'Caperucita en Manhattan' salta al cómic por el centenario de Carmen Martín Gaite
- Una adaptación de la escritora Catalina González Vilar y la dibujante Helena Bonastre
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El próximo 8 de diciembre celebraremos el centenario de Carmen Martín Gaite (1925-2000), aunque durante todo este 2025 se están realizando numerosas iniciativas culturales en su memoria. Como la adaptación al cómic de Caperucita en Manhattan (Siruela), una de sus novelas más preciadas, ya que fue con la que volvió a la ficción, en 1990, tras el fallecimiento de su hija Marta en 1985. Sus autoras son la escritora y guionista Catalina González Vilar (El secreto del huevo azul, La familia de la vajilla impar) y la dibujante Helena Bonastre (Parques urbanos del mundo).
Catalina destaca que: “El cuento plantea de manera directa muchos temas esenciales, pero la idea más presente es la cuestión de la libertad. ¿Cómo queremos vivir? ¿Qué significa ser libres? Para mí el mensaje último es que, para ser libres, hay que echarle valor”.
El cuento es una versión del clásico de Charles Perrault (1628-1703), protagonizado por Sara Allen, una niña de diez años que vive en Brooklyn, Nueva York. Sara quiere llevarle una tarta de fresa a su abuela, una excéntrica cantante de music-hall. Para eso tendrá que ir a Manhattan, donde se encontrará con míster Woolf, un pastelero multimillonario que vive cerca de Central Park en un rascacielos con forma de tarta. En su viaje se encontrará con Miss Lunatic, una mendiga que de noche duerme en la estatua de la Libertad y que sale de noche para ayudar a que las desgracias humanas sean menos y, si es necesario, regalar un elixir capaz de vencer al miedo.
Página del cómic 'Caperucita en Manhattan'
El viaje de Sara en busca de la libertad
Preguntamos a Catalina cómo imagina a Sara: “Sara es una niña inteligente y sensible que desea escapar de la atención excesiva y sobreprotectora de su madre. Su abuela, sin embargo, es una mujer que ha llevado una vida alejada de los convencionalismos y que alienta su independencia. Sara sueña con irse a vivir con ella a Manhattan, ese lugar de película en la que todo parece más emocionante. De ahí su viaje, una metáfora de la búsqueda de la libertad”.
Un personaje que cobra vida gracias a los lápices de Helena Bonastre: “Durante el proceso no me inspiré en nadie concreto, veía muy claro a Sara porque Carmen hizo un personaje que tenía vida propia, pero sospecho que sí dibujé una niña que se parecía un poco a mí de pequeña (tenía un peinado similar). Supongo que les pasará a muchas niñas al leer Caperucita en Manhattan. También me encantaba leer, estaba obsesionada con Alicia en el País de las Maravillas, vivía en un pueblo y siempre soñaba con vivir en la ‘gran’ ciudad de Barcelona”.
“Pero si pensará en cómo me imagino a Sara –añade la dibujante-, por alguna razón me la imagino con 20 años. Creo que por fin consiguió mudarse a un piso compartido en Nueva York; por fin está conociendo a gente como ella, yendo mucho al cine, saliendo con los chicos equivocados (y aprendiendo de ello) y en general viviendo la vida con entusiasmo. Deseo eso para Sara”.
Página del cómic 'Caperucita en Manhattan'
Se inspiran en los dibujos de la propia Carmen
En cuanto a los otros personajes, la abuela, el lobo y a la enigmática Madame Bartholdi, Catalina nos confiesa: “Ahora solo puedo imaginarlos tal y como los ha dibujado Helena. Ha sido ella quien los visualizó claramente desde el primer momento, apoyándose como punto de partida en los dibujos que Carmen Martín Gaite hizo para la primera edición de la novela”.
“Es muy difícil elegir un personaje favorito. La abuela y Madame Bartholdi son geniales. Pero creo que me quedo con Sara. Me gusta mucho su capacidad de resistencia y su valor”, añade la guionista.
“A Miss Lunatic -nos comenta Helena-, la puedo ver de carne y hueso, prácticamente. Aunque en mi cabeza ella vive en un mundo que ya no existe: los ochenta. Y puedes encontrarla en cualquier estación de tren charlando con gente excéntrica o señores en traje y repartiendo notas con citas filosóficas que un día pueden salvarte la vida”.
“Los dibujos originales de Carmen son muy bonitos y me encanta que sean ilustraciones hechas con tinta, creo que tiene todo el sentido para esta historia. Además, son la única expresión visual de lo que Carmen tenía en la cabeza, así que los tenía muy presentes”, asegura la ilustradora.
“Si os fijáis -añade Helena-, en el cómic encontraréis homenajes a esos dibujos de Carmen. Por ejemplo, he incluido una viñeta de la abuela y Sara charlando mientras la abuela está sentada en la butaca, además de tratar de conseguir que la mayoría de los personajes se parecieran a los de las ilustraciones de Carmen. También he creado mis propios juegos e hice a la abuela muy parecida a la propia Carmen”.
Página del cómic 'Caperucita en Manhattan'
“El edificio de Mr. Wolf también está muy inspirado en la ilustración de Carmen y el carro de Miss Lunatic es muy parecido al del dibujo original”, añade la ilustradora.
“Para mí era importante que esos dibujos estuvieran indirectamente presentes en la novela gráfica, pero una vez estos sirvieron como punto de partida e inspiración para el desarrollo de personajes, intenté centrarme en darles una vida propia y aportar mi visión estética de la historia”, concluye Helena.
