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Bolt, el jefe de Berlín

  • El jamaicano ha sido el rey de la velocidad en Berlín con dos récords a sus espaldas
  • EEUU está en busca de un atleta que pueda plantar cara al jamaicano
  • El público de Berlín ha sido un gran apoyo para los atletas

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Los mejores momentos del Mundial Berlin 2009

Los Mundiales de Berlín'09 han corroborado la necesidad que tiene Estados Unidos de encontrar un atleta que sea capaz de plantar cara al jamaicano Usain Bolt, el hombre más rápido del planeta.

Bolt de 23 años se define como el dueño y señor de la velocidad. Tyson Gay, tricampeón en Osaka'07, era el designado como único retador. Pero Bolt no le concedió opción alguna en los 100 metros, donde efectuó su primera demostración, oro y nuevo récord mundial, 9.58.

Gay hizo la carrera de su vida (9.71), pero fue insuficiente a todas luces y se tuvo que conformar con hacerse con la plata delante de otro jamaicano, el ex plusmarquista mundial Asafa Powell.

La velocidad estadounidense, antaño avasalladora, sucumbió también en el doble hectómetro. La baja de Gay dejó solo a Bolt, que añadió otra actuación para la historia con nuevo récord del mundo (19.19).

En el apartado femenino, los 100 metros fueron una nueva expresión del arrollador empuje jamaicano con el doblete de Shelly-Ann Fraser y Kerron Stewart, quienes permitieron a Carmelita Jeter tan solo el bronce.

Allyson Felix, con su tercer título seguido en 200, y Sanya Richards, la mejor cuatrocentista del momento, salvaron la cara a la velocidad estadounidense junto a los dos relevos de 4x400, porque los de 4x100 fracasaron en el intento y un par de fallos dilapidaron sus aspiraciones de plantar cara a Jamaica.

En el cómputo global, entre las pruebas que van del 100 al 400 y los relevos, en Berlín'09 hubo empate a cinco, pero la sensación que dejan los Mundiales es que Estados Unidos está ahora mismo por detrás de Jamaica.

Los norteamericanos, que aún no se han recuperado de los efectos del caso BALCO con la aparición de numerosos positivos, necesitan encontrar a ese gran atleta que esté en condiciones de medirse de tú a tú con Usain Bolt y lidere de nuevo el bloque en búsqueda del mando perdido, dentro de la pista y fuera de ella.

Maratón, Bolt y el salto de altura fueron los atractivos para los berlineses

Los dos maratones, las demostraciones del jamaicano Usain Bolt en los 100 y los 200 metros y la final de salto de altura femenina fueron las pruebas que más atrajeron la atención de los berlineses y de los alemanes en general durante los campeonatos mundiales de atletismo.

Los 100 metros fue la prueba que más audiencia televisiva lograron, seguida por el salto de altura femenino donde los alemanes esperaban con ansiedad la participación de Ariane Friedrich.

Friedrich, que a la postre fue bronce en la prueba, logró llenar el estadio por primera vez durante los mundiales y demostró, pese a no alcanzar el oro que muchos esperaban para ella, que es un auténtico ídolo en Alemania. 

Hubo un momento en el que le pidió silencio al estadio lleno para concentrarse mejor en su salto y el estadio se calló, como si estuviera en una ceremonia religiosa.

Bolt llegó como ídolo y se fue igual. En las pruebas de calle -los dos maratones y las pruebas de marcha- en Berlín se hizo una innovación que fue que éstas no terminasen en el estadio donde se realizaban las otras pruebas sino en pleno de centro de la ciudad, en la emblemática Puerta de Brandeburgo.

Había quien tenía dudas sobre el experimento pero éste resultó un éxito. La ausencia de Irina Mikitenko, que era la carta alemana para una medalla en el maratón femenino, no mitigó la emoción. Para ver los dos maratones salieron a la calle más de un millón de personas y las pruebas de marcha las vieron en vivo cientos de miles.

Si se compara con Pekín, donde los atletas alemanes sólo obtuvieron un bronce, en Berlín, con nueve medallas -dos de oro, tres de plata y cuatro de bronce- hubo un gran salto y ello puede deberse en buena parte a la motivación adicional que genera un gran campeonato en casa y al estímulo del público.

El caso de Jenniffer Oesser, plata en heptatlon sin haber llegado a los mundiales como una de las grandes candidatas a medalla, es un ejemplo de como el público puede darle una fuerza adicional a los atletas.

Cuando Oesser llegó a los 800 metros, la última disciplina en Heptatlon, era tercera y, para lograr la plata, necesitaba sacarle dos segundos a la segunda.

Oesser empezó bien pero a los 150 metros tuvo un tropezón y se cayó. "Entonces -dijo después- oí un ruido de decepción en todo el estadio y me dije que ahí no había terminado todo y me levanté para darlo todo".

"Creo que corrí la vuelta más rápida de mi vida",  agregó después de haber ganado la plata desde una posición increíble.