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Tour de la Provenza | Etapa 2

Ballerini luce el 'maillot Mondrian' con un nuevo triunfo en Provenza

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Tour Provenza | Ballerini repite victoria en la segunda etapa

Davide Ballerini (Deceuninck) ha repetido triunfo en la segunda etapa del Tour de la Provenza y sigue de líder. El italiano se ha impuesto al sprint a su compatriota Giulio Ciccone (Trek) y al español Álex Aramburu (Astana) en la llegada exigente en Manosque (sur de Francia).

Como la víspera, Ballerini ha podido poner la guinda al trabajo de sus compañeros, que han llevado el peso de la carrera.

Lo que ha sido muy diferente a la primera etapa ha sido el tiempo. Esta vez los ciclistas no han visto la luz del sol y durante casi cuatro horas y media y 174 km de competición han soportado frío y lluvia.

No era por tanto día de playa en el precioso Parque Nacional de Calanques, donde se situaba la salida, cerca de Marsella. Nada más darse el banderazo en la localidad de Cassis atacaron cinco corredores: Baptiste Bleier (St-Michel), Samuel Leroux (Xelliss), Eduard Michael Grosu (Delko), Filippo Conca (Lotto) y Jérôme Cousin (Total).

Enseguida el quinteto abrió hueco en las empinadas carreteras que tomaron rumbo norte (solo una de ellas puntuable de tercera), pero en el pelotón el Deceuninck enseguida marcó un ritmo para que la ventaja nunca se fueron más allá de los tres minutos.

Sin ninguna novedad reseñable transcurrió gran parte de la etapa, en constante subibaja, hasta el primer paso por la localidad de Manosque. Allí se rompió la escapada y también el pelotón debido a una caída en las primeras posiciones.

Entre los involucrados estuvo Julian Alaphilippe, aunque el campeón del mundo se pudo reintegrar al gran grupo poco después.

Otra caída de Alaphilippe

El paso por puerto de segunda categoría (la Mort d'Imbert) tampoco produjo una gran selección en el pelotón, que contemporizó por momentos para permitir el reagrupamiento. De hecho un magullado Kasper Asgreen (Deceuninck) volvió a liderar el paquete en las rampas de la siguiente cota, la de Montfuron (de tercera) a 16 km de la meta.

Justo ahí fue donde murió la fuga del día, cuando su último superviviente, Conca, fue neutralizado después de rodar más de 20 kilómetros en solitario.

En el descenso, que iba controlando Deceuninck con Stybar, su hiperactivo compañero Alaphilippe provocó el desconcierto momentáneo al destacarse al paso por una rotonda. Contraatacaron Florian Vermeersch (Lotto) y Matteo Jorgenson, el joven estadounidense de Movistar, que no obstante no fueron muy lejos.

La autodenominada manada belga se volvió a organizar para afrontar los últimos exigentes tres kilómetros (al 3% de desnivel medio), aunque ahí los que aceleraron fueron los Astana... tanto que Alexsander Vlasov se fue al suelo y tras él se volvió a caer Alaphilippe.

El francés se dolió en un primer momento, pero pudo acabar montado sobre la bici en apariencia sin mayores problemas. Y ya cuando se lanzaba el sprint volvió a ser protagonista Jorgenson con otro accidente que en principio tampoco revistió gravedad.

Al final, como la víspera, el que asumió la responsabilidad del poderoso equipo Deceuninck fue Ballerini. Y el italiano lució de la mejor manera posible el maillot Mondrian que distingue al líder --inspirado en la vestimenta del antiguo equipo francés La Vie Claire y esta a su vez en un cuadro del pintor neerlandés Piet Mondrian-- imponiendo su fuerza sobre el resto de corredores para firmar la que ya es su mejor carrera como profesional.

Llega la alta montaña

Segundo quedó Ciccone y tercero Aramburu, el hombre rápido de Astana en esta prueba, en busca de su primera victoria fuera de España y se ha quedado cerca en Manosque, a orillas del Durance (o Duranza), el último gran afluente del Ródano.

Con todo, el reforzado primer puesto en la clasificación general de Ballerini tiene fecha de caducidad porque este sábado no será el terreno de velocistas sino de los escaladores, ente ellos Mollema, Bernal o Sosa, que han vuelto a llegar en posiciones delanteras por segundo día consecutivo.

En la tercera etapa, los corredores saldrán de Istres y llegarán hasta las proximidades del Mont Ventoux. La ascensión hasta el Chalet Reynard, donde estará la meta, son aproximadamente dos tercios de la subida al mítico puerto del Tour de Francia y en todo caso será de primera categoría y la primera gran cita del año con la montaña para el pelotón.

Aunque el recorrido sea relativamente corto (153,9 km) y la jornada no presentw grandes dificultades hasta entonces, muy probablemente en esas rampas finales (14,6 km a un 7,6% de desnivel medio) se jugará esta carrera de cuatro etapas.