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El Banco Mundial cree que el peligro del proteccionismo sigue al alza

  • El presidente Zoellick teme que los gobiernos caigan en la tentación
  • El proteccionismo nos situaría en la Gran Depresión de los años 30
  • El Banco Mundial triplica su apoyo a los programas de protección social
  • Recomienda aprovechar la crisis para invertir en infraestructuras
  • La institución dedicará 55.000 millones a este capítulo

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Es la cara amable y social de las instituciones de Bretton Woods: el Banco Mundial. Su presidente, Robert Zoellick, ha advertido a los gobiernos para que no caigan en la tentación del proteccionismo. A pesar de la tensión que introduce la crisis económica y de la presión de sus propias poblaciones.

Zoellick es consciente de que muchos gobiernos eliminan trabas con una mano y las ponen con la otra. Bien a través de aranceles o privilegiando la inversión nacional en los bancos que rescatan. También bajando los precios. Por eso cree que a pesar de los acuerdos en la cumbre del G-20, los peligros del proteccionismo siguen al alza. Y si el mundo cae en ellos, el escenario sería la Gran Depresión de los años 30. Será uno de los puntos del debate que empieza este fin de semana.

Más ayuda para infraestructuras, agricultura y protección social

El Banco Mundial dedicará más recursos para lidiar con los problemas que genera la crisis en los países emergentes o subdesarrollados. Sus economías sufren "efectos de segunda o incluso de tercera vuelta".  Para amortiguar el impacto y no repetir los errores cometidos en los años 90 -las condiciones impuestas en las ayudas provocaron un coste social terrible-, la institución va a triplicar los recursos para impulsar las infraestructuras y la agricultura.

En concreto, el sábado se anunciará formalmente un paquete de 55.000 millones de dólares para invertir en infraestructuras. Zoellick ha puesto a América Latina como ejemplo. Estima que los países de la región pueden crear entre 200.000 y medio millón de empleos por cada mil millones que gasten en carreteras rurales. Redes que se han iniciado mediante microcréditos.

El Banco Mundial tampoco olvida la agricultura, un sector vital para los países menos desarrollados. La institución triplicará sus recursos para apoyarla hasta los 12.000 millones a lo largo de los próximos dos años.

El incremento de las ayudas es similar en el capítulo de protección social para evitar los efectos más terribles del tsunami financiero. Zoellick ha recordado la factura de la crisis asiática de los 90. La anemia entre las mujeres embarazadas se disparó un 22% en Tailandia. El peso de los niños menores de tres años se redujo en Indonesia. "No son pequeños destellos en las pantallas de nuestros ordenadores, sus efectos duran toda la vida".