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La UE apuesta por la huida hacia adelante

  • Los ministros de Exteriores acuerdan seguir con el proceso de ratificación de Lisboa
  • Quieren "dar tiempo" a Irlanda mientras los nueve países restantes confirman el tratado
  • La República Checa es el único país que se resiste a seguir con el proceso
  • Moratinos niega que haya crisis y dice que el Congreso validará el tratado en octubre

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Reunión de los ministros de Exteriores de la UE para tratar el no irlandés

Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea han expresado su compromiso con el Tratado de Lisboa, aunque han reconocido que no es posible una solución rápida para salvarlo tras el 'No' dado por los irlandeses en referéndum la semana pasada.

Reunidos en Luxemburgo, los 27 han tratado de recomponer las piezas de un tratado actuando en dos direcciones. Por un lado, están a la expectativa de si el gobierno irlandés se atreverá a un nuevo referéndum, algo que fuentes de este país han calificado como estrategia de alto riesgo.

Para el jefe de la diplomacia irlandesa, Micheal Martin, "es demasiado pronto" para cualquier propuesta de realizar otra consulta.

"La decisión popular debe ser respetada y no podemos obviarla. No hay soluciones rápidas", ha subrayado.

De la misma opinión es el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Miliband. "Nadie puede contradecir al ministro irlandés diciendo que hay una solución rápida", ha precisado.

Sobre las posibles culpas del 'No' europeo, Francia ha liderado a un grupo de países que achacan esta respuesta negativa al fracaso en la respuesta  a la crisis alimentaria y los precios del petróleo.

Pendientes de Chequia

Así las cosas, Francia -que asumirá la próxima presidencia- ha liderado la nueva estrategia a seguir: dar tiempo a los irlandeses mientras los nueve países que faltan por dar el visto bueno a Lisboa siguen con el calendario previsto.

 "Hemos decidido... proseguir el proceso de ratificación", ha detallado el jefe de la diplomacia francesa, Bernard Kouchner, que ha confirmado que "hay un acuerdo de no detener el proceso".

En la misma línea se ha pronunciado el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pottering, que ha pedido a los jefes de Estado y de Gobierno que continúen el proceso de ratificación porque "es una necesidad absoluta".

El motivo que ha alegado es que, sin estos procesos, "las nuevas adhesiones son impensables", y ha recordado que "nuestro objetivo sigue siendo que el tratado entre el vigor en junio de 2009, antes de las elecciones europeas".

El principal escollo está en la República Checa, donde su presidente, el euroescéptico Vaclav Klaus, considera que el tratado está muerto tras el fracaso en Irlanda.

Sin embargo, su ministro de Asuntos Exteriores ha cedido a la presión de sus colegas y ha asegurado que seguirán con la ratificación si pueden salvar los escollos constitucionales que tienen por delante.

Postura española

Por su parte ,el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha subrayado que el Tratado de Lisboa "no está muerto" y ha negado que la Unión Europea haya entrado en una crisis grave como resultado del "no" irlandés.

"No estamos en una hecatombe, no hay crisis europea, no hay sensación de colapso de las instituciones y del alma europea", ha asegurado Moratinos en rueda de prensa.

"La Unión Europea está muy viva y muy activa, buscando soluciones eficaces que den respuesta a los problemas e inquietudes de los ciudadanos: ésta es la mejor señal que podemos dar en estos momentos", ha añadido tras detalla que España "mantiene el calendario" de ratificación y que los trámites en las Cortes habrán concluido "antes del Consejo Europeo informal de octubre".