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Quince años de crisis silenciosa

  • Un estudio revela que la tasa de pobreza se ha mantenido estable, pese al crecimiento
  • El Estado dedica menor porcentaje del PIB a luchar contra este fenómeno
  • Los que entran eventualmente en el umbral de la pobreza, los más vulnerables a la crisis
  • Tener trabajo no te asegura el sustento: un 10% de los asalariados es pobre
  • Un 80% de las segundas viviendas, en manos del 20% de la población

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Durante los últimos quince años España ha vivido un periodo de crecimiento económico y del empleo que no ha conocido en su historia.

Sin embargo, esa riqueza no ha llegado a los más necesitados, ya que el número de personas que viven en el umbral de la pobreza y sufren desigualdad es el mismo, mientras que el porcentaje del PIB que el Estado emplea para combatir este fenómeno ha descendido.

Este es el panorama que se destila del VI Informe sobre exclusión y desarrollo social en España 2008 de la Fundación Foessa y Cáritas, que recoge que uno de cada cinco hogares españoles continúa viviendo bajo el umbral de la pobreza, que afecta de forma severa a medio millón de familias con problemas, además de exclusión.

Es más, no sólo no ha reducido el número de pobres en nuestro país, sino que España es, junto al Reino Unido, el país de la UE donde han aumentado más las tasas de pobreza permanente y de pobreza crónica (que es del 13,8%).

Respecto a la pobreza transitoria, afectó al 42% en la que se incluyen personas que experimentaron dos o más episodios de pobreza durante siete años consecutivos.

 Pobres y asalariados

El informe también recoge que casi la mitad de la población española sufrió en algún momento durante los últimos siete años algún periodo de pobreza, lo que sitúa a este sector como el colectivo más vulnerable ante la crisis económica.

Además, incluye otro dato preocupante: tener trabajo no te asegura salir del umbral de la riqueza.

De hecho, hay una proporción nada desdeñable de empleados en situaciones de pobreza -por encima del 10%-, debido a la insuficiencia de los ingresos para hacer frente a las cargas familiares, lo que pone en cuestión la arraigada imagen de empleo como garantía automática de bienestar social.

Concentración de la riqueza

En el otro extremo se encuentra la alta concentración de la riqueza. El informe destaca que casi el 80% de las propiedades inmobiliarias distintas a la vivienda habitual, el 88% de los negocios por cuenta ajena y más de un 92% de las acciones están en manos del 20% de los hogares más ricos.

Por último, el informe denuncia que los recursos empleados en la reducción de la pobreza por parte de las administraciones "resultan impropios¿.

Así, las cifras del gasto social han tendido a la baja, con porcentajes sobre el PIB en la actualidad -cercanos al 20 %- inferiores a los niveles máximos de del primer tercio de los años 90 (24,4%).

El incremento de las prestaciones sociales ha sido "considerablemente menor" que el de etapas anteriores, y la intensidad protectora es hoy inferior a la de hace dos décadas.

Repensar el sistema

En este sentido, uno de los autores del estudio, el profesor de la Universidad Pública de Navarra Miguel Laparra ha planteado la necesidad de cambiar, en momentos de crisis, los modelos sociales y económicos, además de "repensar el sistema de protección social para avanzar hacia una sociedad más integral".

Por su parte, Luis Ayala, de la Universidad Rey Juan Carlos, ha asegurado que los problemas económicos afectarán a los "pobres recurrentes, que son los que entran y salen de esta situación" y que se corresponden con colectivos integrados por familias con varios hijos.

El secretario general de Cáritas Española, Silverio Agea, ha lamentado que el crecimiento económico no se haya acompañado con una reducción de la situación de pobreza, en la que se encuentran ocho millones y medio de personas, y de pobreza extrema, que afecta a un millón y medio de españoles.