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La Super Bowl, el 'Show' con mayúsculas

  • El coste de medio minuto de publicidad oscila los 2,3 millones de euros
  • La polémica la protagonizan los anuncios sobre la homosexualidad y el aborto

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Cartel de la XLIV Super Bowl que se jugará el domingo 7 de febrero de 2010
Cartel de la XLIV Super Bowl que se jugará el domingo 7 de febrero de 2010

Este domingo 7 de febrero, como siempre el primer domingo de febrero, se disputará en Miami, la 44ª edición de la Super Bowl, la final de la liga de Fútbol Americano de los EE.UU, que enfrentará a los Saints de Nueva Orleans y los Colts de Indianápolis. [Expectación previa al partido]

Se trata de la competición deportiva más importante del país, el partido que medio país verá por televisión o se comprará una para tal efecto, hasta Barack Obama tendrá en la Casa Blanca su pausa para disfrutar del espectáculo. [Más que una competición deportiva]

Todos dejarán sus problemas, económicos principalmente, a un lado por un día y disfrutarán de un entretenimiento que no sólo se limita al tiempo en el que está en desarrollo el juego, sino que hasta los cortes publicitarios son parte del espectáculo.

Pero este año los días previos a la ya bautizada como 'Super Bowl de la recesión II' se están caracterizando por las polémicas en torno a lo que se verá en las pantallas, entre otros un anuncio con tintes políticos en contra del aborto, y también lo que no saldrá en la pantalla, un anuncio de un portal de encuentros homosexuales.

El evento de los eventos para la televisión americana

La Super Bowl es el evento más visto del planeta televisivo, rondando anualmente los 95 millones de telespectadores. Sólo se ha visto superada por grandes citas como Juegos Olímpicos, Mundiales de fútbol y, por primera vez en 2009, la final de la Champions League (Manchester-Barça, 109 millones de telespectadores).

Esta audiencia explica muchas cosas, un anuncio de 30 segundos de aire durante el Super Bowl cuesta 2,3 millones de euros. Los anunciantes punteros de EEUU, a los que la crisis se lo permita (Pepsi, FedEx y General Motors se ausentarán en esta edición), no dejan pasar la oportunidad de estar presentes porque es el evento más visto de la televisión estadounidense.

La expectación es tal que muchas empresas usan la Super Bowl para lanzar campañas publicitarias nuevas, los televidentes esperan con ansiedad para ver qué novedades habrán preparado las marcas de bebidas, comidas, medicinas, automóviles, líneas aéreas, bancos, etc.

Entre aborto y homosexualidad anda el juego

Este domingo será la primera vez que se vea una pieza publicitaria con un tema políticamente tan cargado como el aborto. Un grupo evangélico conservador opuesto al aborto ha logrado que la CBS (cadena que emitirá el evento) adaptase su ética y el espacio en el que una madre y su hijo, jugador de la NFL, hablan de los temas que celebran la vida, lema de los grupos antiabortistas de USA.

En el otro lado, el lado de los que no van a salir en antena, se encuentra el polémico anuncio del portal Man Crunch, portal dedicado a facilitar encuentros entre hombres homosexuales. En el spot, dos hombres que están viendo un partido NFL se besan después de que sus manos se rozan al comer patatas de la misma fuente.

La fiesta se sobrepondrá a todo lo demás

Con crisis o sin ella, con polémicas sociopolíticas o sin ellas, la final de la NFL 2010 será algo de lo que todos saldrán ganando.

La oficina de turismo de Miami estima que unas cien mil personas visiten la ciudad y se dejarán en ella alrededor de 150 millones de dólares.

La cadena CBS, que se declara en crisis, obtendrá gracias a la venta de los 62 spots disponibles un beneficio de 153,2 millones de euros (213 millones de dólares).

Los artistas que participen en las actuaciones, los británicos The Who entre ellos, tendrán la posibilidad de hacer sus guiños a la provocación como el que en su día hicieran Justin Timberlake a dúo con Janet Jackson en el que un pecho de la cantante salió 'inesperadamente' a la luz, y por la que la CBS recibió una multa de más de medio millón de dólares.

Los anunciantes, censurados o no, estarán en boca de todos por haber sido los privilegiados que sobrevivieron a la recesión o por ser los no admitidos.

Incluso las tiendas de aparatos electrónicos aprovecharán la Super Bowl para hacer su agosto y promocionar sus cada vez más grandes televisores y sistemas de audio y video para los hogares.