A 50 kilómetros de la capilla Sixtina, el padre Andrea abre las puertas de su parroquia, situada en un barrio humilde. Por allí pasan cada día algunas de las transexuales que este religioso llevó a conocer al papa Francisco, a las que no ha dejado de ayudar desde que la pandemia. Allí, encontraron un espacio y la posibilidad de ser escuchadas. Por eso, estos días tampoco pierden detalle de lo que pasa en el Vaticano. Ellas que, durante años practicaron su fe en los márgenes de la iglesia, no quieren que se retroceda en los pasos dados durante el papado del difunto pontífice.
Foto: TVE
Con las gafas de Anna Bosch