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España cae con honores en las semifinales

  • Dinamarca ha mostrado un poderío en ataque fuera de lo común (28-24)
  • España fue siempre por detrás pero se mantuvo en el choque a base de coraje
  • Los daneses se enfrentarán a Francia en la gran final del domingo
  • Ver también: Especial Mundial de Balonmano 2011

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Alberto Entrerríos trata de superar al danés Rene Toft Hansen durante la semifinal.
Alberto Entrerríos trata de superar al danés Rene Toft Hansen durante la semifinal.

Ficha técnica:

28 - Dinamarca: Landin; Lindberg (6), Mads Christiansen (1), Spellerberg (1), Mikkel Hansen (9), Lars Christiansen (2, 1p) y Toft Hansen (2) -equipo inicial- Rasmussen (ps), Boesen (1), Lauge (-), Eggert (-), Knudsen (1), Noddesbo (-), Svan Hansen (-), Sondergaard (5) y Nielsen (-)

24 - España: Hombrados; Chema Rodríguez (1), Gurbindo (2), Morros (1), Roberto García (2), Alberto Entrerríos (3) y Juanín García (1) -equipo inicial- Sterbik (ps), Rocas (1), Maqueda (-), Raúl Entrerríos (3), Cañellas (6, 4p), Romero (1p), Ugalde (2), Garabaya (1) y Aguinagalde (-)

Marcador cada cinco minutos: 4-2, 6-4, 10-6, 10-7, 11-10 y 12-12 (Descanso) 15-12, 17-14, 18-17, 21-20, 23-23 y 28-24 (Final)

No ha podido ser, España no ha sido capaz de poner la guinda a una actuación brillante en este Mundial de Suecia y ha sucumbido ante el poderío danés en ataque y el acierto de su guardameta en la portería. La final del domingo enfrentará a Dinamarca y a Francia (que ganó a Suecia 29-26).

El lateral Mikkel Hansen y el joven portero Landin Jacobsen han sido los protagonistas de una semifinal en la que los chicos de Valero han demostrado que su puesto entre los cuatro mejores del mundo estaba más que justificada. Tras el desastre de Croacia 2009, el equipo ha devuelto al balonmano español a su sitio y ya genera una ilusión enorme de cara a los Juegos Olímpicos de 2012 y al Mundial de España 2013.

El ensordecedor pabellón de Malmo registraba una mayoría danesa en las gradas que no intimidaba en absoluto a los españoles, otra muestra más de la mentalidad y concentración que posee España.

En los primeros compases, Dinamarca conseguía anotar con demasiada facilidad hasta que empezó a carburar la defensa de España. En ataque, a los de Valero no les acompañaba la suerte que era propiedad exclusiva del joven portero danés.

En el momento que la defensa comenzó a funcionar, la efectividad del movimiento rápido de balón danés disminuyó y eso permitió a España empatar el choque 6-6 gracias a tres recuperaciones consecutivas.

A este empate contestaron los escandinavos con un parcial de 4-0 que metía el miedo en el cuerpo. Valero se vio obligado a buscar un revulsivo y ese fue la entrada en pista de Sterbik, Raúl Entrerríos y Joan Cañellas.

La todopoderosa Dinamarca, a la que Juan de Dios Román definió como la mejor de este Mundial, sufría y la bofetada en el marcador (0-4) fue devuelta por los españoles (10-10).

Era como si el partido volviera a empezar de nuevo con todas sus dificultades multiplicadas tanto para unos como para otros.

El 12-12 con el que acabó la primera mitad reflejaba la igualdad entre el enfrentamiento de la mejor defensa contra el mejor ataque de lo visto hasta ahora en Suecia.

El comienzo fulgurante danés fue decisivo

La reanudación del encuentro fue trepidante y muy favorable para el equipo escandinavo. El partido estaba subido de revoluciones y España no era capaz de poner orden.

El vendaval que eran los daneses junto al acierto de su portero hizo que Garabaya hiciera el primer gol español pasados los seis minutos de la segunda mitad. Esto provocó que de ahí hasta el final, España siempre fuera a remolque en el marcador.

Dinamarca iba abriendo brecha y Valero tuvo que poner toda la carne en el asador y pedir a los suyos un esfuerzo extra tanto en defensa como en ataque. A base de casta y de coraje, España fue capaz de no perder la cara del choque.

Una exclusión de los daneses en el 48 le daba su oportunidad a España pero fue ahí cuando emergió la estrella danesa Hansen. Con tres golazos, el exbarcelonista no solo mantuvo a flote a su equipo en inferioridad si no que aumentó la ventaja en el tanteador.

La pareja arbitral checa no había ayudado nada a España hasta ese momento pero a falta de siete minutos para el final se lució con una más que discutida exclusión de Roberto García Parrondo.

Parecía la sentencia del partido si no fuera por el resurgir español que vivió el partido. Con un jugador menos en pista, el gol de Viran Morros al contraataque selló el empate.

Lástima que otra exclusión, esta vez del propio Morros, decidiera el pase a la final. Dinamarca supo gestionar esta vez la superioridad, el portero Lind detuvo todo lo que le lanzaron y eso se tradujo en la victoria escandinava. El coraje español no fue suficiente.

Ahora ya solo queda luchar por el tercer puesto ante el anfitrión y sentirse orgulloso de un equipo español que ha hecho vibrar a unos aficionados que últimamente se habían cuestionado si el balonmano español podría alguna ves volver a reverdecer sus laureles.