatriación de soldados estadounidenses muertos en la guerra coreana de los años 50.

Kim Jong-il acostumbra a hacer concesiones tras mantener conversaciones directas con delegados de Washinton en vez de en la mesa de negociación a seis bandas con sus vecinos del Sur, China, Rusia y Japón y el propio EE.UU., un foro que busca la desnuclearización del régimen comunista a cambio de ayudas pero que está estancado desde hace meses.