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Mundial 2018

Rusia 2018, el Mundial de las emociones, las sorpresas y el VAR

  • La emoción superó al juego en un Mundial ganado por el poderío táctico de Francia
  • Bélgica y Croacia dieron un paso adelante y se erigieron como los grandes animadores del torneo
  • Alemania y España firmaron las mayores decepciones y el VAR revolucionó el arbitraje

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El Mundial de Rusia 2018 se cierra tras un mes inteso de emociones.
El Mundial de Rusia 2018 se cierra tras un mes inteso de emociones.

Rusia 2018 tocó a su fin con Francia en lo más alto después de un mes de fútbol y emoción. Más emoción que fútbol, para ser exactos. Al menos, de fútbol de salón. El vistoso fútbol de toque, imperante en los últimos años, ha dejado paso al poderío de la táctica, la contención y el físico del campeón galo.

Las tempranas eliminaciones de Alemania y España son otro reflejo del cambio en el panorama futbolístico mundial. Las dos grandes derrotadas del torneo, junto a la Argentina de Leo Messi, se ven obligadas a repensar su modelo futbolístico para afrontar la lucha contra el nuevo ogro, una Francia con un presente inmejorable y un futuro prometedor.

En ese cambio de tercio futbolístico también han entrado con fuerza dos selecciones 'outsiders' que se llevaron las flores de los críticos: Croacia y Bélgica. La primera, flamante finalista, ofreció una mezcla de fútbol colaborativo y físico de largo recorrido. Alcanzó su primera final mundialista tras tres prórrogas en octavos, cuartos y semifinales, y enebró sus opciones con las botas de seda de su líder, Luka Modric. El madridista, a sus 33 años, se quedó a las puertas de la gloria y, al menos, vio reconocida su actuación con el Balón de Oro del Mundial.

La selección belga, por su parte, resultó la más atractiva del torneo. Bajo la atinada batuta del español Roberto Martínez, su fabulosa generación de futbolistas dio, por fin, un paso adelante para tirar la puerta del grupo de los grandes. Su fútbol alegre y endiablado, sin embargo, tampoco consiguió descifrar el entramado francés y cayó en semifinales. Se apuntó, eso sí, el tercer puesto ante la renacida Inglaterra de Southgate, de nuevo en el primer plano con Kane de estilete y su primer portero fiable en mucho tiempo bajo palos, Jordan Pickford.

Un Mundial europeo

Ha sido un Mundial, ya ven, con mucho color europeo. La debacle de las selecciones africanas, cada vez más lejos del esplendoroso futuro que se le auguraba hace veinte años, y de las asiáticas, excepto el honroso papel de Japón, dejaron a Europa y América como grandes dominadores de la fase final. América, sin embargo, no estuvo a la altura.

Se esperaba más de una Brasil que, cuando más miedo infundaba, acabó desvencijada por el huracán belga en cuartos. Hasta allí llegó también la rocosa Uruguay, que fue tumbada con facilidad por Francia mientras los charrúas lloraban la ausencia de Cavani. Alguna pincelada de México y Colombia, o el vistoso fútbol de Perú, pese a su eliminación en la fase de grupos, completaron el regular torneo de las selecciones americanas.

Tampoco brillaron las grandes estrellas, que se fueron despidiendo de Rusia por la puerta de atrás. Ni Cristiano, pese a su brutal inicio de Mundial, ni Messi, ni Neymar recordarán con agrado este Mundial. Rusia 2018, por el contrario, ha coronado a Modric, Griezmann y Hazard, tres de los jugadores más brillantes del mundo, que se han postulado a la primera línea del escaparate del fútbol mundial.

Por este escaparate, como cada Mundial, se han asomado otros invitados inesperados, agradables sorpresas como Rebic, Meunier, Trippier, Kanté, Golovin, Mina, Carrillo o el sorprendente portero coreano Cho Hyun-Woo. Y pese a su imberbe fama, es imposible no destacar la actuación de Kylian Mbappé, mejor jugador joven del torneo, en el que ha dejado fogonazos de su explosividad y mostrado al mundo el gigantesco potencial que posee... a sus 19 años.

El VAR, uno más

Además, Rusia 2018 pasará a la historia por ser el primer gran torneo de selecciones que usa el VAR. El esperado, y a la vez temido, videoarbitraje, supuso una revolución en la primera fase y fue determinante en el transcurso de la gran final, en la que se señaló un penalti tras la consulta del colegiado al VAR.

Su uso, más habitual de lo esperado en el inicio del torneo, generó una controversia similar a la que genera cualquier decisión arbitral sin VAR de por medio, aunque dejó una sensación de mayor justicia, especialmente cuando el protagonista era un 'piscinero'.

Según la FIFA, gracias al VAR el acierto arbitral se ha acercado a la perfección (99'2 por ciento). Utilizado en más de 400 ocasiones, el videoarbitraje "ha acabado definitivamente con los goles en fuera de juego", según dijo un eufórico Gianni Infantino el pasado viernes. El VAR no sólo rectificó decisiones arbitrales en 16 ocasiones, sino que tuvo una influencia directa en el juego. Nunca se pitaron tantos penaltis (29), ni se marcaron tantos goles a balón parado (70, casi un 42 por ciento).

En definitiva, con el VAR a cuestas, con emociones, sorpresas y decepciones, se despìde Rusia 2018, que deja una perfecta organización y el impulso de su equipo nacional, del que no se esperaba nada y llegó a cuartos. Rusia vivió de fiesta durante un mes. No hubo ni rastro de los temidos ultras, los estadios estuvieron prácticamente llenos en todos los partidos y hasta el clima acompañó.