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Juzgan a Shell por ser cómplice de crímenes contra los derechos humanos

  • Relacionan a la petrolera con la matanza de activistas nigerianos
  • Entre ellos figuraba el escritor Saro-Wiwa, candidato al Nobel de la Paz
  • Denunciaban la destrucción ambiental de la compañía en el Delta del Níger

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Shell, al banquillo por la matanza en Nigeria

La corte de Nueva York decidirá si la petrolera Shell ha sido cómplice de los crímenes y la violenta represión que el Gobierno de Nigeria llevó a cabo hace 13 años contra el pueblo Ogoni, que denunció las actividades contaminantes de la multinacional en esta región minoritaria, tradicionalmente una de las más fértiles del planeta.

El dramaturgo y activista Ken Saro-Wiwa luchó sin armas para que esos pozos de petróleo se apagaran y su pueblo pudiera volver a cultivar la tierra, ya esteril. Nunca recurrió a la violencia, por lo que le propusieron como candidato al Nobel de la Paz en 1996, pero la dictadura militar que gobernaba entonces Nigeria le detuvo y le condenó a muerte. 

El 10 de noviembre de 1995 le ahorcaron junto a otros ocho líderes ogoni. La sentencia decía que habían matado a cuatro hombres, pero nunca hubo pruebas. Saro-Wiwa sabía que su verdadero delito era denunciar el crimen de otros: la muerte lenta del Delta del Niger y del pueblo Ogoni.

El juicio, en el que se decidirá si Shell fue complice de aquellas muertes y de la brutal represión que sufrieron los ogoni, comienza el 26 de mayo y responde a dos demandas acusatorias, una contra la empresa matriz (Royal Dutch Petroleum Co.) y otra contra el ex director general de su filial en Nigeria, Shell PLC Transportes y Comercio.

El hijo de Saro-Wiwa, afirma que en cierto modo ya han ganado porque una de las últimas cosas que dijo su padre fue que "Shell comparecería un día ante los tribunales".

Ha explicado que creen que Shell financió las actividades del Gobierno durante la represión: torturas, asesinatos y ejecuciones extrajudiciales entre 1993 y 1996. "Han pagado el apoyo logístico a los soldados que participaron en los abusos de los derechos humanos contra el pueblo ogoni. Facilitaron y prestaron su apoyo", ha añadido.

Por su parte, la compañía petrolera rechaza las acusaciones y ha afirmado a través de una nota enviada por correo electrónico que no alentó ni propugnó ningún acto de violencia contra los activistas.

El fallecido Saro-Wiwa  y otros activistas fundaron el Movimiento para la Supervivencia del Pueblo Ogoni (MOSOP) en 1990, exigiendo más control local sobre la riqueza petrolera de la región y una compensación de miles de millones por parte de Shell ante la contaminación producida durante años.

La represión del gobierno militar se intensificó después de que Shell se retirase de Ogoni en 1993 ante el ataque de los activistas que estaban saboteando sus pozos y las palizas a los empleados para que abandonasen la región. 

El nuevo Gobierno de Nigeria, para el que el joven Saro-Wiwa trabaja como asesor del presidente, aún no ha anunciado qué compañía sustituirá a Shell en la pequeña región de Ogoni, considerada la cuna del activismo contra la industria petrolera de Nigeria. Los demandantes tienen la esperanza de que este caso transmita a otras multinacionales el mensaje de que no pueden operar con impunidad sin respetar los derechos humanos.

Aunque Nigeria cuenta con la mayor industria petrolera de África, la mayoría de los nigerianos siguen sumidos en la pobreza tras años de gobiernos corruptos e incompetentes. La industria del petróleo también ha contribuido a la degradación del medio ambiente en el sur del país.