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Los niños, Halloween y Wall Street dan vencedor a Obama

  • Todos los indicadores alternativos casi infalibles predicen la victoria demócrata
  • La Bolsa es un termómetro de la economía, y si baja se castiga al Gobierno actual
  • Los niños votan como sus padres y los disfraces de Halloween miden la popularidad
  • Además, hay un indicador irrracional, un resultado deportivo, que acierta desde 1936 
  • Toda la información sobre la campaña estadounidense, en el especial de RTVE.es

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La campaña electoral entra en Halloween

La regla es sencilla: si el Dow Jones baja entre mediados de julio y finales de octubre, hay cambio de partido en la Casa Blanca. Este año no caben dudas. El desplome bursátil es de tal envergadura, que Obama debería ganar de calle. A principios de verano, el índice bursátil rondaba los 11.500 puntos. Ahora, está en los 9.000 (y eso pese al subidón del martes de más del 10%).

No hay nada mágico en la profecía. Al fin y al cabo, el Dow Jones es un termómetro de la economía. Si las cosas van mal, la factura la paga siempre el gobierno. Si van bien, es un aval para que su partido vuelva a ganar las elecciones. Pero con una recesión global, no hace falta escrutar el vuelo de los cuervos para saber a quién castigarán los electores.

Desde luego, el Dow Jones no es infalible. Pero su tasa de aciertos es espectacular, superior al 90%. Suficiente para que cualquier broker se juegue la camisa. El oráculo se ha puesto a prueba 27 veces, y ha acertado 25.

Su fracaso más sonoro tuvo lugar hace ocho años. El Dow dio vencedor a Al Gore pero finalmente ganó Bush. En su descargo, conviene recordar que la variación de las cotizaciones entre julio y octubre fue mínima. Era un margen demasiado estrecho para sacar conclusiones.

La mano inocente también saluda a Obama

Pero si han salido escaldados con las Bolsas y no se fían de sus augurios, hay otros indicadores para adivinar quién ocupará la Casa Blanca. Pregunten a los niños. Hay varias encuestas que los ponen a prueba. La que elabora Nickleodeon, desde hace 20 años y la que recoge el Weekly Reader desde 1956.

En ambas, el porcentaje de aciertos es superior también al 90%. Tampoco hay nada misterioso en ello. Los niños reflejan las inclinaciones políticas de sus padres, sólo que en este caso votan antes y predicen el resultado. En el sondeo de Nickleodeon, han participado más de dos millones de niños y han elegido a Obama como vencedor, aunque sea por una mínima ventaja de dos puntos.

El análisis político de los críos puede hilar mucho más fino. Este año Nickleodeon ha elaborado por primera vez una encuesta sobre las primarias. Y los niños han sido capaces de anticipar los ganadores: Obama y McCain.

El rostro de la Sibila

Los niños y Wall Street. No es tan descabellado. Al menos no tanto como el resultado del último partido en casa de los Washington Redskins de fútbol americano. Si lo pierden, los republicanos abandonarán la Casa Blanca.

Este indicador, sin base científica o lógica alguna, ha acertado en las últimas 17 ocasiones (¡siempre dede 1936!) Por cierto, el último partido de los Pieles Rojas en la capital federal se disputará en la noche de la víspera de las elecciones.

Pero la apuesta más arcana está en las caretas de goma de Halloween. Los estadounidenses se disfrazan este viernes de vampiro, de bruja o de su candidato favorito. La cara que más se venda es la del ganador de las elecciones presidenciales.

Es un hecho y la conexión no es tan extravagante. Las elecciones siempre tienen lugar después de la noche de Halloween. En 2000, el 57% de las máscaras vendidas fue de Bush. En 2004, la ventaja fue mucho mayor: 65%. Y en ambos casos, clavaron el resultado electoral. De momento, las ventas de www.buycostumes.com dan ganador a Obama por ocho puntos de ventaja.

Con todo, este año hay otro caballo en la carrera: Sarah Palin. Su popularidad y su tirón mediático podrían pulverizar los augurios de Halloween y desbancar a Obama y McCain. Sin embargo, la gobernadora de Alaska era prácticamente desconocida antes de la convención republicana de septiembre, y los fabricantes de máscaras no han tenido tiempo suficiente para sacar su rostro al mercado. Los fans tendrán que hacérselas ellos mismos. No es tan difícil. Gafas sin montura y por supuesto, pintalabios.