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Aumenta la tensión por el test nuclear norcoreano

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Las potencias negocian las sanciones a Corea del Norte por su ensayo nuclear

La prueba norcoreana ha provocado una convulsión en la escena internacional equiparable a los 20 kilotones de su carga atómica. Al margen de la fulminante condena de la ONU y a la espera de sanciones, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón refuerzan su colaboración, incluida la militar, mientras Pyongyang acusa a Obama de "hostilidad" y advierte de posibles nuevas acciones.

"Es evidente que nada ha cambiado en la política hostil estadounidense contra Corea del Norte (...) incluso con la nueva administración", ha dicho el régimen según un comunicado de la agencia estatal norcoreana. "Nuestro Ejército está preparado para la batalla (...) contra cualquier intento de Washington de perpetrar un ataque preventivo".

Los analistas coinciden en que la acción del régimen, cada vez más aislado, es un desafío para negociar desde una posición de fuerza con EE.UU. con el dictador Kim Jong-il pensando en la sucesión.

Por su parte, el presidente Barack Obama ha hablado con el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, y el primer ministro japonés, Taro Aso, mientras que este tiene previsto hablar también con los líderes de China y Rusia para presionar a favor de una resolución más rígida que la 1.718, acordada tras la primera prueba nuclear norcoreana del 2006.

De hecho, fuentes diplomáticas de Naciones Unidas citadas por la agencia japonesa Kyodo afirman que los cinco países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EEUU, Rusia, China, Francia y Reino Unido), junto con Japón y Corea del Sur han llegado ya a un acuerdo sobre una nueva resolución "más dura" que la de hace tres años. 

El máximo organismo de la ONU, reunido de urgencia este lunes, aprobó por unanimidad una condena "firme" al régimen por la "clara violación" de esa resolución, que le instaba a parar sus actividades nucleares. En Hanoi, en la IX Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de Asia y Europa (formada por los Veintisiete y la práctica totalidad de estados asiáticos) también se ha llegado a un acuerdo en el que se condena la "violación" norcoreana.

Además, los países vecinos también están preocupados por el programa balístico norcoreano --uno de los principales exportados de misiles-- y quieren medidas concretas para evitar su desarrollo. En este sentido, Corea del Sur ha anunciado que va a participar plenamente en la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación de armas de destrucción masiva (PSI), puesta en marcha por George W. Bush en el 2003. 

Hasta ahora, Corea del Sur era sólo un país observador para no provocar a Corea del Norte, que advirtió de que consideraría este paso como una declaración de guerra --formalmente, los dos países no han firmado la paz tras el fin del conflicto en 1953--. No obstante, Seúl el ha dicho que seguirá vigente el acuerdo marítimo firmado con su vecino en el 2005. 

La iniciativa PSI, a la que se han unido 90 países, autoriza a interceptar en alta mar a los barcos sospechosos de transportar material nuclear y otras armas de destrucción masiva.

Por otra parte, Corea del Sur ha informado de que según los indicios de su inteligencia, Pyongyang puede lanzar nuevos misiles de corto alcance en las próximas horas. "Corea del Norte prohibió el tráfico de barcos en aguas de la provincia dePyongan del Sur entre los días 25 y 27 de mayo. Parece ser que lanzará un misil de corto alcance entre el martes y el miércoles". 

El lunes, después de su ensayo nuclear, Corea del Norte lanzó tres misiles de corto alcance.