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Elecciones en Reino Unido 2017

Theresa May gana las elecciones pero pierde la mayoría absoluta

  • Los conservadores pierden la mayoría absoluta y 13 escaños respecto a 2015
  • Los laboristas de Corbyn ganan 29 escaños y piden la dimisión de May
  • Los nacionalistas escoceses se desploman y alejan otra consultan indepedentista
  • La derrota moral de May deja en el aire el Brexit duro y el diálogo con Bruselas
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Theresa May pierde la mayoría absoluta pero intentará gobernar con los unionistas norirlandeses

Los británicos han tumbado la apuesta de Theresa Mayen unas elecciones anticipadas que arrojan un panorama de incertidumbre. Los conservadores han ganado los comicios, pero han perdido la mayoría absoluta de la que gozaban en el Parlamento y tendrán que negociar con los unionistas de Irlanda del Norte para formar gobierno, mientras que los laboristas de Jeremy Corbyn refuerzan sus posiciones y los nacionalistas escoceses se desploman, enterrando de momento un nuevo referéndum de indepedencia.

Los tories pasan de 331 a 318 escaños: pierden 13 y se quedan a ocho de la mayoría absoluta. Este revés electoral compromete el liderazgo de May, ya que adelantó estas elecciones con el objetivo de lograr un "mandato claro" para negociar un Brexit duro con la Unión Europea, acallando las disidencias en el seno de su propio partido, y ha conseguido todo lo contrario. May va a tener que lidiar ahora con lo que en Reino Unido se conoce como un "Parlamento colgado" (hung Parliament), en el que el gobierno depende de acuerdos parlamentarios.

Acuerdo de gobierno con los unionistas del Ulster

El líder laborista Jeremy Corbyn ha pedido su dimisión y voces dentro del Partido Conservador, entre ellas la del exministro de Finanzas, George Osborne, le han pedido que "reconsidere su situación", pero la premier ha anunciado que intentará formar gobierno con los unionistas de Irlanda del Norte, que han revalidado sus diez escaños, y se han mostrado dipuestos a negociar.

No se trataría en todo caso de un gobierno de coalición, como el de David Cameron y los liberaldemócratas en 2010, sino lo que se conoce como un acuerdo de confidence and supply (confianza y provisión), esto es, apoyo en el voto de confianza en el Parlamento y pactos en temas específicos como los presupuestos.

El Gobierno tendrá en contra, eso sí, un frente de partidos que defienden una negociación flexible con la UE, o incluso opuestos al Brexit: laboristas, liberaldemócratas y nacionalistas escoceses.

El bipartidismo se refuerza

En una brevísima comparecencia ante el 10 de Downing Street y tras comunicar su decisión a la reina Isabel II, May ha prometido garantizar la estabilidad del país y mantener la hoja de ruta del Brexit. "Guiaré al país en las negociaciones cruciales que empiezan dentro de diez días y mantendré el compromiso de sacar al Reino Unido de la Unión Europea", ha afirmado, con gesto serio, descartando que vayan a retrasarse las negociaciones del Brexit como teme Bruselas.

Con el 40% de los votos, los laboristas han celebrado un derrota que sabe a victoria: apenas 800.000 votos y 2,4 puntos les separan de los conservadores. Corbyn ha hecho saltar por los aires la mayoría conservadora y se ha reivindicado al frente del Laborismo en las urnas, que les han concedido 261 escaños (29 más que en 2015), con un viraje a la izquierda. El diputado rebelde, con un programa político más a la izquierda, ha movilizado y captado el voto joven, clave en la resurrección del partido.

Jeremy Corbyn, el líder del Partido Laborista, ha pedido a la conservadora Theresa May que, a la vista de los primeros resultados en las elecciones legislativas de Reino Unido "se vaya" y permita que llegue al poder "un Gobierno que verdaderamente represente a todas las personas del país". Por su parte, la primera ministra afirma que si los conservadores han ganado más escaños les corresponde a ellos dar al Reino Unido la estabilidad necesaria para afrontar el "Brexit".

El bipartidismo sale reforzado de estas elecciones y frena su caída de los últimos años. Si en 1979 la suma de conservadores y laboristas superaba el 80%, en 1992 era ya el 75% y tocaron suelo en 2010 cuando se quedaron en el 65%. En esta ocasión superan el 80% y los 580 escaños.

Descalabro del nacionalismo escocés

Ese auge del bipartidismo es especialmente significativo en Escocia, donde los conservadores y laboristas pasan de ser una especie en peligro de extinción, con apenas un diputado cada uno, a 13 y 7 respectivamente. Un avance que ahonda el hundimiento del Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés). Los nacionalistas de Nicola Sturgeon han sufrido un duro retroceso y bajan a 35 escaños, lejos del histórico resultado de 2015 cuando obtuvieron 56 de los 59 escaños en juego.

Sturgeon ha perdido el pulso que mantenía con May -el resultado en Escocia es quizás es el único consuelo de la premier en esta noche electoral- y ve desdibujada su apuesta por un segundo referéndum de independencia.

De hecho, hasta tal punto ha llegado el descalabro nacionalista que el histórico líder independentista, el anterior primer ministro escocés, Alex Salmond, ha perdido su escaño a manos de los conservadores.

Sturgeon: "El resultado ha sido desastroso para Theresa May"

La mayor participación en dos décadas

Por detrás, los liberaldemócratas recuperan algo del terreno perdido en los últimos comicios, y llegan a los 12 asientos. Nick Clegg, ex viceprimer ministro liberaldemócrata ha caído en su lucha por la circunscripción de Sheffield Hallam (norte de Inglaterra), que se ha adjudicado el laborista Jared O'Mara.

Por su parte, el partido xenófobo UKIP se queda sin el único escaño que tenía y pasa del 12,6 % -unos 3,8 millones de sufragios- obtenido en 2015 al 1,8% y uno 594.000 votos. Su líder, Paul Nuttall, ha dimitido y ha afirmado que la formación populista de derechas, principal abanderada durante años del Brexit, ha sido "víctima de su propio éxito" y ahora necesita "redefinir" sus metas.

Notable afluencia de votantes a los colegios electorales en Reino Unido

Pese a la asiduidad con la que los británicos han acudido a las urnas en los últimos años -estas son las terceras elecciones generales desde 2010, pero entremedias ha habido dos referéndum- la participación ha aumentado ligeramente con respecto a 2015 hasta el 66,4%, la más alta en las últimas dos décadas.