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El Papa reivindica en su visita a Barcelona la familia tradicional y condena el aborto

  • Benedicto XVI ha consagrado la Sagrada Familia, convertida en basílica
  • El sábado, en Santiago de Compostela, pidió a Europa que regrese a la fe

Además, denunció el "laicismo agresivo" que vive España hoy en día

   

   Ver también: Todo sobre la visita del Papa    

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El Papa critica el aborto y el matrimonio homosexual en la consagración de la Sagrada Familia

El papa Benedicto XVI ha consagrado este domingo, durante la segunda jornada de visita a España, el templo de la Sagrada Familia de Barcelona, que a partir de ahora es una basílica.

Durante la homilía, el Papa ha rechazado el aborto y ha hecho un cántico de la familia tradicional: la que forma un hombre y una mujer.  "El hogar formado por Jesús, María y José ha sido considerado como escuela de amor y trabajo", ha subrayado el Santo Padre.

Ante los Reyes de España y numerosas autoridades políticas y religiosas, el papa Ratzinger ha defendido la necesidad de que el Estado proteja el matrimonio tradicional y el hecho de que la mujer pueda trabajar fuera y dentro del hogar (que pueda conciliar vida laboral y familiar).

"La sociedad ha cambiado mucho", ha aseverado Benedicto XVI, "ha  habido muchos progresos, pero también deben estar los progresos  morales,  como la atención, protección y ayuda a la  familia, la unión de un hombre y una mujer", ha continuado.

Contra el aborto y por la vida

"El hombre y la mujer que forman una familia debe ser protegida por  el Estado, que también debe proteger la vida de los no nacidos.  Por eso la Iglesia se opone a todas las formas de acabar con la vida",  ha asegurado Benedicto XVI.

El Papa ha vuelto a  condenar el aborto defendiendo la vida "sagrada e inviolable" desde la concepción.

Según el obispo de Roma, es necesario preservar la vida y fomentar y dignificar la natalidad, para lo que también ha pedido leyes específicas por parte del Estado.

El Papa ha utilizado el catalán para iniciar y cerrar su homilía,  en la que ha recordado a todos los cristianos que deben mostrar al mundo la obra de  Dios.

Gaudí, "arquitecto genial"

En la homilía, Benedicto XVI ha recordado en muchas ocasiones a Antonio Gaudí, al que ha calificado de "arquitecto genial y cristiano consecuente".

"Gaudí introdujo piedras, árboles y la naturaleza para que toda la  creación alabara a Dios. La belleza es la gran necesidad del hombre, es  la raíz de la que brota el tronco de la paz. La belleza es reveladora de  Dios",  ha continuado el Santo Padre, para quien "las torres apuntan a aquel que es la luz".

"La alegría que siento de presidir esta ceremonia se ha acrecentado cuando he conocido que la Sagrada Familia siempre ha estado vinculado a San José. Me ha conmovido que Gaudí dijera que 'San José acabará el templo'. Y ahora un papa llamado José lo dedica", ha subrayado el Papa Joseph Ratzinger.

"Dios no es violento"

Tal y como hiciera en Santiago, también en Barcelona el Papa ha desarrollado conceptos teológicos.

"El señor Jesús es la piedra que sostiene la Iglesia.  En el tenemos la palabra y la presencia de Dios. La Iglesia no tiene consistencia en sí misma: estamos al servicio de su mandato", ha afirmado el obispo de Roma.

Por eso, el Pontífice ha subrayado que "la gran tarea (de la Iglesia) es mostrar que Dios es un Dios de paz y no de violencia; de libertad, y no de coacción".

Benedicto XVI ha hecho suyas las palabras de Gaudí, que decía que "la originalidad está en volver al origen, a Dios".

La Sagrada Familia, dedicada

El Papa, que ha dedicado la Sagrada Familia, ha destacado que "al consagrar el altar del templo estamos presentando al mundo a Dios, que es amigo de los hombres; y estamos invitando a los hombres a ser amigos de Dios".

La consagración se ha efectuado durante la misa solemne que se ha oficiado en el templo,  a la que han asistido unas 8.000 personas en el interior, entre ellas los Reyes de España, y miles de fieles fuera.

Tras asperjar el templo de agua bendita, ungirlo con óleos e incensarla, la Sagrada Familia ha pasado de ser un templo a una basílica y lo ha hecho 128 años después de que se colocara la primera piedra.

Además, desde este domingo es posible celebrar eucaristías en este templo, algo que hasta este momento no era posible (sólo en la cripta). La primera la ha presidido Benedicto XVI.