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Haití, entre el Plan Marshall y el Protectorado

  • EE.UU. intensifica su presencia en el país con otros 4.000 soldados
  • La debilidad del Gobierno amenaza con convertirla en un protectorado
  • El FMI pide un esfuerzo similar al de EE.UU. en el Plan Marshall
  • Los esfuerzos de reconstrucción tardarán décadas en dar su fruto

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Estados Unidos anuncia que va a enviar a Haití 4.000 soldados más, hasta completar unos 15.000. La fuerza de la ONU, la MINUSTAH, tenía 9.000 y va a enviar 3.500 más. Brasil pugna por reafirmar su liderazgo con 700 soldados más que se añadan a los 1.200 que ya tiene en la misión de la ONU. La UE, liderada por Francia y España, enviará una misión de gendarmería formada por policías.

Haití se convertirá en unos pocos días, cuando todas las nuevas tropas estén en el país, en una zona con una presencia militar internacional cercana a los 30.000 soldados, en la que la potencia hegemónica -EE.UU.- y la regional -Brasil- tendrán una lucha sorda por hacerse con el control de la situación con la UE como probable espectadora.

Mientras, todas estas tropas desatan el recelo de países como Venezuela o Bolivia, cuyo presidente, Evo Morales, ha pedido una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para tratar la "invasión" del país por parte de las tropas estadounidenses.

La batalla por el liderazgo

El jefe brasileño de la misión de la MINUSTAH ya aclaró este martes que las tropas americanas se dedicarían a garantizar la seguridad de los convoyes, mientras la ONU -y principalmente Brasil- estaría a cargo de patrullar las calles, algo que ha sido formalmente aceptado por Estados Unidos, pese a su enorme despliegue militar en el Palacio Presidencial.

"Ya hemos visto muchas veces cuando todo el mundo está de acuerdo en que tiene que coordinarse pero todos quieren hacerse con el liderazgo", advierte Julia Schünemann, experta en el país de la fundación FRIDE.

"Se requiere una coordinación íntima con la MINUSTAH y los demás actores, incluyendo las misión de EEUU que en este momento es de carácter humanitario", señala la experta, que considera que buena parte del éxito de la misión que inician todos estos militares reside en si son capaces de priorizar objetivos y mostrar un liderazgo entre la maraña de países presentes.

A medio y largo plazo, serán las tropas de la ONU las que permanecerán en el país, sobre todo porque llevan en él desde 2004 en una misión de estabilización que, paradójicamente, empezaba a dar sus primeros frutos.

La sombra del protectorado

"Antes del terremoto existía un clima de esperanza, se había estabilizado la situación aunque había violencia", subraya Schünemann.

Ahora recuperar esa estabilidad llevará tiempo, hasta el punto de que es probable que las elecciones previstas para este 2010 se suspendan con el objetivo de potenciar al débil gobierno de René Preval, que debe recuperarse poco a poco para tomar las riendas del país.

En medio de la destruccion por el terremoto y el caos en el reparto de ayuda y en la coordinación de los rescates ha surgido la pregunta de qué pasa con la estructura del estado que ya era débil. Desde el terremoto, por las calles sólo se han visto cascos azules y desde ayer, marines estadounidenses pero ningún miembro del gobierno y muy pocos policias y militares haitianos.

En realidad, las súplicas de Preval a Estados Unidos y su falta de contacto con su propio pueblo estos ocho días después de la catástrofe -unido a la profunda desconfianza que hay en Haití a sus gobernantes- puede provocar que, de facto, Haití se convierta en un protectorado de la ONU durante años.

La embajadora de Haití en España habla de 25 años de reconstrucción; la expera de FRIDE solo se atreve de hablar de décadas. En todo caso, un plazo muy largo del que puede salir un país renovado y gobernado por los haitianos o profundamente dependiente de una ayuda internacional que llega cada vez más a cuentagotas debido a la conocida "fatiga del donante".

"Considerar Haití como un país incapaz de gobernarse y crear un protectorado generaría una dependencia, con una población aislada y sin ningún futuro", advierte Ricard Solé, subdirector de la Fundación DARA.

Por eso, tanto Solé como Schünemann apuestan por resaltar desde el primer momento el papel de la coordinación entre el gobierno, las potencias internacionales y la sociedad civil.

Plan Marshall a partir de Montreal

En este sentido, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, ha evocado el ejemplo del Plan Marshall destinado por EEUU a la recuperación de Europa tras la Segunda Guerra Mundial para pedir un gran esfuerzo internacional en Haití.

El seísmo ha sido la última de una serie de calamidades que han golpeado al país, incluido el aumento de precios de los alimentos y del combustible en 2008, que generó disturbios, y los huracanes de ese mismo año.

Para que Haití se recupere de todo ello "necesita algo grande", considera el director gerente del FMI en una entrevista en la revista de la entidad.

A su juicio, la ayuda extendida "de manera poco sistemática" no es suficiente y lo que es necesario es "una especie de Plan Marshall".

El asunto se tratará en el 25 de enero en una conferencia internacional en Montreal a la que asistirá el primer ministro haitiano, Jean-Max Bellerive. En esa reunión, a la que acudirán representantes de Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, algunos países latinoamericanos y varias organizaciones internacionales, se planificará también una cumbre de mayor nivel sobre Haití que se celebrará en los próximos meses.

Mientras, el FMI negocia con organizaciones y países donantes la cancelación de toda la deuda haitiana. Mientras, ha prometido un préstamo sin intereses por valor de 100 millones de dólares para que el gobierno pueda reanudar sus actividades y pagar para la importación de productos básicos.

Ese préstamo también será perdonado si se aprueba la cancelación de toda la deuda, como el jefe del FMI dijo estar convencido de que sucederá y como ha pedido Francia al Club de París.

Sin deuda con la que cargar, estabilidad en las calles por la presencia militar y solucionado el problema humanitario, a medio y largo plazo se dibujan los escenarios del protectorado dependiente o de la nación que resurge al estilo del Plan Marshall europeo.

De la recuperación del anterior clima de estabilidad, la superación de los prejuicios sobre la violencia en el país -hay otros lugares muchos más violentos en Centroamérica sin la sensación de peligro que tiene la presencia internacional en Haití- y la inversión infraestructuras dependerá que la Haití de dentro de una década sea una cosa u otra.