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El endurecimiento de la ley para experimentar con animales divide a científicos y protectoras

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La UE promueve el uso de alternativas a la experimentación animal.

"En mi mente no cabe que se limite la experimentación con animales, creo que se deberían seguir permitiendo la mayor parte de experimentos".

Son palabras de Lluís Montoliu, investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y uno de los referentes en el estudio de la genética en España.

Su reacción es una muestra del malestar que existe en la comunidad científica española después de que esta semana el Parlamento Europeo haya aprobado una directiva que pretende reducir la cifra de experimentos con animales en la UE.

Según datos comunitarios, cada año se experimenta con 12 millones de animales en los laboratorios de países miembros de la UE.

La mayor parte son conejos, ratones y otros roedores, aunque también se emplean moluscos, simios e incluso perros.

Búsqueda de alternativas

A grandes rasgos, la nueva normativa -presentada en la Eurocámara por la diputada alemana del Partido Popular Europeo Elisabeth Jeggle- obliga a los Estados miembros a buscar métodos alternativos a la experimentación con animales y a intentar que el uso de cobayas se reduzca al mínimo, autorizando únicamente aquellos ensayos en los que el sacrificio conlleve un "mínimo de dolor, sufrimiento y angustia para los animales".

La nueva norma autoriza sólo aquellos ensayos que conlleven un "mínimo de dolor, sufrimiento y angustia para los animales

La norma es más restrictiva aún con el uso de primates en investigación científica, de modo que prohíbe la utilización de grandes simios, como chimpancés, orangutanes y gorilas, aunque permite el uso de macacos, siempre que se justifique de modo científico que el experimento no se puede llevar a cabo utilizando otras especies.

El tercer punto que llama la atención en la nueva directiva europea es el establecimiento de una clasificación del dolor infringido a los animales: 'sin recuperación', 'leve', 'moderado' o 'severo'.

"Es un camino intermedio, un paso más para poder ir en buena línea", ha asegurado a RTVE.es Esther Herranz, eurodiputada del PP y miembro de la Comisión de Agricultura que ha impulsado esta normativa.

Herranz considera que "hay que evitar la experimentación con animales siempre que haya medios alternativos, como simulaciones por ordenador. Y, cuando no quede más remedio, que se haga en las condiciones más seguras y con el menor sufrimiento para el animal".

Oposición de la comunidad científica

Sin embargo, los científicos creen que la puesta en marcha de esta normativa "va a limitar la investigación en Europa, es el triunfo de aquellos grupos que promulgan los derechos de los animales por encima de todo", argumenta Lluís Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC.

Montoliu cree "esencial seguir investigando con animales, en especial con roedores. Si queremos conocer mejor cómo se establecen las enfermedades humanas hay que entender cómo funcionan los genes y, para ello, hay que establecer más estirpes en ratones: eso va a ser insustituible".

En investigación genética es difícil usar un modelo que no sea una entidad viva", dice el científico Lluis Montoliu

Además, el investigador rechaza la coletilla de crueles que se cuelga a los científicos por parte de colectivos en defensa de los animales. "Siempre consideramos cualquier alternativa, cualquier persona que trabaja con animales lo primero que hace es plantearse si es necesaria la experimentación o hay otros métodos. Pero en algunas cuestiones, como en la investigación genética, es muy difícil utilizar un modelo alternativo que no sea una entidad viva".

Lluís Montoliu destaca que en España ya existe un protocolo para el uso de animales en laboratorio que exige unos trámites. "El científico debe obtener una titulación para trabajar con animales, trabajar en un centro que esté registrado y reúna las condiciones adecuadas y redactar un proyecto que justifique el uso de animales; y todo eso lo revisa un comité de ética en experimentación animal, que es quien da la autorización".

Un proceso que, según el investigador, "funciona muy bien pero que, con la nueva normativa, se va a extender con más informes, aumentando la burocracia".

'Tímido paso adelante'

Las asociaciones protectoras de animales han celebrado la noticia, aunque la califican de 'tímido paso adelante' y exigen que se agilice la aplicación en España.

"Es una lástima que no se haya hecho algo más concreto, la normativa no deja claro que el bienestar de los animales sea lo más importante", dice Nacho Paunero, presidente de la asociación 'El Refugio'

Paunero pide que se busque cualquier otra alternativa al uso de animales en laboratorios aunque da la "bienvenida" a cualquier legislación que sea beneficiosa.

Los grandes simios comparten con los humanos gran parte de la sensibilidad al dolor

Más optimistas son los integrantes de la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA), quienes consideran que la nueva norma "satisface bastante nuestras demandas".

Según la responsable de prensa de ANDA, Noemí Rodríguez, es muy importante que se prohíba -salvo excepciones- la utilización de grandes simios "porque consideramos que comparten con el ser humano una gran parte de su ADN y la sensibilidad al dolor".

ANDA ve necesario que el Gobierno español elabore cuanto antes una ley que articule la directiva europea y que no ocurra como sucedió con la ley de zoos, "que se aprobó en 2003 pero que costó aplicar porque sus competencias estaban en las comunidades autónomas".

La directiva europea da a los Estados miembros dos años para aplicar esta directiva y establece que, dentro de cinco, la CE revisará el contenido de la normativa.

Además, insta a las autoridades nacionales a que cada año inspeccionen al menos un tercio de los laboratorios que utilicen animales, incluyendo visitas sorpresa y sin previo aviso.