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Tirarse al agua sí, pero cuidado con la 'hidrocución', los ahogamientos y las lesiones medulares

  • El síncope por hidrocución o corte de digestión es uno de los peligros más graves
  • Se puede perder el conocimiento o incluso sufrir un paro cardíaco y de ahí el ahogamiento
  • Tirarse mal al agua causa el 5% de los lesionados medulares que terminan en silla de ruedas
  • De ellos, el 80% tienen de 15 a 25 años y cuatro de cada cinco son hombres
  • Casi a diario se producen ahogamientos en España, mira dónde en este mapa

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Precauciones contra los ahogamientos

Playa y piscina son sinónimo de diversión, pero también pueden ser focos de accidentes si no se anda con cuidado. Lo más grave que puede ocurrir es la llamada "hidrocución" -conocida como corte de digestión, aunque no necesariamente se produce tras haber comido- y el ahogamiento. Los médicos alertan también de las consecuencias de las zambullidas, origen del 5% de las lesiones medulares que dejan cada año a muchos jóvenes en silla de ruedas.

Carlos Urquía, médico del Departamento de Salud y Socorro de Cruz Roja nos explica que los peligros más graves del baño son la hidrocución y el ahogamiento. Pero, ¿qué es la hidrocución? Se trata de un síncope que se produce cuando entramos en el agua de manera abrupta y que puede estar relacionado, aunque no necesariamente, con la digestión.

Si nos metemos en el agua 'del tirón', explica Urquía, "sometemos a la piel -que puede estar a unos 38º (en la playa por el calor)- a un medio, el agua, que puede estar hasta a 20º menos". El médico nos explica que ante ese cambio abrupto el cuerpo trata de mantener su temperatura enviando más sangre a los vasos sanguíneos para conservar el calor, lo que provoca que el cerebro y el corazón tengan menos sangre con la que funcionar. Se puede llegar a producir entonces un mareo momentáneo, la pérdida de consciencia y en casos extremos un paro del corazón y, en consecuencia, si nadie nos ve, el ahogamiento.

El cuerpo tiene más riesgo de sufrir la hidrocución si ha estado mucho a tiempo bajo el sol, pero también si estamos haciendo la digestión. Carlos Urquía nos explica que si al efecto anteriormente descrito se le suma la sangre que en ese momento está trabajando en la digestión, las posibilidades aumentan. Es por eso que "se recomienda no bañarse en las dos horas siguientes a la comida", pero sobre todo y en cualquier caso, explica Urquía, "tenemos que meternos en el agua poco a poco mojándonos los brazos, la nuca...".

Desde el Ministerio de Sanidad y Consumo recuerdan que los niños pueden ahogarse con "mayor rapidez" que los mayores, por lo que "no hay que perderles de vista en ningún momento" y añaden: "Los manguitos y los flotadores no sustituyen la vigilancia de un adulto".

El 5% de las lesiones medulares

El doctor Paco Camarelles de la Sociedad Española de Médicos de Familia nos recuerda los peligros de las zambullidas -tirarse de cabeza al agua- cuando no se calcula bien la profundidad, e insiste en las consecuencias no muy frecuentes pero graves como la fractura de las cervicales.

De esto saben mucho en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo desde donde nos cuentan que entre 2001 y 2005, el 5% de las personas que ingresaron fueron como consecuencia de las zambullidas, casos, todos, "perfectamente evitables", insisten.

El perfil de los pacientes que sufren este tipo de lesiones, según nos explica el Hospital, es el de una persona joven. Entre el 80 y el 90% de los lesionados por zambullida tienen entre 15 a 25 años, y cuatro de cada cinco son hombres.

Estos pacientes presentan una fractura a nivel de las vértebras del cuello, lo que provoca una lesión alta o tetraplejia, que, insisten, se podría evitar con "prudencia y sentido común". En el mar, en contra de la "temeridad de tirarse de cabeza en un paraje desconocido" habría que "sumergirse lentamente y con precaución". Y tanto en la playa como en en ríos y piscinas insisten en que hay que "conocer la profundidad".

El Hospital aconseja además a los bañistas "zambullirse con los brazos situados en prolongación del cuerpo, protegiendo el cuello y la cabeza". Y en caso de accidente, recuerdan la necesidad de inmovilizar el cuello de la víctima y evitar movimientos de la columna, a continuación hay que avisar a los servicios de emergencia y en ningún caso transportar al lesionado en un vehículo utilitario.