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Tokyo 2020 | Tiro olímpico

Mi vida con Alberto

  • El tirador David Barquero nos habla de su amistad con Alberto Fernández, oro olímpico en foso mixto junto a Fátima Gálvez
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Los tiradores David Barquero y Alberto Fernández
Los tiradores David Barquero y Alberto Fernández

Brutal. Con esta palabra se define todo lo que he vivido junto a Alberto. Lo conocí cuando yo tan solo era un niño, pues él es doce años mayor que yo. Yo me estaba iniciando en el tiro al plato y cuando iba a entrenar al campo de tiro de su padre, Las Acacias, él venía a hablarme y a bromear conmigo.

Yo no sabía muy bien ni qué decirle, ver a tu ídolo que está bromeando contigo es muy grande. Poco a poco empecé a introducirme más en este maravilloso deporte y cogiendo más confianza con Alberto. En la segunda competición nacional a la que asistí en mi vida, en Toledo concretamente, me crucé con Alberto en un momento de la competición y me dijo que me encarara la escopeta para ver cómo me quedaba. Rápidamente vio que tenía mal colocada la culata y me la ajustó. En la siguiente serie hice el primer 25 de mi vida con tan solo 14 años en una competición nacional y después de haberme ajustado la culata mi ídolo.

Poco a poco fue creciendo nuestra relación y viviendo más momentos juntos. Yo aprendía mucho de él tanto en el tiro como en la vida. Con 17 años entré en el equipo nacional y empecé a viajar por muchos países para representar a España en la categoría junior (menores de 21 años). En muchos de estos viajes coincidía con Alberto, que iba representando a España en la categoría absoluta.

[¿Qué sabes de Alberto Fernández?

Siempre me hizo sentir genial estando atento de mí, ayudándome en todo lo que podía y haciéndome estos viajes muy divertidos. Ya no éramos solo conocidos del tiro, ni amigos del tiro, empezamos a ser amigos de la vida en general y a vernos también fuera de los campos de tiro.

En el 2015, aunque yo seguía siendo junior, conseguí salir a luchar por una plaza olímpica en la categoría senior en Emiratos Árabes. ¿Junto a quién viaje para luchar por esa plaza? Junto a Alberto, y ambos nos quedamos muy cerca de conseguirlo. Él la conseguiría más tarde en otra competición en Eslovenia en la que yo competí como junior. Pude ver en primera persona y apoyándole a dos metros cómo consiguió su clasificación para los Juegos Olímpicos de Rio 2016. Evidentemente, la celebración fue tremenda y la amistad no paraba de crecer.

Se ofreció a entrenarme cuando peor lo estaba pasando

Los años siguieron pasando y llegaron momentos malos tanto para él como para mí. Ambos nos demostramos que no estábamos solos para lo bueno, sino también para lo malo, tanto dentro del tiro como fuera. Mi rendimiento deportivo bajo bastante en los años 2016 y 2017 por diferentes circunstancias. Alberto sabe que lo estaba pasando muy mal porque mi sueño es ser un gran tirador y se ofreció a prestarme ayuda cuando me quedé sin entrenador. Se ofreció a entrenarme para ayudarme a salir de ese bache que estaba viviendo. En tan solo unos meses volví a recuperar el nivel de años anteriores e incluso a mejorarlo. A día de hoy llevo tres años y medio trabajando con él y he llegado a ser número 1 de España en el año 2020.

Justo antes de la pandemia se casó con su mujer Bea, también amiga mía, excelente tiradora y a la que también le estoy muy agradecido por cómo se ha portado conmigo. Me encargué de organizar la despedida de soltero de Alberto junto a otros amigos que tenemos en común. Evidentemente, lo pasamos brutal, como siempre que estamos juntos. Llegó la pandemia y casi todos los días hablábamos por videollamada, ya que no podiamos vernos. Lo primero que hicimos cuando pudimos salir de casa fue quedar para ir a tomar unas cervezas. Nunca habíamos estado tanto tiempo sin vernos.

[¿Qué sabes de Fátima Gálvez?

Hoy, después de aplazarse los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 un año a causa de la pandemia, Alberto ha conseguido el oro olímpico. El que era y es mi ídolo, que pasó a ser mi conocido para después pasar a ser mi amigo, ha conseguido hoy lo máximo que se puede conseguir en el deporte para poner la guinda a su extenso palmarés. Él me bautizó como “puto junior” cuando yo tan solo era un niño y él siempre se hace llamar “El César”, pero a partir de hoy me gustaría bautizarle como “El César Supremo”.

Este es un resumen muy reducido de mi vida con Alberto. Solo tengo palabras de agradecimiento y de admiración para él y, como dije al principio, la palabra que resumiría todo sería “brutal”.