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Las partes deberían empezar a negociar ya la segunda fase del acuerdo de paz, en la que Hamás debería entregar las armas. La milicia está dispuesta, pero sólo cederá el poder a un comité egipcio-palestino, no a uno internacional de transición que esté en manos de Tony Blair, como se ha comentado.

Más difuso es el tema de la reconstrucción de Gaza: un gran negocio, del que sólo se habla en términos vagos, como grandes inversiones para generar riqueza y prosperidad.

Por último y de máxima importancia: la creación del Estado palestino sólo se menciona como una mera posibilidad. Netanyahu y su Gobierno lo rechazan. En el plan de Trump ni siquiera se menciona a Cisjordania, que junto a Gaza y a Jerusalén Este son las partes esenciales del futuro Estado de Palestina.

Foto: Mohammed Saber — Ciudad de Gaza

Entre las paredes de la ONU, Trump convenció a los aliados árabes. Luego arrancó el sí de Netanyahu. Exudando confianza prometió "la paz eterna en Oriente Medio". Solo faltaba la respuesta de Hamás. Dijeron sí, pero con condiciones. Trump se lo tomó como un sí, a secas, y todos fueron a Egipto a negociar.

Trump confió en dos hombres muy cercanos, su yerno y su antiguo amigo, dos hombres de negocios. Llegaron a Egipto el miércoles con una misión clara: salir de allí con un sí, al menos a la primera fase: liberar a los rehenes.

¿Pero cómo convencer a Hamás de quedarse sin lo que hasta ahora era su baza para negociar? En Egipto estaban los aliados árabes y musulmanes y Trump se puso varias veces al teléfono. Les dio su palabra de que él no dejaría que Netanyahu rompiese la tregua. Estados Unidos también ofreció otra garantía: 200 soldados en la zona para vigilar el alto el fuego.

Horas después, los dos hombres de Trump vieron un punto de inflexión y llamaron a su jefe para decirle que creían que lo tenían. Trump cantó victoria con la esperanza de que nadie se atrevería a decirle que no.

Foto: ANDREW CABALLERO-REYNOLDS/AFP

El acuerdo de alto el fuego en Gaza ha entrado en vigor tras la ratificación por parte de Israel, pero la espera por los rehenes capturados por Hamás aún continúa. En el compás de espera, en la plaza de los rehenes de Tel Aviv, se mezclan la esperanza y la impaciencia. En el caso de Michel, los sentimientos no son exactamente los mismos. "En una mezcla de alegría y tristeza", asegura. Tiene miedo de que cuando le toque reconocer el cuerpo de su hijo, ya muerto, no sea como lo recordaba.

Foto: AP Photo/Francisco Seco

El acuerdo de alto el fuego en Gaza ha entrado en vigor este mediodía. El Ejército Israelí debe retirarse a la zona que recoge la primera fase, aunque seguirá controlando más de la mitad de la Franja. Después de que Hamas entregue a los rehenes, habría una segunda retirada y, por último, se creará una zona de seguridad. Sin embargo, tras dos años de guerra y destrucción, será un camino difícil.

Foto: REUTERS/Ramadan Abed

En Palestina, tanto en Gaza como en Cisjordania, hay una enorme sensación de alivio por el primer paso hacia la paz que representa la aceptación del acuerdo por parte de Hamás e Israel. Sin embargo, la Autoridad Palestina, aunque ha dado la bienvenida a la tregua que está en camino, ha querido reafirmar el deseo de unidad de sus territorios y su existencia como Estado.

Foto: Belal Abu Amer/APA Images via ZU / DPA

Que los presidentes estadounidenses vivan pegados a cámaras de televisión permite que algunos acontecimientos mundiales se anticipen por escena: el secretario de Estado, Marco Rubio, se acercaba a Trump y le susurraba al oído que el acuerdo en entre Israel y Hamás estaba muy cerca. La pericia de los fotógrafos presentes en la sala permitió también leer la nota que le pasaba Rubio, donde le metía prisa para que lo publicara en su red social y así ser el primero en anunciarlo.

El acuerdo se conoció el miércoles por la tarde, pero estamos pendientes de que el Gobierno israelí lo apruebe y empiece la retirada efectiva de tropas de Gaza. En Tel Aviv, miles de personas continúan celebrándolo y esperando el regreso de los rehenes.

Foto: AP Photo/Evan Vucci

El alto el fuego en la Franja de Gaza, acordado entre Israel y Hamás este jueves tras días de conversaciones en Egipto, entrará definitivamente en vigor una vez el Gobierno de Israel lo apruebe. Este detalla cómo las tropas israelíes tienen que ir retirándose paulatinamente de la Franja de Gaza.

En estos momentos se debate en el seno del Gobierno de Israel, liderado por el primer ministro, Benjamín Netanyahu. Una vez se apruebe, el ejército israelí tendría 24 horas un día para replegarse. Con este primer retroceso, el país pasará de controlar el 80% de la Franja a solo el 53%.

Más adelante habría un segundo repliegue cuando haya sobre el terreno fuerzas de paz internacionales. En una tercera fase las fuerzas israelíes se establecerían en un perímetro de seguridad.

Los críticos del plan creen que en este caso Israel no se irá totalmente de la Franja y de hecho podría mantener el bloqueo de la misma.

Con el alto al fuego acordado entre Israel y Hamás, hoy la Franja de Gaza sonaba diferente, las sirenas de las ambulancias han sido un llamamiento a la esperanza y no a la muerte: "Sinceramente, los sentimientos son indescriptibles. No nos lo podemos creer, pero gracias a Dios estamos vivos. Esperemos que la guerra no vuelva", ha expresado un trabajador de los servicios sanitarios.

La misma euforia ha inundado espacios como la plaza de los rehenes de Tel Aviv, donde la gente agradecía al presidente estadounidense, Donald Trump, y no al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, la vuelta de los secuestrados. El lunes o el martes está previsto que vuelvan los 48 rehenes. Se estima que unos 20 están todavía vivos. A cambio, Israel liberará alrededor de 2000 presos palestinos, entre los que no estará el líder palestino Marwan Barghouti a pesar de que era una de las exigencias de Hamás.

Estas medidas son el inicio del plan de paz, la parte fácil de los 20 puntos de Trump. El miedo de los palestinos es que en cuanto los rehenes sean liberados, Israel reanude la ofensiva. Incluso si no fuese así, lo difícil vendrá cuando se sienten a negociar el desarme de Hamás, la retirada total del ejército israelí o la gobernanza y la reconstrucción de Gaza. La paz está lejos.

Imagen: AP Photo/Abdel Kareem Hana

Israel y Hamás han firmado el alto el fuego en Gaza como primera fase del plan de paz propuesto por Trump. Este entrará definitivamente en vigor una vez el Gobierno de Netanyahu lo apruebe. El exministro de Asuntos Exteriores de Israel, Shlomo Ben Ami, lo ha celebrado en el informativo 24 horas de RNE asegurando que es el fin de un calvario y ha reconocido que "el hecho de que Trump, a su manera, haya conseguido ponerle fin es un gran logro. Las partes tienen interés en abrir un nuevo capítulo." Ben Ami ha aclarado que ahora mismo "no se están tocando las cuestiones más profundas o complicadas de lo que es un acuerdo en general" y que incluso solo se está hablando de Gaza o el intercambio de rehenes, pero que considera que ahora lo importante es estabilizar la situación de la Franja para que puedan venir etapas posteriores: "El tema del Estado palestino no viene al caso en estos momentos."