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Italia y Polonia se escudan en la crisis para vetar el plan de la UE contra el cambio climático

  • Berluscon anuncia que ambos países vetarán el proyecto de recorte de emisiones
  • Considera que las empresas no pueden costearlo en el actual entorno económico
  • Los ocho países de Europa del Este emiten un comunicado en la misma línea
  • El plan recoge la reducción en un 20% respecto a lo emitido en 1990
  • Francia lo quiere aprobar antes de diciembre, cuando acaba su presidencia

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La lucha contra el cambio climático puede convertirse en otro daño colateral de la crisis financiera. Así al menos lo creen Italia y Polonia, que tienen la intención de vetar el ambicioso plan de acción europea contra el calentamieto global que se está discutiendo en la cumbre que se está celebrando en Bruselas.

Lo ha anunciado el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que ha subrayado que las empresas italianas no pueden soportar en el actual momento económico el coste de este plan.

"Los compromisos prioritarios se deben centrar en la crisis. Creemos que no podemos hacer de Don Quijote en este momento, de avanzar en solitario mientras los mayores productores mundiales de CO2 como Estados Unidos y China están aboslutamente en contra de la adhesión a nuestro proyecto", ha defendido.

Europa se ha comprometido en solitario a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 20% en 2020 respecto al nivel de 1990.

También ha fijado el objetivo de que el 20% de la energía final consumida en 2020 proceda de fuentes renovables y de usar un 10 por ciento de biocombustibles en el transporte.

La Presidencia francesa de turno de la UE se ha marcado el objetivo de lograr un acuerdo sobre este conjunto de medidas para finales de este año.

Esta meta fue acordada por unanimidad en 2007, pero para Berlusconi no supone un problema. "Todo eso será para 2020. Tenemos tiempo", ha añadido.

 Rechazo de los países del Este

Esta postura es compartida también por los ocho países de Europa del Este (Bulgaria, Estonia, Eslovaquia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia y Rumanía), que han pedido a la UE que tenga en cuenta el impacto económico de la crisis financiera y rebaje los objetivos fijados contra el cambio climático.

En un comunicado conjunto presentado durante la cumbre comunitaria, los primeros ministros de esos países subrayan que "en la época actual de incertidumbre económica y financiera (...) la política climática y energética de la UE debería reconciliar los objetivos ambientales y la necesidad de un crecimiento económico sostenible".

Reconocen que el calentamiento del planeta es "un asunto de vital importancia" y reiteran su compromiso de concluir las negociaciones del plan europeo en ese ámbito, pero piden cambios en las propuestas planteadas.

Esa fórmula, señala el texto presentado, podría servir de modelo para las negociaciones de un acuerdo global contra el cambio climático.

Los ocho países subrayan que los Veintisiete deben evitar "adoptar medidas que no respeten las diferencias del potencial económico de los países".

Este asunto será discutido en la cena que mantendrán los jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas, donde a la postura de estos países se confrontará la de los países nórdicos y Reino Unido, firmes defensores del plan.