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Carlos Sainz acaba con su mal fario

  • El madrileño pone el broche de oro a su palmarés 

Lo más destacado de su carera son los dos títulos en el Mundial de rallys    

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Sainz: se acabó el mal fario

El español Carlos Sainz (Volkswagen) se convirtió con su triunfo  en el Rally Dakar Argentina-Chile 2010 en el primer piloto español en  conquistar, en la categoría de coches, este mítica prueba, un nuevo  título que añade el madrileño a su extraordinario palmarés y que  contribuye a enterrar definitivamente el mal fario que se le ha  atribuido a lo largo de toda su carrera.

Lo cierto es que Sainz, líder desde la quinta jornada, ha  demostrado ser en este cuarto asalto al Dakar el justo vencedor y el  gran dominador de la cita, resarciéndose así de la decepción del año  pasado, en la primera ocasión que la mítica prueba cambió el  histórico trazado africano por Sudamérica, y donde el madrileño  acarició el título.

Sin embargo, en esa ocasión, la suerte le fue esquiva. Líder  destacado a sólo tres etapas para concluir la prueba, un barranco  arruinaba sus aspiraciones y alargaba la sombra del gafe que siempre  le ha perseguido. Una errónea indicación del libro de ruta tuvo la  culpa, y tanto él como su copiloto, Michel Perin, cayeron por un  desnivel de 4 metros, yéndose junto a ellos sus grandes opciones de  victoria.

Antes, el madrileño debutaba en la prueba africana en 2006,  saldándose su participación con un undécimo puesto tras quedarse  atrapado en una duna del desierto mauritano. Un año más tarde tuvo  mejores sensaciones y terminó en novena posición, aún lejos del  cajón, pero con más regularidad, mientras que en 2008 su progresión  se vio cortada por la suspensión de la prueba.

Pero en esta ocasión,  nada falló y al volante de su Race Tuareg 2  y con su nuevo copiloto, el español Lucas Cruz, Sainz, a sus 48 años,  ha conseguido uno de los triunfos más importantes de su carrera,  conquistando un hito que le faltaba al deporte español e inscribiendo  su nombre en la larga lista de ilustres con los que cuenta la  prueba.

Dos décadas en la élite de los rallys

Antes de que se embarcara en la aventura del Dakar, Sainz ya  estaba instalado en la élite del motor gracias a sus dos títulos en  el Mundial de Rallys (1990 y 1992), a sus cuatro subcampeonatos y a  sus cinco terceros puestos, además de poseer durante mucho tiempo la  plusmarca de triunfos en el campeonato, con 26 victorias, registro ya  superado por el francés Sebastien loeb.

Desde sus inicios en 1980 con un Renault 5 y de su debut en el  Mundial en 1987, hasta hoy, el piloto español ha vivido siempre  aliado con el éxito. Y es que, aunque siempre se le haya atribuido el  apelativo de 'gafe', sus números (193 rallys disputados, 148  acabados, 26 victorias, 36 segundos puestos, 33 terceros) hablan más  de triunfos que de fracasos (34 averías, 11 accidentes).

Sin embargo, el abandono en el RAC de 1998 a tan sólo 500 metros  de la meta, con su copiloto Luis Moya aporreando impotente el Toyota  Corolla WRC y gritando aquella frase que siempre irá unida a su  historia ("Trata de arrancarlo, Carlos, trata de arrancarlo") han  agrandado una aureola de mala suerte que él siempre ha negado.

Aquel fue, quizás, el episodio más amargo en su largo matrimonio  con los rallys. El otro lo fue su separación profesional a finales de  2002 con Luis Moya, quien se sintió maltratado económicamente por  Carlos y provocó el relevo a Marc Martí.

En el otro lado, están los buenos momentos. Con un Seat Panda  forjó su carácter ganador allá por 1981, con un triunfó en el primer  Campeonato Nacional y su segundo puesto en la Copa Renault  Iniciación. Seis años más tarde, debutó en el Mundial en el Rally de  Portugal. Desde entonces, lucharía casi siempre por subir al 'cajón'  en el campeonato con los Lancia, Toyota, Renault, Peugeot o Citren.

Su mejor etapa, a partir de 1989

Su mejor etapa la vivió a partir de 1989 cuando fichó por el  equipo Toyota. En su primera temporada fue segundo en el RAC de  Inglaterra, tercero en el 1.000 Lagos de Finlandia, y octavo en la  general del Mundial. En 1990 fue elegido primer piloto oficial y, con  el mejor material, se impuso en cuatro pruebas (Acrópolis, Nueva  Zelanda, 1.000 Lagos y RAC) para proclamarse campeón del mundo.

Un bienio más tarde sumaría el segundo título al lado de su  inseparable Luis Moya, con el que venció en el Safari, Nueva Zelanda,  España y RAC, en un año de ensueño. Su paso por Lancia fue bastante  aciago antes de recuperar su nivel con Subaru, donde se volvió a  colgar el cartel de 'número dos' del mundo en 1994 y 1995.

Con el Ford Escort Cosworth encadena otros tres terceros en el  Mundial en los años previos a su regreso, en 1998, a Toyota, con el  que gana el Mundial de marcas hasta que en 2000 el gigante asiático  abandona el patrocinio.

Su trayectoria se vio recompensada en 2001, siendo distinguido con  la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo. Un broche a una  carrera en el Mundial, donde paseó la bandera española por las rutas  de todo el mundo, a la que puso fin el 21 de octubre de 2004, momento  en el que anuncia su retirada por lo sobrecargado del calendario y  para dedicarse a la familia. 

El Squash y el Real Madrid, sus otras pasiones

Desde muy pequeño su afición por el motor se hizo notar, aunque  sus comienzos en el mundo del deporte se desarrollaron entorno al  squash, donde incluso llegó a proclamarse Campeón de España con 16  años, en 1980 y 1981.

Animado por sus padres completó sus estudios e incluso cursó dos  años de la carrera de Derecho, pero su verdadera vocación era el  mundo del motor. Su cuñado, Juan Carlos Oñoro, su amigo y  representante, Juan Carlos Lacalle, y su hermano Antonio, le  introdujeron en las carreras y apostaron por su talento a los mandos  de un coche.

Pero otra de las pasiones de Sainz ha sido siempre el fútbol, y  más concretamente el Real Madrid. De hecho, tras la renuncia de  Florentino Pérez a la presidencia de la 'casa blanca', y el fugaz  paso de Fernando Martín por el sillón presidencial, el piloto se  presenta a las elecciones para dirigir el club, como vicepresidente  del empresario Juan Miguel Villar Mir.

Pese a partir como favorito en todas las quinielas, finalmente  Ramón Calderón resulta el vencedor en unas elecciones marcadas por la  polémica del voto por correo. Sin embargo, la gran afición e interés  de Sainz por los asuntos ligados al Real Madrid hace que no haya que  descartar que en un futuro pueda erigirse como el máximo mandatario  de los blancos.