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La opinión pública alemana denuncia que la 'Loveparade' fue un "crimen autorizado"

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La opinión pública alemana se encuentra conmocionada por la tragedia del festival de 'Loveparade' hasta tal punto que son muchos los que hablan ya de que lo ocurrido en Duisburgo, donde 19 personas murieron en una avalancha humana, es un crimen.

Las últimas informciones demuestran que el desastre ha sido una mezcla de negligencia, afán de protagonismo, búsqueda de sacar provecho económico y 'amateurismo' total por parte de las autoridades.

La revista alemana Der Spiegel en su edición 'online' ofrece unos datos realmente escalofriantes. Por ejemplo, que las autoridades conocían que, pese a que la explanada donde se iba a celebrar el evento tenía una capacidad máxima para 250.000 personas, estaba previsto que asistieran muchísimas más, cerca de un millón.

Además se ha descubierto un documento con fecha 21 de julio de 2010 en el que las autoridades municpales de las ciudad de Duisburgo permiten a los organizadores no respetar la normativa de seguridad para este tipo de reuniones y concentraciones. Se les autorizaba a no respetar la anchura de los lugares en los que estaban establecidas las salidas de emergencia y se ignoraban los planes de contingencia presentados por los bomberos.

Una cadena de errores

Policía y Bomberos han denunciado que ellos habían advertido a las autoridades, incluso al mismo alcalde de Duisburgo, de los peligros de celebrar una concentración como la 'Loveparade' en una ciudad tan pequeña, en la que viven apenas 300.000 habitantes, y para la que sería imposible asumir una carga de un millón de personas.

La indignación es tal entre las fuerzas de seguridad que el jefe de Policia de la ciudad de Bochum -quien precisamente renunció el año pasado a celebrar la 'Loveparade' en su ciudad porque era consciente de sus limitaciones y no quería poner en peligro la vida de los asistentes- ha puesto una denuncia contra el alcalde de Duisburgo.

En total, ya son dos las denuncias penales interpuestas y el fiscal de Duisburgo ya ha abierto una investigación profunda sobre esta caso en el que nadie quiere asumir responsabilidades.

Esta ha sido prácticamente una tragedia anunciada porque es imposible pensar que se organice una fiesta o concentración en una explanada con capacidad máxima de 250.00 y 300.000 personas, sin salidas de emergencia, con tan sólo con un lugar de acceso que además es un túnel, que se colocaran alambradas para acotar el sitio donde se iba a celebrar la fiesta y, además de todo esto,  que cuando se produce esta situación dramatica la fiesta siga adelante.

Se han producido todos los errores posibles. Desde facilitar permisos para no cumplir las normativas de seguridad hasta ignorar advertencias de policas y bomberos, es decir, ha sido un crimen prácticamente autorizado.