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El Gobierno nigeriano decide no suspender a su selección por su pobre Mundial

  • La suspensión habría supuesto la inhabilitación de sus equipos dos años
  • La negociación de la FIFA ha fructificado el día que se cumplía el ultimátum
  • La Federación nigeriana ha destituido a sus tres principales miembros

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El Gobierno nigeriano ha revocado su decisión de suspender por dos años a su equipo nacional de fútbol por su pobre desempeño en el Mundial de Sudáfrica, pocos minutos antes de que expirara, a las 18.00 de este lunes, el ultimátum que le dio la FIFA para que reconsiderara su decisión.

La decisión gubernamental ha sido confirmada por un oficial de la Federación Nigeriana de Fútbol (NFF), Dominic Iorfa. Las negociaciones del único miembro nigeriano del Comité Ejecutivo de la FIFA, Amos Adamu, con el Gobierno han fructificado en las últimas horas después de que ayer la Federación nigeriana destituyera a su presidente y a su vicepresidente primero.

Representantes de la NFF se reunieron con el presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, en su residencia oficial para pedirle que levantara la suspensión al equipo, mientras Adamu negociaba con miembros de la Comisión Nacional de Deportes, en Lagos.

Para facilitar el acuerdo con el Gobierno, el Comité Ejecutivo de la Federación Nigeriana destituyó este domingo a su presidente, Sani Lulu, y al primer vicepresidente, Amanze Uchegbulam, así como al jefe del Comité Técnico, Taiwo Ogunjobi.

La FIFA, en contra de las "inaceptables injerencias políticas"

La nueva NFF está ahora dirigida por Aminu Maigari, y el Comité interino nombrado por el Gobierno para gestionar la crisis no ha llegado a entrar en funciones. La suspensión de Nigeria habría supuesto la inhabilitación de todos sus equipos, clubes y árbitros para participar en competiciones internacionales, así como el cese de la aportación económica de la FIFA.

El presidente del Gobierno nigeriano, Goodluck Jonathan, decidió suspender por dos años al equipo nacional por su mala actuación en el Mundial de Sudáfrica, donde fue eliminado en la primera fase con un solo punto en tres partidos, y la FIFA reaccionó contra lo que consideraba "inaceptables injerencias políticas" en el fútbol.