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Condenados a 20 y 22 años de prisión la madre y el padrastro de Alba por la paliza que la dejó en coma

  • La Audiencia de Barcelona les condena por la brutal paliza de marzo de 2006
  • Les condena por delito de lesiones y no de asesinato como pedía del fiscal
  • Deberán pagar una indemnización de un millón y medio de euros a la menor
  • Alba necesitará ayuda durante toda su vida para realizar las actividades cotidianas
  • Niega a la madre su petición de ser informada de la evolución de la pequeña

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Condenados a 22 y 20 años de cárcel los maltratadores de Alba

La Audiencia de Barcelona ha condenado a penas que suman 20 y 22 años de prisión a la madre de la niña Alba y al compañero sentimental de ésta, respectivamente, por la brutal paliza que dejó a la pequeña en estado de coma en marzo de 2006 y que ahora padece una invalidez irreversible.

El tribunal condena a Ana María Cano y a Francisco Javier Pérez por los delitos de lesiones, maltrato habitual y contra la integridad moral, y les impone el pago de una indemnización de un millón y medio de euros para la menor, que siempre necesitará ayuda para realizar todas las actividades cotidianas.

La Audiencia reprocha "el gravísimo incumplimiento por parte de la madre de Alba de sus deberes de cuidado y asistencia de la niña" y deniega su petición de ser informada del estado de salud y la evolución de la pequeña como había pedido al juez. Además, le ha retirado la patria potestad de la menor durante cinco años.

La Sección Vigésima ha declarado probado que, entre noviembre de 2005 y marzo de 2006, Francisco Javier Pérez agredió a la menor en diversas ocasiones e, incluso, la ató a una silla, le obligó a tragarse sus propios vómitos, le tapó la boca con cinta aislante y le introdujo agua con una jeringuilla, dando así total credibilidad al testimonio de Maite, la hermanastra de Alba, que presenció los hechos.

Respecto a la paliza del 4 de marzo de 2006, la sentencia cree probado que el procesado se quedó a solas con la niña en su piso de Montcada i Reixac (Barcelona), después de que ella dijera que no quería salir para ir a la feria, y la "zarandeó brutalmente y con tal violencia" que le provocó un hematoma subdural en el cerebro.

La madre "conocedora" del maltrato

En opinión de la Audiencia, la madre de Alba era "perfectamente conocedora" de los maltratos que Francisco Javier Pérez infligía a su hija y, pese a ello, "no adoptó decisión alguna" para evitar las agresiones, con lo que puso en grave peligro a la menor.

Respecto a las vejaciones a que Francisco Javier Pérez sometía a la menor, el fallo critica con dureza la conducta de la madre de Alba, porque "no se limitó a saber y consentir las condiciones indignas" en que la niña se encontraba, sino que faltó a su "obligación legal" de evitar esa situación.

Según la sentencia, desde noviembre de 2005, cuando los condenados iniciaron su relación sentimental, ambos crearon respecto a Alba "un clima de sistemático maltrato tanto físico como vejatorio".

Por este motivo, el tribunal impone a los procesados una elevada indemnización, "atendiendo a la gravedad de los hechos, de las lesiones producidas y del clima de terror y miedo que provocaron en el entorno familiar de la menor", así como por las secuelas que arrastra la niña, quien ha perdido totalmente su autonomía personal.

La sección condena a los procesados por lesiones, en vez de intento de asesinato, como planteó la Fiscalía, al descartar que Francisco Javier tuviera intención de matar a Alba cuando la zarandeó con violencia, como lo demuestra el hecho de que, al verla inconsciente, la llevara de inmediato al ambulatorio.

El testimonio de la hermanastra de Alba

Para concluir la culpabilidad de los procesados, la Audiencia ha dado plena credibilidad al relato de Maite, la hija de seis años de Francisco Javier Pérez, quien en abril de 2006 en una exploración judicial realizada por psicólogos explicó lo sucedido la noche de la brutal paliza y los habituales maltratos que Alba sufría.

En ese sentido, el tribunal recuerda que la versión de la niña quedó corroborada por la declaración de su madre, que explicó que Maite jugaba a reproducir en sus muñecas los maltratos que Francisco Javier Pérez infligía a Alba: las ponía desnudas contra la pared, les pegaba cachetes en el culo y les daba agua con una jeringuilla.

La sentencia dedica páginas enteras a justificar que en su exploración judicial no se advirtiera a Maite de su derecho a no declarar contra su padre, lo que motivó que el abogado de Ana María Cano planteara la posible nulidad de ese testimonio, principal prueba de cargo contra los procesados.

Para la sección 20 de la Audiencia, si Maite, dada su corta edad, carecía de capacidad suficiente para discernir entre decir o no la verdad, tampoco podría distinguir si lo que estaba relatando ante los psicólogos del equipo técnico-penal perjudicaba a su padre.

Contradicciones en el juicio

Durante la celebración del juicio en la Audiencia de Barcelona, los acusados incurrieron en contradiciones. El acusado aseguró que la madre de Alba y él encontraron a la niña inconsciente junto a la cuna mientras que la mujer asegura que fue él el que bajó a la calle con la niña en brazos.

Sin embargo, los médicos negaron que Alba entrará en coma por accidente.

Finalmente, el fiscal pidió 21 años de prisión para cada uno de los dos condenados cuando el juicio quedó visto para sentencia, el pasado 19 de diciembre.