Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

La candidata mexicana a Miss Universo, Fátima Bosch, sufrió una humillación hace unas semanas a manos del director del certamen. En aquel momento no se calló y lo denunció públicamente. Ahora, en un acto de justifica poética, se ha convertido en la ganadora del certamen.

Su victoria no sería una noticia tan importante si no fuera porque fue ella quien reivindicó la dignidad en una edición plagada de escándalos. El director de Miss Universo Tailandia ridiculizó a Bosch ante las demás y la llegó a llamar "tonta". En ese momento, la candidata, abandonó la sala y en una muestra de solidaridad la siguieron otras compañeras.

En ese momento Bosch afirmó "que el mundo tiene que ver esto, porque somos mujeres empoderadas y ésta es una plataforma para nuestra voz, y nadie puede acallar nuestras voces".

El organizador intentó justificarse y tuvo que pedir perdón en público ante una polémica que se hizo viral. Días después, dos miembros del jurado, renunciaron. Uno de ellos denunció que el concurso estaba amañado.

Durante este concurso y sus pasadas ediciones se ha visto a las misses lidiando con vestidos aparatosos, con obstáculos, tropiezos y con el machismo de un concurso organizado por hombres ricos y poderosos que a menudo las cosifican.

Miss Universo tiene cada vez más seguidores en el Sudeste Asiático. Tailandia lo celebra por cuarto año. Y la victoria de Miss México representa una lección de dignidad y empoderamiento que no se había visto en este concurso.

Imagen: EFE / RUNGROJ YONGRIT

Las misses que aspiran a ser la más bella del universo se han rebelado contra el machismo de la organización. Los hechos han tenido lugar en Tailandia, donde el director se dirigió de forma autoritaria y despectiva a Miss México. Le ha reprochado que no haga propaganda del país. Ella quiere habla, pero el director dice que no le da permiso. En ese momento numerosas misses gritaron y protestaron en apoyo a su compañera y se levantan.

El director entonces amenaza con que "la que quiera seguir en el concurso, que se siente; las que no, se van fuera". Varias de estas, con miss México, a la cabeza, han abandonado el certamen. La representante de México "me ha llamado cabeza hueca", denuncia la mexicana Fátima Bosch: "pero somos mujeres empoderadas y nadie puede callarnos".

El director del certamen ha pedido disculpas, pero dice que le han malinterpretado. Sigue al frente del concurso hasta el 21 de noviembre, día de la coronación de la miss más hermosa. Miss México estará ahí.

Imagen: EFE / RUNGROJ YONGRIT

Estados Unidos quiere asegurarse el acceso a los minerales críticos, cruciales para la tecnología civil y militar, y ha firmado acuerdos con Malasia y Tailandia, para depender menos de China, que domina ese sector.

Donald Trump quiere reforzar su imagen de gran pacificador, con la firma del alto el fuego extendido entre Tailandia y Camboya. Después visitará Japón, donde espera una buena sintonía con la nueva primera ministra.

Y el punto álgido será la reunión con Xi Jinping, el jueves en Corea del Sur. Trump espera llegar a un acuerdo completo con China, para mantener la tregua comercial, y que Xi le ayude con Putin, para poner fin a la guerra de Ucrania.

Trump ha dicho que está dispuesto a reunirse con Kim Jong Un si el líder norcoreano contacta con él.

Tailandia y Camboya continúan por segundo día sus enfrentamientos, que han dejado ya 15 muertos y más de 140.000 evacuados en total. Hoy Tailandia ha declarado la ley marcial. Hablamos con Thanachate Wisaijorn, politólogo y profesor de ciencia política de la Universidad Ubon Ratchathani.

Los soldados de Tailandia y Camboya están en pie de guerra. La artillería y aviación de ambos países han disparado a ambos lados de la frontera, dejando decenas de heridos y 12 muertos en el lado tailandés, casi todos civiles. Ante la respuesta de Bangkok, la población camboyana ha huido en masa para refugiarse en lugares seguros.

Los choques de esta semana culminan tras años de tensión en varios puntos de la frontera trazada por los colonizadores franceses, en particular alrededor de templos budistas que Camboya considera suyos pero que, con la descolonización, quedaron del lado tailandés. Camboya ha llevado la disputa a la Corte Internacional de Justicia de la ONU, pero Tailandia no reconoce al Tribunal y amenaza con una escalada si Camboya no frena sus ataques. China se ha ofrecido como mediadora para evitar un conflicto internacional en la región, con la guerra de Vietnam como el último gran conflicto del último siglo.

Pasadas las 72 horas, encontrar vida es casi un milagro. Pero en la arrasada Mandalay, no dan la batalla por perdida. Ni los rescatistas rusos, ni los de la India, ni los birmanos que siguen sacando cuerpos y tienen que salir corriendo entre continuas réplicas.

Por eso, muchos duermen al raso en un momento en el que la electricidad, el agua y el refugio son un lujo.

Los hospitales están saturados de heridos y sin apenas medicinas para calmarlos. La Junta asume que las víctimas superarán las 3.000. Y en Bangkok, encaramados a la mole de escombros, buscan a 70 obreros atrapados. La angustia crece entre sus familiares.

A tan sólo unos metros, esperan y reciben ayuda los familiares de los obreros atrapados en el edificio que se derrumbó.

La junta militar cifra ya en más de 2.000 los muertos tras el violento terremoto que asoló Birmania el pasado viernes. Decenas de miles de personas pasan su cuarta noche a la intemperie, mientras se agota el tiempo para encontrar supervivientes. Tres días después del seísmo se desvanecen las esperanzas de encontrar vida entre los escombros. En las últimas horas, han sacado un cuerpo sin vida, pero quedan más de 70 obreros atrapados.

En Bangkok, capital de Tailandia, donde también ha golpeado el terremoto, las réplicas están siendo constantes.

Pasadas 72 horas, las esperanzas de encontrar supervivientes bajo toneladas de escombros son cada vez menores. Sensores que detectan calor han sido clave en los últimos rescates de varias personas que llevaban más de 60 horas atrapados en un edificio en Mandalay, la segunda ciudad más importante de Birmania.

En Bangkok continúan los trabajos contrarreloj en la torre de 30 pisos en construcción que se vino abajo. Más de 70 trabajadores permanecen sepultados.

Más de 40 horas después del devastador terremoto de Birmania, siguen rescatando a personas con vida. Hay al menos 1.700 fallecidos y 3.400 heridos, según la junta militar que gobierna el país.

Los esfuerzos siguen, en medio de las réplicas, en la devastada Mandalay, a pocos kilómetros del epicentro. Muchos de sus habitantes han tenido que dormir al raso. Con el aeropuerto y decenas de carreteras dañadas, los refuerzos tardan más en llegar.

Y en la vecina Tailandia, sacan otro cuerpo sin vida del edificio en obras que se derrumbó en Bangkok.

Foto: REUTERS