Página del cómic 'Caperucita en Manhattan'
“Nueva York es un personaje más”
En cuanto a la ciudad de Nueva York, Helena Bonastre nos comenta: “La ciudad es un personaje más. Para mí, ha sido un regalo poder ilustrar un lugar que tiene tanto peso y detalle en mi cabeza. He leído tantos libros ambientados en Nueva York, he visto la ciudad en tantas películas, en tantas canciones… incluso escucho muchos podcasts grabados allí”.
“Solo he estado dos veces en Nueva York -añade la artista-. Pero para mí era crucial retratar con total fidelidad ese Nueva York de los ochenta. Por eso recopilé muchas fotografías (tengo una biblioteca de carpetas llenas de escenas de la ciudad aún en mi ordenador) y me pasé mucho por Google Maps. Además, miré los collages de Carmen de NY y usé muchos elementos de inspiración. Fue genial”.
Un Nueva York que Helena Bonastre también ha retratado con colores casi hipnóticos: “El color era importante porque quería que reflejará el período histórico, quería darle un punto vintage que nos recordara a una época pasada. También quería que la noche (que tiene mucho peso en la novela gráfica) representará los colores y luces que asociamos a Nueva York. Me viene a la cabeza, de repente, Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976). Naturalmente la temática es muy distinta, pero quería que viéramos en esa noche los colores que asociamos con el Nueva York de los ochenta”.
Página del cómic 'Caperucita en Manhattan'
Un cuento que ha marcado a varias generaciones
Ya sea por la novela original o por las numerosas adaptaciones teatrales (podréis ver una del 23 de diciembre de 2025 al 9 de enero de 2026 en el Teatro de la Abadía), Caperucita en Manhattan ha marcado a varias generaciones.
“Leí Caperucita en Manhattan cuando tenía unos 16 años –nos confiesa Catalina-. Estaba en casa y su título despertó mi curiosidad. Tras leerlo, me quedé con la sensación de que era un libro peculiar, distinto a lo que había leído hasta entonces. Al releerlo ahora, más de treinta años después y con la atención que implica hacer una adaptación, he apreciado mejor la belleza de su escritura, el humor y también la ternura con la que trata a los personajes”. “También, con los años, se afrontan de otro modo las cuestiones filosóficas que se plantean”, añade la guionista.
“Yo no había leído nunca a Carmen -nos confiesa Helena-, Caperucita en Manhattan fue el primer libro suyo que leí y en cuanto llevaba unas páginas ya sabía que quería que me dieran este proyecto. De hecho, mi agente, al mencionarlo por primera vez, ya me advirtió que me encantaría y que era una obra muy afín a las cosas que solían gustarme dibujar a mí, y no se equivocaba. Disfruté mucho de esa lectura y me enamoré de sus personajes”.
“Desde el principio quisimos ser muy respetuosas con la obra original –añade Catalina-. Creo que Martín Gaite escribió este libro con mucha libertad, y eso se nota. Tras una época sin escribir ficción, esta historia aparentemente ligera le permitió volver a dejarse llevar por la imaginación y por el disfrute del lenguaje. La novela está llena de frases inolvidables, llenas de poesía, música y emoción. He trasladado muchas de ellas al cómic, para que el lector pueda escuchar directamente su voz”.
Página del cómic 'Caperucita en Manhattan'
“Volver a trabajar con textos de Carmen sería una gozada”
Esta novela gráfica surge de la colaboración entre la Fundación Martín Gaite y la Editorial Siruela, que publica las obras de la autora. “Ambos nos han acompañado y apoyado mucho en todo el proceso –asegura Catalina-. Creo que hemos conectado de manera sencilla porque todos estamos enamorados de la novela y veíamos este proyecto como un gesto de amor y respeto por la obra de Carmen Martín Gaite”.
En cuanto a si les gustaría adaptar otras obras de Carmen, Catalina asegura: “Volver a trabajar con los textos de Martín Gaite sería una gozada. Pero no sé si todas las novelas son idóneas para ser adaptadas a novela gráfica. Caperucita en Manhattan lo es especialmente, pienso, al ser tan visual, con esos personajes tan icónicos y el escenario de Manhattan de fondo”.
“Yo no me lo había planteado, pero lo haría encantada, claro”, añade Helena.
Página del cómic 'Caperucita en Manhattan'
Pero mientras surge, o no, esa posibilidad, Catalina González Vilar nos comenta que: “Estoy trabajando en varios proyectos de cómic. Una historia de acción y aventuras con el ilustrador Toni Galmés, con quien ya colaboré en Molly Wind, bibliotecarias a caballo (Mejor cómic Infantil en Comic Barcelona 2014), y una serie de fantasía con Xavier Bonet, el ilustrador de Lily Medialuna y la nueva edición de Harry Potter. También en un par de historias para primeros lectores que saldrán con SM”.
En cuanto a Helena Bonastre: “Ahora mismo estoy trabajando en un álbum ilustrado de no ficción con una editorial británica. Es muy distinto a Caperucita, pero me ha gustado tener un período en el que hago algo distinto. Aunque después de Caperucita, puedo decir que sé que lo que más me gusta en el mundo es desarrollar personajes y el mundo visual y narrativo en el que estos habitan”.
Portada de 'Caperucita en Manhattan'
