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5.- La historia de un desencuentro: las relaciones económicas entre Europa y Latinoamérica

  • Los intereses políticos complican las negociaciones.
  • Europa es vista, en ocasiones, como un invasor que busca enriquecerse.

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Las relaciones entre la Unión Europea y América Latina se mueven -históricamente- en un terreno complejo y dentro de una doble dimensión: la pública y la privada.

Quizá por ello el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, ha pedido a los líderes latinoamericanos que aprendan del ejemplo español y sepan "aprovechar la cohesión y la ayuda que Europa nos ofreció. Generosa e interesada, porque siempre hay una parte de ambas".

La inversión pública

Hay una dimensión pública de inversiones y de financiación de proyectos que, para el secretario general de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Francisco Rojas Aravena "es altamente positiva y bienvenida".

Es más, está convencido de que "debería buscarse más equilibrio respecto a las oportunidades que Europa puede ofrecer".

Algo que podría producirse en forma de comercio, materia en la que hay serias divergencias. Latinoamérica acusa a Europa de impedir la venta de sus productos mediante la imposición de aranceles muy elevados.

Por eso algunas voces como la del eurodiputado Luis Yáñez, hablan de la necesidad de "un comercio más justo para el desarrollo, que permita a esos países introducir sus productos en Europa".

Acuerdos comerciales

Ahora mismo la Unión Europea negocia distintos acuerdos con América Latina y las distintas organizaciones regionales: Mercosur, la Comunidad Andina de Naciones y el sistema Centroamericano.

Un diálogo complejo que, en muchas ocasiones, tiene condicionamientos políticos. De hecho, desde Latinoamérica creen que Europa utiliza su posición de fuerza para defender sus propios intereses.

Pero al otro lado del charco creen que se está beneficiando a la otra parte. Es el caso de Carlos Iturgáiz. El eurodiputado cree que esos acuerdos "son cada vez más efectivos, ya que miles de millones de euros viajan hasta América Latina".

La inversión privada

El otro aspecto a tratar es la inversión privada, en donde también hay polémica.

La presencia de multinacionales, entre ellas muchas de ellas españolas, es vista en numerosas ocasiones como una nueva forma de explotación que busca hacerse con el control de los recursos naturales.

Una opinión que es compartida por el sociólogo venezolano, Juan Pérez, para quien los 27 "quieren perpetuar su modelo, cuando está claro que no puede seguirse con esquemas que no han servido".

Otros, en cambio, hablan de riqueza, empleo y desarrollo. Aunque hay que decir que la mayoría de las críticas vienen del modelo neoliberal impuesto en los 90. En él el margen de beneficio empresarial era desmedido y casi no dejaba beneficios a los Estados.

España, el actor más influyente

Sin duda ninguna España es el país europeo con más inversiones en Latinoamérica. De las 35 empresas del Ibex, 31 tienen inversiones al otro lado del Atlántico.

Una apuesta que para el secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias ha sido positiva. En especial porque se hizo aprovechando que "es una región marginada para el resto de los países europeos".

Está claro que las relaciones económicas entre la Unión Europea y Latinoamérica son complejas porque hay multitud de intereses en juegos.

Quizá el equilibrio sería la solución ideal, pero ahora mismo la balanza se inclina del lado europeo.

Pero es que además, concretar un acuerdo, podría servir para ejercer un contrapeso a la tradicional dependencia del continente latinoamericano respecto a los Estados Unidos.