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La victoria de Lysacek abre un cisma en el patinaje artístico

  • El estadounidense consiguió el oro sin hacer un cuádruple
  • El ruso le critica porque asegura que se llevan haciendo triples "veinte años"

Ver también: Especial: Juegos Olímpicos de Vancouver 2010

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Gold medallist Lysacek of the U.S. waves as he stands next to silver medallist Plushenko of Russia during the medal ceremony in Vancouver
Lysacek, exultante con el oro, y Plushenko (a la izquierda), con la plata.

¿Plushenko o Lysacek? ¿Cuádruples o piruetas? ¿Atletas o bailarines? ¿Europeos o americanos? Esas son las preguntas que estos días no se caen de la boca de los patinadores, periodistas y amantes del patinaje artístico, un deporte que está prácticamente en shock tras la victoria en los Juegos del estadounidense Evan Lysacek, que se impuso al ruso y gran favorito Yevgueny Plushenko por apenas un punto.

El primero basa su fortaleza en unos saltos limpios, unas coreografías impecables, piruetas con gran dificultad y transiciones muy trabajadas. El segundo es el rey del cuádruple, y denuncia, por activa y por pasiva, que no es digno que se le dé la medalla de oro en unos Juegos a un patinador que no es capaz de hacer el salto más difícil de todos. "Yo hice un cuádruple y él no. El deporte tiene que evolucionar, llevamos haciendo triples veinte años, los cuádruples son el futuro, y no puedes darle la victoria a alguien que no es capaz de hacerlo", denunciaba Plushenko, que pide que el sistema de puntuación impuesto desde 2002 valore más el hecho de hacer un salto tan difícil.

Pocos cuádruples en la final

En la final, celebrada el jueves en Vancouver, sólo seis patinadores fueron capaces de hacer el cuádruple: el propio Plushenko, los japoneses Takahashi y Tozuka, el suizo Stephane Lambiel (que hizo dos, aunque no limpios del todo), el sueco Adrian Schulteiss y el español Javier Fernández. Ninguno de los americanos que competían por las medallas, ni Lysacek, ni el también estadounidense Johnny Weir ni el canadiense Patrick Chan hicieron este salto, aunque sí sacaron adelante programas muy bellos y con buenas coreografías y saltos triples.

"Este es un deporte de atletas, no de bailarines", denunciaba Plushenko. "Si esto fuera una competición sólo de saltos, no habría música, te darían diez segundos para hacer el mejor salto que sepas y listo. Pero esto es patinaje, es hacer un actuación, eso es lo que hace de este deporte algo único", contestaba Lysacek. Quizá por eso la actuación más aplaudida la noche de la final fue la del suizo Stephane Lambiel, el único que supo combinar ambos aspectos del patinaje, los saltos y el baile, aunque sólo pudo terminar cuarto.

Para mediar en el asunto, que tiene dividido al mundo del patinaje y que llena portadas de diarios deportivos en EEUU, Canadá y Rusia, ha intervenido hasta el presidente de la Federación Internacional de Patinaje, Ottavio Cinquanta, que se ha decantado del lado del nuevo campeón olímpico. "Seguro que al señor Plushenko le hubiera gustado que se decidieran las medallas basándose sólo en los saltos, pero tenemos que respetar las habilidades de un patinador como Johnny Weir también", declaró CInquanta. "Plushenko no trabaja tanto las series de pasos y las piruetas. No le gustan, pero yo no estoy aquí para servir a Plushenko", señaló.

Ex patinadores, indignados

En la polémica han entrado al trapo prácticamente todas las grandes figuras del patinaje artístico. "No me gustó nada la decisión de los jueces", explicaba a RTVE.es Philippe Candeloro, patinador francés que se colgó el bronce en los Juegos Olímpicos de Nagano. "No digo que Evan no se lo mereciera, pero darle el oro olímpico a un patinador que no hace cuádruples es volver al pasado y el deporte necesita mirar al futuro", señalaba al día siguiente de la final masculina.

También se ha mojado el canadiense Elvis Stojko, que fue el primer patinador que hizo una combinación cuádruple-doble en competición, en el año 91. "Yo adoro este deporte, pero los jueces lo han ridiculizado dándole el oro a Lysacek", decía a la televisión canadiense CTV. "Lo siento Evan. Eres un gran patinador pero no tienes lo suficiente para ser campeón olímpico", denunciaba.

Y así, uno detrás de otro, muchos de los ex patinadores presentes estos días en el Pacific Coliseum de Vancouver -buena parte de ellos, como comentaristas de distintas televisiones- se han decantado por Plushenko en esta guerra desatada básicamente entre americanos y europeos, con los japoneses como comedidos convidados casi de piedra.

En la batalla ha entrado incluso uno de los hombres más poderosos del mundo, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, que mandó ayer un telegrama a Plushenko en el que decía: "Quiero darte mi más sincera enhorabuena por tu maravillosa actuación en los Juegos, tu plata vale realmente el oro. Has sido capaz de superar todos los obstáculos en tu vuelta a la competición y has hecho el programa más difícil y completo en el hielo de Vancouver". La televisión rusa le organizó incluso una ceremonia paralela para entregarle una medalla "de platino, que es la que te mereces".

La Guerra se promete encarnizada para el próximo Mundial de Turín, a finales de marzo. "Evidentemente, Evan ha ganado esta batalla, pero no pienso bajar los brazos, voy a seguir luchando", dijo el ruso en la rueda de prensa tras la final. No aclaró si se refiere al Mundial o a los Juegos de Sochi, que se celebran en casa y a los que llegaría con 31 años, pero con un atleta como él nunca se sabe.

De momento, los dos últimos Mundiales se los llevaron Lysacek en 2009 y el canadiense Jeffrey Buttle en 2008, y ninguno de ellos hizo un cuádruple. ¿Se romperá la tendencia este año?