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Los ministros de Economía del G-20 buscan el consenso para afrontar la crisis

  • Comienzan una reunión para llegar a un consenso sobre las medidas para afrontar la crisis
  • El objetivo principal es acercar posiciones entre los miembros del G-20
  • Europa y EE. UU parten con enfoques muy diferentes sobre cómo reactivar la economía

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Los ministros de Economía y Finanzas del G-20 y los gobernadores de los bancos centrales comienzan este sábado una reunión en el sur de Inglaterra con el reto de llegar a un consenso sobre las medidas para afrontar la crisis económica.

Los titulares de las economías más industrializadas y las emergentes, más los de países invitados como España, han mantenido un primer contacto con reuniones bilaterales en el "South Lodge Hotel", un hotel campestre de lujo en el condado de West Sussex, a unos 70 kilómetros al sur de Londres.

Antes de una cena oficial, el ministro de Economía del Reino Unido, Alistair Darling, tenía previsto reunirse con sus homólogos australiano, chino y el estadounidense Tim Geithner, quien, a su vez, planeaba hacer un aparte con su colega japonés, Kaoru Yosano, y el presidente del Banco Central Europeo, Jean-ClaudeTrichet.

Este viernes llegaron al Reino Unido el ministro de Economía españolPedro Solbes; el secretario de Hacienda mexicano, Agustín Carstens, y el subsecretario, Alejandro Werner; el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, y el titular de Economía y Finanzas Públicas de Argentina, Carlos Hernández.

Objetivo: acercar posiciones

La reunión de este sábado, preparatoria de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del próximo 2 de abril, tiene como principal objetivo acercar posiciones entre los miembros del G-20 de cara a presentar una posición de consenso dentro de tres semanas para hacer frente a la crisis económica.

El principal escollo lo tienen que salvar la Unión Europea y EEUU -con la posible mediación del Reino Unido-, que aparentemente parten con enfoques muy diferentes sobre cómo reactivar la economía para salir de la recesión.

Estados Unidos, con el apoyo de Gran Bretaña, aboga por acordar un estímulo fiscal (equivalente al 2% del PIB global) para aumentar la inversión pública e incentivar la demanda, mientras que Europa, con Alemania y Francia a la cabeza, considera que ya ha comprometido suficiente y rechaza más endeudamiento.

Aunque en los últimos días esta discrepancia se ha visto como un obstáculo a la acción conjunta, Darling ha insistido en que no hay divisiones insalvables entre los países, que, en cambio, comparten la voluntad, ha afirmado, de tomar medidas para apoyar "a las personas, los negocios y las economías".

Lo cierto es que, al margen del gasto gubernamental, los miembros del G-20 están de acuerdo con muchas medidas propuestas por el eje anglosajón para salir de la crisis, como la estabilización del sector bancario, una mayor regulación del sistema financiero (y contra los paraísos fiscales) y la reforma de los organismos multilaterales (pese a que existe una discrepancia sobre la dotación presupuestaria al Fondo Monetario Internacional).

Aunque hay elementos para el consenso -y, sin duda, se intentará proyectar una imagen de unidad-, el Reino Unido se ha esforzado por rebajar las expectativas sobre los resultados tanto de la reunión de este sábado como de la de abril.

Demostrar que el mundo está unido ante la crisis

 Así, el Ejecutivo ha insistido, en línea con lo expresado hace unos días por la Administración estadounidense, en que el objetivo de la cumbre del día 2 de abril es demostrar que el mundo está unido ante "los desafíos comunes", lo que podría traducirse en una simple declaración de principios, más que en medidas concretas.

Paradójicamente, Darling había manifestado en un encuentro con la prensa extranjera acreditada en Londres que la opinión pública mundial no entendería que los países del G-20 no adoptaran medidas concretas contra la recesión.

En cualquier caso, para limar asperezas de cara a la reunión de jefes de Estado, el primer ministro británico,  Gordon Brown, con su credibilidad en juego, se reunirá en Londres con la canciller alemana, Angela Merkel, antes de verse el próximo lunes con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y líderes del continente africano.