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Pacto de caballeros: Samuel la etapa, Valverde la general

Por
Samuel Sánchez gana en Arrate

Clasificación de la cuarta etapa:

1. Samuel Sánchez (ESP/Euskaltel-Euskadi) 4h.05:16

2. Alejandro Valverde (ESP/Caisse d'Epargne) a 0:02

3. Robert Gesink (HOL/Rabobank) m.t.

4. Christopher Horner (USA/RadioShack) m.t.

5. Beñat Intxausti (ESP/Euskaltel-Euskadi) a 0:33

6. Jean Christophe Peraud (FRA/Omega Pharma-Lotto) m.t.

7. Damiano Cunego (ITA/Lampre) a 0:40

8. Andy Schleck (LUX/Saxo Bank) m.t.

9. Sandy Casar (FRA/Française des Jeux) a 0:49

10. Joaquim Rodríguez (ESP/Katusha) m.t.

Clasificación general:

1. Alejandro Valverde (ESP/Caisse d'Epargne) 18h46:50

2. Christopher Horner (USA/RadioShack) a 0:01

3. Robert Gesink (HOL/Rabobank) m.t.

4. Jean Christophe Peraud (FRA/Omega Pharma-Lotto) a 0:32

5. Beñat Intxausti (ESP/Euskaltel-Euskadi) m.t.

6. Damiano Cunego (ITA/Lampre) a 0:39

7. Andy Schleck (LUX/Saxo Bank) m.t.

8. Marco Pinotti (ITA/HTC-Columbia) a 0:48

9. Joaquim Rodríguez (ESP/Katusha) m.t.

10. Sandy Casar (FRA/Française des Jeux) m.t.

Freire comenzó el día luciendo el maillot de líder, pero sabiendo que su reluciente jersey amarillo tenía fecha de caducidad. La cuarta etapa de la Vuelta a País Vasco, 160 kilómetros entre Murgia-Zuia y el santuario de Arrate era una jornada para escaladores -siete puertos- y esa no es precisamente su especialidad.

El cántabro de Rabobank, que en estos tres días de velocistas había sido el protagonista, estaba condenado a pasar a un segundo plano. La duda era, saber si alguno de todos los pesos pesados del pelotón asaltaría la general. Visto lo visto, el favorito, dado su estado de forma y el de su equipo, era Alejandro Valverde.

Durante todo el día se rodó muy rápido, a una media de de 47 kilómetros por hora. En el primer alto de primera categoría, el de Ixua, empezaron a abrirse huecos. El más importante el de Robert Gesink, escoltado de cerca por Andy Schelck (Frank por cierto, no tomó la salida, dolorido todavía por la caída que sufrió ayer)

Calor naranja, esta vez con premio

Paralela a la carrera, la buena noticia para el ciclismo era la cantidad de gente que esperaba a los ciclistas en las orillas de Ixua. Por momentos parecía una etapa del Tour de Francia. Un calor que animó más todavía a un corredor de la tierra, Amets Txurruka, que se lanzó en solitario nada más coronar el puerto y abrió hueco con el resto del pelotón que se fue rompiendo y atomizando conforme pasaban los kilómetros.

El suizo Jacob Fuglsang le alcanzó a lo largo de la bajada, y los dos se pusieron a colaborar y a darse relevos. Curiosa la imagen del gigantón suizo y el pequeño y fibroso corredor del Euskaltel. Era el enésimo intento del Euskaltel en esta Vuelta al País Vasco. Amets tomó las riendas en el descenso del alto de San Miguel y aunque luego se sumaron más corredores al grupo, él era el faro que había que seguir en la bajada. Aprovechando que conocía el terreno pisó el acelerador y llegaron a Eibar un grupo de cinco escapados con más de un minuto al pie del último alto puntuable y a 11 kilómetros del final

Amets encendido daba pedales casi con rabia, muy fuerte, y al entrar en el último puerto volvió a atacar. Digna de quitarse el sombrero la entrega del ciclista de Echevarría, pero de nuevo, a unos cinco kilómetros de meta, el intento naranja de un corredor del Euskaltel, se desvanecía sin premio. Menos mal que quedaba todavía una sorpresa.

Samuel se quita la espinita

A Amets le cazó un pelotón liderado por el Caisse, pero que nada más interceptar a Amets vio como salía como una bala otro de los grandes, Andy Schleck, y empezó la batalla y el intercambio de golpes. Cazado el luxemburgués de Saxo Bank, Chris Horner se escapó y a por él salió Samuel Sánchez en su busca.

Samuel, uno de los mejores bajadores del mundo, subió aupado por los ánimos del numeroso público y coronó pegado a Horner. La etapa se convirtió en un dos contra dos. Horner y Samuel, escapados, contra Valverde y Gesink, perseguidores. Valverde, en un alarde de fuerza, consiguió cazar la cabeza y entonces una mirada de un segundo sirvió para sellar un bonito pacto.

Valverde dejó que se escapara Samuel Sánchez que no le amenaza en la general. El líder del Euskaltel aceptó la invitación, se desmarcó y consiguió entrar en solitario en meta. Su grito de rabia y alegría tenía mucho era un bálsamo contra su pinchazo del primer día y contra la mala suerte que perseguía a su equipo, que había tenido que esperar hasta este día en 'su' Vuelta para estrenar el casillero de victorias en 2010.