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Claves de la eliminación del Real Madrid en la Champions: no sirve el corazón cuando falta cabeza y, sobre todo, fútbol

  • Los blancos apenas crearon ocasiones en la noche en que necesitaban más goles
  • A pesar de la consigna 'alcaracista' de Ancelotti en la previa, a su equipo le faltó orden

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Ni el plan de juego ni sus delanteros funcionaron en la eliminación del Real Madrid de la Champions.
Ancelotti observa a Mbappé en el momento en que el francés tuvo que retirarse lesionado. REUTERS

Equilibrio. Esa es, quizás, la palabra más repetida por Carlo Ancelotti esta temporada. En cada rueda de prensa ha hablado sobre ese balance que debía encontrar su equipo, un mantra del que se ha hablado, pero que no se ha encontrado. Esa ausencia, quizás, sumada a las pocas ideas de sus jugadores, ha llevado a la debacle al equipo blanco en cuartos de final.

Un partido en el que el Real Madrid, cierto es, puso de su parte. En la primera parte los jugadores salieron a morder, contagiados seguramente por el recibimiento masivo de una afición que alentó a los suyos, especialmente en esos primeros minutos, sabedores de la importancia de anotar pronto y meter el miedo en los pupilos de Arteta.

Pero la realidad es que el equilibrio nunca estuvo, al contrario, lo que se vio en el césped del Santiago Bernabéu fue la misma tónica que lleva teniendo lugar durante toda la temporada: desconexión entre los cuatro de arriba y el resto, incapacidad de generar superioridades en tres cuartos y un estatismo que facilita a los rivales.

Las mismas carencias de toda la temporada

El equipo salió a por todas, prueba es la presión de los delanteros del Madrid a Saliba y Kiwior, centrales del Arsenal, que no se había visto en la ida y durante toda la temporada. Mbappé y Vinicius estaban activos, pero faltaba orden. Las jugadas de ataque del Madrid dependían de los dos extremos tratando de generar ventajas en el uno para uno, pero la defensa del equipo de Arteta, en la que por momentos había siete jugadores en línea, logró frenar al conjunto blanco.

Real Madrid  Arsenal resultado

Brahim y Bellingham lamentan un gol del Arsenal en el Bernabéu EFE

Un orden, un 'equilibrio', que el año pasado aportaba Kroos. El Madrid utilizaba al alemán entre centrales para atraer la presión rival y generar espacios, unos en los que los delanteros del Madrid eran letales. Ahora, sin él, Ancelotti ha probado a Camavinga, a Ceballos, a Tchouameni e incluso a Bellingham en ese rol, pero ninguno ha logrado marcar las diferencias.

Ancelotti hablaba en rueda de prensa de la frase de Carlos Alcaraz, aquella que habla de ganar con cabeza, corazón y c..., pero hoy faltó cabeza, literal y metafóricamente. Literal, porque no hubo remates a los centros laterales constantes que intentó el Madrid, al menos no de algún jugador vestido de blanco. Metafóricamente, porque los locales tuvieron que recurrir a esa medida, desesperada, desde el primer minuto.

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Si el 'Plan A' falla, no hay plan B

Otra de las características de esta temporada en Madrid es que si falla el plan inicial, no hay respuesta. Ancelotti acostumbra a realizar los mismos cambios, jugador por jugador en la misma posición, en lugar de cambiar el sistema. Fran García entró por Alaba, Endrick por Rodrygo y Lucas Vázquez por Ceballos, lo que obligaba a Valverde a jugar de lateral derecho, sin cambios aparentes en la forma de juego.

Claro está que el hecho de que el plan A pasa por poner centros laterales, sin un delantero centro ni jugadores llegando de segunda línea, muestra una ligera desesperación. La prueba es que el Real Madrid, más allá del gol, no ha tirado a puerta desde dentro del área en todo el partido.

Quizás en una situación como la que afrontaba el equipo blanco hoy, Ancelotti echó de menos al lesionado Dani Carvajal, pero sobre todo a las salidas este verano. La de Kroos, ya mencionada, pero también la de Joselu o Nacho, claves en la remontada frente al Bayern del año pasado. Eliminado el equipo de la Champions, pocos cartuchos le quedan al italiano para avalar su candidatura a continuar siendo el técnico del Real Madrid. Un futuro tan incierto como cierto es que, de cara a la final de Copa, tendrán que mejorar.